El Sendero 18 es el llamado Inteligencia o Casa de Afluencia. Es en él que se instituyen los Arcanos y el sentido oculto que dormita en su sombra. Su letra regente es el Heith.
Es el Sendero que une Binah a Gueburah y, por lo tanto, es ruta de cristalización y de trabajo y su regente es el genio 20 Pahaliah en la Ida y el 34 Lehahiah en el Retorno. Mediante su trabajo, los Arcanos se instituyen, se codifican y regulan. Aquí la Inteligencia se convierte en músculo. Hay poca luz y es de temer que ese Sendero sea escenario de numerosos errores. Pero será de ellos que irán saliendo poco a poco los Arcanos y todos los secretos se iluminarán al fin con la luz que esta columna lleva en su interior. Tronos y Potencias actúan conjuntamente en ese sector.
A nivel humano, instituir los Arcanos significa instituir el Misterio. El término Casa indica una organización material en la que afluye el Rigor. Si el Rigor afluye es porque el obrero de ese Sendero lo ha llamado de algún modo y esa llamada, totalmente inconsciente, es de tipo kármico. Nadie acude a ese Sendero voluntariamente, sino en plan de trabajos forzados.
Lo que en Binah es sacrificio obligado, mal necesario, en Gueburah es semilla de calamidades y reintegrador a la esfera de la Justicia, por ser el He de Hesed, ya que en él se vive lo negativo de la Justicia y de la Ley.
En el punto de los estudios en que nos encontramos, es fácil comprender lo que ocurre en este Sendero. Binah-Saturno es el institutor de las Leyes en el Mundo de Emanaciones, y a través del Sendero 18 las coloca en Gueburah-Marte, que es su subordinado en el Mundo de Creaciones. Las Leyes del Mundo del Fuego, situadas en el Mundo del Agua, no han de caer nada bien, como es fácil comprender. No es extraño pues que Gueburah sea el centro de las rebeliones y de las guerras.
El Sendero es llamado Inteligencia o Casa de Afluencia, y debemos entenderlo como el depósito en el que la Inteligencia es acumulada para su ulterior utilización. En efecto, Gueburah es el He de Binah, la Casa donde van a parar los flujos que vienen de Binah y también los que proceden de Hesed. Allí se almacenan las leyes y el sentido oculto que dormita en su sombra, es decir, el significado aún no interpretado de esas leyes. Ya aparecerá en su día el Abogado que las interprete, revelando lo que se oculta en su sombra. Ese Abogado será el que realiza funciones Vav en la columna de la izquierda.
Al estudiar el Sendero 17 (Binah-Tiphereth), hemos visto que Ego-Binah revela a la parte de la conciencia llamada Moisés, las leyes del universo. Pero, ¿qué podría hacer la conciencia con esas leyes si no poseyera los medios adecuados para aplicarlas?
A través del Sendero 18 esos medios le son dados. Sí, porque Marte es el motor que permite a la persona funcionar. En el cuerpo humano, Marte rige los músculos y los nervios motores, y es el que nos provee del elemento hierro, sin el cual nada aguantaría en nuestro organismo. Marte es el constructor interno, tal como le corresponde a la función He, siendo además el He sefirótico, el número 5 de los Sefirot, regido por esa letra. Es el que gesta, el que produce las raíces que aguantarán la planta.
Tendremos así que el Sendero 18 será aquel a través del cual la Suprema Inteligencia de Binah comunica al motor interno las leyes que han de permitirle construir con los Deseos edificios que respondan a la naturaleza de las leyes eternas y que puedan así aguantar.
De esta, forma, la conciencia dispondrá de un constructor que sabe lo que tiene que hacer. La posición de Marte en un tema, respecto a Saturno, nos dirá si ese constructor sabe o no sabe.
Así, por ejemplo, si en una carta astral viéramos un Sol que está Retornando a Saturno, mientras que en el Sendero 18 Marte está de Ida, diríamos que la Conciencia tiene un profundo conocimiento de las leyes del mundo, pero que no se encuentra en condiciones de aplicarlas al gobierno de su vida, porque el constructor es aún inexperto. Esto suele ocurrir muy frecuentemente en las personas que se interesan por la espiritualidad: se contentan con adquirir conciencia de la organización divina, pero no les interesa que su constructor interno les organice la vida, de acuerdo con lo que saben. Por ello, quizás el Sendero 18 sea uno de los menos trabajados de todos cuantos existen.
Resumiendo, podríamos decir que por el Sendero 18, Saturno planta las semillas de las Leyes Eternas en Marte, que elaborará con ellas las raíces, es decir, la organización subterránea que ha de dar lugar al florecimiento de tales leyes, en la naturaleza individual primero y después en la vida social.