El Árbol Cabalístico

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Módulo 6: el trabajo de los Senderos

Sendero 26

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El Sendero 26 es llamado Inteligencia que Renueva porque es por ella que Dios, bendito sea Él, renueva todo lo que puede ser renovado en la Creación del Mundo. Su letra regente es el Ayn.

El Sendero 26 es el que une Tiphereth a Hod y su regente es el genio 47 Asaliah en la Ida y el 61 Umabel en el Retorno y forma el madero inferior vertical de la Cruz. Hemos visto como en Hod, Rigor y Gracia se interiorizan en partes iguales para crear la comprensión equilibrada de la organización cósmica. Tiphereth, al actuar sobre Hod, aporta al intelecto un suplemento de luz que le permite producir ideas nuevas, ideas que no figuran en los arquetipos generados por la divinidad. Es por ese canal que el ser humano se convierte en colaborador del Gran Logos, renovando su Obra. Esas ideas renovadoras ascenderán luego de Tiphereth a Kether por el canal 13 y serán incorporadas al planteamiento cósmico para perfeccionarlo.

A través de este Sendero el ser humano participa en las tareas de la Creación, aportando al Ego, a nuestra divinidad interna, las ideas que le permiten renovar la obra. Ya hemos visto igualmente, en las múltiples referencias a Mercurio-Hod, que es el encargado de “contratar” al personal necesario para llevar a cabo la experiencia que va a ser escenificada. Podríamos comparar a Hod con el jefe de personal de una empresa, si le añadimos además las funciones de Headhunter “cazador de cabezas”. 

Hod-Mercurio llama al personal necesario, lo desplaza de sus anteriores ocupaciones y con esos personajes vivos elabora el guión que la persona es llamada a interpretar. En lo que luego resulte, él, Mercurio, tendrá su parte de responsabilidad; cobrará por el Bien o por el Mal que la experiencia haya aportado al universo. Si ha resultado beneficioso para la Obra, la Inteligencia del Universo, la Mente Universal, se habrá enriquecido, y ese enriquecimiento se manifestará como una’ Renovación; es decir, aumentará la capacidad creadora del Logos Solar y, por consiguiente, se verán sobrepasadas las fronteras impuestas por la antigua Mente y el universo crecerá. 

Ese crecimiento hará que lo viejo tenga que ser renovado para adaptarlo a las nuevas dimensiones de la Creación. Son las experiencias vividas las que nos permiten Renovar nuestra vida y, de carambola, la Vida Universal, y Hod-Mercurio es la mente que las concibe, no a nivel primordial, como sucede con Binah, sino a nivel practico. Si la experiencia ha dado mal resultado, su fruto permanecerá en la esfera qlifótica de Hod, en espera de una nueva reconsideración, y este mal resultado también será fuente de renovaciones, porque ilustrará a la Inteligencia sobre lo que no debe hacerse.

Los Senderos 24, 25 y 26 son, como la santísima trinidad, tres en trino. Tiphereth reparte las tareas a sus tres subordinados: Netzah, Hod y Yesod, para llevar a cabo una sola labor. Ya hemos visto que Tiphereth encarga a Netzah que descubra en el bajo mundo aquello que esta en afinidad con la experiencia que baja, para arroparla y protegerla. Confía a Yesod la Voluntad de vivirla para que le dé forma, y deja a Hod el cuidado de la coordinación, de manera que la materialización de la experiencia no suponga trastornos insalvables para las experiencias que ya se están desarrollando en la persona.

En efecto, tiene que existir una coordinación; tiene que existir en nosotros mismos el Gran Coordinador, para que nuestra existencia no se transforme en un caos. Al estudiar los Senderos de la Izquierda, los encargados de la formación de los escenarios en que se desarrollan nuestras experiencias, hemos visto a menudo como en el momento de la cuadratura se forman esos impresionantes atascos, en los que, mientras unos actores quieren seguir representando la obra en cartel, otra compañía llega con la pretensión de escenificar un nuevo programa, con nuevos decorados, nueva distribución de los espacios. 

La culpa de todo ello la tiene el coordinador, o sea, nuestro Mercurio interno, que escribe para nosotros guiones tan emocionantes, tan conmovedores, que nos identificamos con la historieta que da cuerpo a la experiencia, y cuando esta ha concluido, queremos continuar el romance a toda costa, y plantándonos ante nuestro Ego, entonamos con energía el “no, no nos moverán”. 

Todo el arte de Mercurio consiste pues en hacernos vivir episodios en los que nuestras emociones no se involucren demasiado; episodios que nos permitan permanecer distanciados de lo que está ocurriendo: ser los intérpretes y al mismo tiempo los testigos presenciales de aquello que nos ocurre.

La posición de Mercurio en nuestra carta astral nos informará sobre su capacidad de concebir. Un Mercurio en Fuego, “escriturará” algo por cuenta del Ego y pasará mucho de cualquier otra consideración humana. En signos de Agua, difícilmente podrá producir guiones que no sean lacrimógenos, sentidos, emocionantes. En cambio, un Mercurio en Aire asegurará nuestro distanciamiento emocional, buscará la lógica. En Tierra, evidentemente sus guiones irán a lo práctico y tangible.

Así pues, a través del Sendero 26, Tiphereth transmite a Hod su Voluntad Emotiva, en la que se encuentra integrada la Voluntad del Ego, para que elabore el guión de la experiencia a vivir. Naturalmente, Hod-Mercurio recibirá información sobre el particular proveniente de Netzah, a través del Sendero 27 y dispondrá en sus archivos de todos los datos que sobre aquella experiencia particular hayan emitido los demás Centros de Vida. 

Con todo ello en su poder, Mercurio se pondrá en movimiento para elaborar el guión y reunir a los personajes que han de interpretarlo. Esta labor, la llevará a cabo con extrema delicadeza, porque no debemos olvidar que Hod-Mercurio es un Hochmah en el Mundo de Formación, por ser número dos en él y, por consiguiente, lleva escondido en su naturaleza el Amor-Sabiduría que Hochmah representa. Al escribir sus guiones, no puede proceder desenfadadamente, arrancando a un personaje de un elenco para situarlo en otro. En cada personaje tiene que haber una voluntad de participar, sin la cual no puede ser movido, porque si Mercurio lo hiciera así, violaría la primera de las normas del universo, que es la necesidad de libertad.

Añadamos lo ya apuntado con anterioridad, y es que el atributo de libertad se pierde cuando la persona arrastra deudas kármicas, porque entonces es con elementos procedentes del Abismo que Hod escribe el guión, y de este modo la libertad se convierte en su contrario, la obligación. Si uno de los personajes tiene obligaciones pendientes con el protagonista de la experiencia, entonces sí que puede verse arrancado de una situación en la que se encontraba a gusto, para meterse en un mal guión, en el que le tocará tal vez hacer de traidor.

A nivel humano el trabajo en este Sendero consiste en realizar una crítica iluminada del funcionamiento cósmico. Solo nosotros, con nuestras experiencias, podemos aportar al Creador datos sobre el desarrollo de las cosas en las bajas esferas en que vivimos. Estos datos los aportamos a nuestras expensas, pero si colaboramos conscientemente en esta tarea, estaremos acercándonos a Dios y nos encontraremos entre los elegidos. Este es el Sendero que nos permite estar lo más cerca posible del Eterno.