El Sendero 23 es llamado Inteligencia Estable: es la causa de la consistencia de todos los Sefirot. Su letra regente es el Mem.
Es el Sendero que conduce de Gueburah a Hod y su regente es el genio 39 Rehael en la Ida y el 60 Mitzrael en el Retorno. Ya dijimos que la Columna de la Izquierda era la que permitía las construcciones estables y la que ha posibilitado la existencia de la vida material. Hod se encuentra en la base de la Columna de la Izquierda y Gueburah en su centro. Pero aquí se trata de Inteligencia Estable y el texto yetzirático se refiere a la necesaria colaboración de ambos Sefirot para dar un sentido a todo lo que emana de los demás.
En el Sendero 23, como en el 22, Marte realiza funciones masculinas. En el 22, inseminaba a Tiphereth; en el 23, insemina a Mercurio.
Este Sendero es el de la consistencia, nos dice el texto yetzirático. En efecto, los Sefirot de la Izquierda son los que dan una Forma a los impulsos que vienen de la Derecha, y en Hod-Mercurio es donde esa Forma toma consistencia, puesto que es el Vav de la Columna de la Izquierda, de la cual Saturno es el Yod y Marte el He. Mercurio es el que exterioriza la Forma, dándole una consistencia definitiva.
Marte planta pues en Mercurio las reglas que recibe de Saturno y el deseo escenificado elaborado por cuenta de Júpiter.
Hod se sitúa en el Mundo cabalístico de Formación y Gueburah en el Mundo de Creaciones. En el terreno Formativo, donde se mueve Mercurio-Hod, las reglas procedentes de Saturno, tendrán que sufrir una adaptación que las haga comprensibles a la mente humana, esa mente que se ha ido formando con las experiencias recibidas del mundo físico y que Yesod va instituyendo y que conocemos con el nombre de la Mente Inconsciente, la que, sin razonar, da una respuesta automática a los problemas que la vida nos plantea. Esta mente formada en el mundo de abajo, no puede comprender la mecánica del mundo de arriba, y Mercurio es el que le suministra el pensamiento de Ego-Binah, adaptándolo a su capacidad de comprensión.
A una mente primitiva, Mercurio le suministra el Pensamiento del Ego en forma de terror, y así el salvaje cumple a raja tabla con las leyes cósmicas, porque teme morir si no lo hace. Al que está a medio civilizar, le sirve el pensamiento en forma de moral, que indica lo que esta bien y lo que esta mal. Cuando la mente humana se encuentra en condiciones de elaborar un razonamiento lógico, Mercurio reemplaza la moral por el conocimiento, conectando directamente la Mente Humana con el Pensamiento de su Ego, formado por Binah.
Mercurio es el institutor de la Lógica, y al recibir de Marte la información sobre el Deseo decretado por Júpiter, Mercurio le pone el móvil y la capacidad de utilizar el material que Marte ha elaborado.
Tendremos así que un Marte bien aspectado dará a la persona los instrumentos apropiados a la realización de su deseo, y un Mercurio bien aspectado le dará la capacidad de utilizarlos adecuadamente. Con un Marte en mal estado cósmico y un Mercurio bien situado, tendríamos a la persona que dispone de medios inadecuados, pero con una inteligencia para sacarles el máximo provecho. Si es al revés, tendremos que, disponiendo de excelentes medios, no puede sacarles provecho por el mal estado de su cabeza. Si Marte y Mercurio forman buenos aspectos, será señal de que el segundo capta armoniosamente el propósito del primero y traduce a la perfección sus intenciones.
Recurriendo a la Astrología comprenderemos mejor el sentido de este Sendero: Marte representa el trabajo muscular y Mercurio el intelectual. Gracias a la combinación de ambas fuerzas el edificio humano cobra sentido y todo se dispone armoniosamente en su lugar. Si la inteligencia no se acoplara al esfuerzo material, nada llegaría a tomar consistencia. El trabajo en este Sendero consiste pues en unificar la acción de la inteligencia y la del esfuerzo físico.
A nivel humano, la dinámica de este Sendero nos induce a comprender que nuestros impulsos, nuestras acciones, nuestros esfuerzos, deben ser siempre razonables. La actividad, a todos niveles, no debe ser separada de la razón, porque si deseamos y nos esforzamos en realizar aquello que no es razonablemente plausible, no solo fracasaremos en nuestro propósito, sino que todo nuestro edificio humano dejará de tener consistencia y todo se desmoronará a nuestro alrededor. Hacer solo lo razonable es condición indispensable para que en nuestra vida no se produzca un espantoso caos. La estabilidad y cohesión de todo el edificio depende de que se cumpla o no esa norma.
Ahora bien, es importante recalcar que hacer lo razonable será en base a un conocimiento de uno mismo exhaustivo, de lo contrario podríamos confundir ser razonable, con ser limitado.