Nos encontramos en este capítulo con la «buena intención», que más allá de una consigna para la vida diaria es un peaje del mundo de Deseos. Vemos aquí el mal indirecto que se genera cuando penetramos sin permiso en la vida de los demás.
El mal que se realiza sin intención o con lo que llamamos “buena intención” es un gran productor de futuras pequeñas injusticias, marginaciones, pobreza, pequeñas enfermedades (o grandes), vida áspera, difícil.