Iniciación a los Misterios de la Vida

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Módulo 4: El retorno a la tierra

Lección 24: Dificultades para entrar

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Existe otra dificultad a salvar en el trance del regreso al mundo Físico. Quienes anteriormente se han negado a ser vehículos de la vida, poniendo impedimentos a la fertilidad o abortando por comodidad, o incluso propiciando de forma intencionada estas actitudes, podrían tener dificultades en reencarnar, porque pocos serán los que se muestren dispuestos a darles vida. Pueden pasar en esta situación centenares de años, aparcados en el umbral de la vida, en el mundo del Deseo, esperando con los brazos cruzados esta oportunidad. Seguimos con la dinámica de que lo que plantas luego lo recoges

Actualmente, en el mundo del Deseo, se encuentra una gran cantidad de almas alas cuales la necesidad de existencia física impulsó hacia el mundo material y que fueron rechazadas por los que debían ser sus padres al llegar a él. Allí están, con sus otros cuerpos formados, esperando una ocasión. Esa «oportunidad» entraña sus dificultades, ya que la existencia que van a vivir tiene que ajustarse a las necesidades del Ego y a las exigencias del destino, habida cuenta de sus actuaciones anteriores.

Esto obliga a los señores del Destino a realizar otros cálculos, a programar nuevas acciones. Si el número de ángeles fuera ilimitado, con poner nuevos elementos a trabajar en este sector, la cosa podría arreglarse. Pero aun siendo muchos, su número, como el de las almas humanas, es limitado.

La idea de que Dios fabrica seres humanos y ángeles a voluntad es pueril, ya que la inteligencia nunca puede crearse mediante un acto de magia. De ser así, todo el proceso de evolución del universo sería algo inútil y la vida se reduciría a un puro juego de Dios. La inteligencia, la sabiduría, el dominio de las cosas son virtudes que se adquieren lentamente.

De modo que siendo el número de los ángeles limitado, al tener que realizar dos o tres veces la misma tarea, propicia que en el cielo «falten brazos» para la administración de los mundos superiores y ello desorganiza la vida en el cosmos entero. Algunos encarnantes llevan siglos esperando una oportunidad de vida. Otros, propulsados por sus Egos, se dirigen hacia superficies geográficas donde se desarrolla una vida de nivel distinto a la que necesitan, esperando encontrar alguna oportunidad de experiencia y vienen al mundo con un cuerpo físico rudimentario que difícilmente puede ofrecerle las condiciones que ellos precisan. Entonces el odio que sienten hacia los que debían haber sido sus padres los vincula a ellos, lo cual hará que probablemente se vuelvan a encontrar en situaciones poco agradables.

Reza un dicho: ser agradecido es de bien nacido. Agradéceles a tus padres la oportunidad de experiencias que te han brindado al ayudarte a nacer.

La entrada

Pasemos al escalón siguiente. Realizada la fecundación, el alma en tránsito entra en el interior de la madre a los 18-21 días de haber sido efectuada y allí inicia los trabajos de construcción de su futuro cuerpo físico con los materiales que la madre le facilita. Si esta provoca un aborto, ello significa que todo el trabajo de preparación efectuado en los mundos superiores ha sido vano y el Alma debe volver al mundo del Deseo para esperar allí una nueva oportunidad. 

En estos caso, su situación será la misma que la de los niños que mueren antes de los catorce años. 

Conociendo el proceso, una madre que haya llevado a cabo un aborto podría sentirse culpable. Por esta razón es necesario explicar que el sentimiento de culpabilidad resulta del todo inútil en nuestro proceso evolutivo. Lo importante, cuando alguien toma una decisión, es que conozca los pormenores que giran en torno a la misma. Cada circunstancia es única y cada persona realiza su propio proceso y debe decidir sobre su vida. Además, sabemos que existen fórmulas para corregir errores, como perdonar o pedir perdón. 

Cuerpos prestados

Cuando nace el bebé, le resulta imposible disponer directamente de sus cuerpos superiores y se conectará a los cuerpos de deseos y mental «prestados» por sus padres. Su cuerpo vital está listo a los siete años (aproximadamente), y el infante está en plena fase de crecimiento. Conectará con su cuerpo de deseos nace a los catorce años (más o menos) y el joven adquiere la facultad de procrear.  Empieza entonces la temida etapa de la adolescencia. Le tocará conectarse con su propio cuerpo mental alrededor de los veintiún años y la persona alcanza su edad adulta, su mayoría de edad (real), puesto que su mente se encuentra ya formada.

En numerosos países la mayoría de edad se ha fijado a los dieciocho años, a efectos legales. Pero desde la perspectiva del proceso creativo, esta parece una edad temprana porque el cuerpo emotivo está en plena efervescencia y el joven necesita el consejo de sus mayores para poder torear sus emociones. También es preciso tener en cuenta que esa marca es simbólica y como los procesos se aceleran cada vez más, es posible que muchos jóvenes alcancen ya su mayoría a los dieciocho y se haya iniciado la conexión con su cuerpo mental.

La adolescencia

Realizamos aquí un apunte sobre la adolescencia, ya que es un tema que preocupa mucho a los padres y que es motivo de numerosas consultas.

Desde su nacimiento hasta los catorce años, la criatura estará conectada al cuerpo de Deseos de la madre y, por lo tanto, a sus emociones. Esto puede comprobarse cuando la madre pasa por procesos de tristeza, porque sus hijos se conectan con esa energía. Los bebés, por ejemplo, suelen llorar mucho cuando la madre está pasando por la depresión post parto.

Pero volvamos a la adolescencia. A los catorce años (más o menos, dependiendo de la madurez) desconectamos del cuerpo emotivo de la madre. Es como la manguera de una gasolinera cuando llenamos el depósito, cuando está lleno la apartamos del coche. El adolescente, llegado este periodo, se desconecta de su madre y como para él su cuerpo emotivo es virgen, está sin usar, pues se encuentra como estaría un extraterrestre en un parque infantil. Todo es nuevo y no sabe cómo funcionan las cosas, lo único que sabe es que no puede seguir haciendo lo mismo que hacía antes. 

Así pues, de la noche a la mañana, nuestro adolescente decide que ya no quiere los mimos de su madre, no quiere ver la tele con ella, ni que le abrace (por lo menos delante de demás). Quiere hacer las cosas sólo, pero no sabe muy bien qué debe hacer. En su interior se está produciendo una revolución.

Si en estos casos el adolescente contara con la ayuda de sus padres, sería mucho más fácil, pero como estos desconocen también la mecánica del asunto, solo perciben que su retoño se aleja de ellos, que se hace tatuajes sin permiso, que se pone piercings y que dice que no a todo.

Desgraciadamente no existe un libro de instrucciones para afrontar estos casos. Aunque comprender el proceso ayuda mucho. Quizá lo mejor sea mostrarse comprensivos y darle al adolescente un poco de margen de maniobra para que aprenda a comprender sus emociones, lo cual no es fácil.

El sexo

El sexo de la criatura se decide en el seno de la madre, previo acuerdo del Ego con los Señores del Destino. La determinación del sexo en la criatura se lleva a cabo en función del tipo de experiencias que el Ego desea realizar.

Las necesidades evolutivas exigen que seamos de forma alternativa hombre y mujer, pero sin que sea necesario que el sexo cambie en cada encarnación, pueden precisarse varias vidas de hombre o de mujer para llevar a cabo una experiencia particular. Y si en las razas se producen identificaciones que nos atan a una determinada nacionalidad, en la elección de sexo también ocurren.

Del mismo modo que la persona que encarna en un pueblo una y otra vez acaba provocando una situación drástica que le impide volver a encarnar en él, también ocurre así en el terreno sexual. Algunas personas se empeñan en identificarse con un sexo, se sienten mujer si son hombres o viceversa. Se sabe que en el momento actual algunos resuelven esta situación con un tratamiento basado en hormonas, con un bisturí o una prótesis. Otros lo soportan pero sus inclinaciones les llevan hacia el sexo contrario al suyo.

Éste es uno de los conflictos más difíciles que una persona pueda plantearse, ya que de algún modo la personalidad mortal planta cara al Ego Superior. Éste tendrá que soportar la rebelión (aunque en ocasiones retira el carburante a sus vehículos), pero en una próxima vida el Ego recurrirá a medios que le aseguren el control absoluto sobre su vehículo físico y el individuo deberá adaptarse de una forma más drástica de vida.

Es una exigencia nuestra, ya que estamos hablando de nuestro plan de evolución. Identificarse demasiado con un estado cualquiera equivale a una paralización y a su consiguiente retraso.D