El Código Hebraico

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21.- El Shin

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 La vigésimo primera letra-fuerza es el Shin. Por su situación en la tabla de letras, vemos que el Shin es la tercera fase del Ghimel, que representa ese estado de las energías en que la acción divina se exterioriza a través del ser humano, utilizándolo como marioneta inconsciente. 

Así tenemos que, si en el Reish la semilla de la Divinidad es plantada en el ser humano, que la acepta con plena conciencia de su misión redentora, en el Shin se produce la tierra del sacrificio necesario para el desarrollo de la obra, es decir, constituye el receptáculo en el que esta semilla ha de tomar vida y crecer. 

En los misterios cristianos, las tres primeras letras del último ciclo de letras representan las siguientes fases: Qof, nace el ser puro, cuyos hombros han de aguantar al redentor del mundo. Reish, el ser predestinado toma conciencia de su misión y prepara su cuerpo para la labor liberadora. Shin, Cristo entra en Jesús y la naturaleza divina y humana colaboran conjuntamente en la salvación del universo material. 

En el proceso evolutivo: Ghimel (3), Lamed (12), Shin (21), será: Dios opera en el inconsciente del ser humano (3). La persona busca su divinidad sumergiendo su inteligencia en las profundidades de la tierra y pasa de la teoría a la práctica para descubrir las leyes que mueven el cosmos (12). Dios y el ser humano han establecido contacto y ya no hay velo alguno que oculte los misterios: la persona conoce la Ley y actúa al unísono con ella (21).

En el Shin, Binah se encuentra doblemente exaltada ya que, además de ser regente del ciclo, es también la rectora de la letra a nivel sefirótico. En los misterios cristianos, Binah es conocido como el Espíritu Santo y en las Sagradas escrituras se dice que el niño-Dios nació por obra y gracia del Espíritu Santo. Vemos así lo que esto puede significar. 

Cuando Binah, habiendo realizado su obra de creadora del universo material, se ve exaltada con la luz que en un principio retuviera Hochmah, produce el parto espiritual y aparece el ser limpio de pecado, libre de errores.

En el Tarot, el Shin está representado por la lámina número 21, que lleva el nombre de: el Loco. Con esta denominación, los que nos transmitieron el Libro de la Rota quisieron velar el sublime misterio de la encarnación de la Divinidad en el ser humano. Así vemos como casi todos los que se han ocupado del estudio del Tarot han escrito infinidad de despropósitos sobre esta lámina. 

En el Loco vemos un hombre andando apaciblemente apoyado en un bastón, con un hatillo en el hombro, sin preocuparse de un animalito que le está desgarrando los pantalones. Insensible a lo que ocurre en las partes bajas de su organismo, en la parte instintiva, con el paquete de sus experiencias a la altura de su cabeza, marcha apoyado en ese bastón, que es el símbolo de la fuerza espiritual (en los arcanos menores, los bastos corresponden al Elemento Fuego).

Si el Loco-Shin aparece en tu juego, interprétalo como el anuncio de la manifestación de la divinidad en tu vida. Todo será como debe ser, verás el futuro con soberana lucidez, tu inteligencia brillará y todo cuanto hagas llevará el sello de lo trascendente. Si el Reish significaba un cambio de valores, el Shin indica la irrenunciable vocación de defender los nuevos valores, poniendo fin al apego que generan las empresas materiales.

Claves: sacrificio, nueva vida, desapego, crecimiento, colaboración espiritual, revelación de misterios, parto espiritual, visión de futuro, despreocupación.

Si quieres que el Shin actúe en tu vida y mueva alguna de sus claves, dibuja la letra en un papel, luego escribes en la parte de atrás lo que quieres conseguir.