La vigésimo séptima letra-fuerza es el Tsade final, es la letra-fuerza que cristaliza la Palabra Creadora y la convierte en resultados prácticos. Por ese Tsade final las potencias superiores se ven obligadas a actuar al servicio de quien las invoca, de modo que esta Morada es, por excelencia, la de la magia.
Esta Morada está regida por Yesod y, por consiguiente, en ella se reúnen todas las virtudes superiores de las cinco últimas letras, las que van del Khaf final al Tsade final, para formar la imagen de una perfección futura; para formar esa estrella de 5 puntas imagen de la perfección conseguida tras un trabajo repetido sobre ti mismo. Sirve para formar el esquema de un nuevo universo, el que desarrollaremos en un próximo Día de Manifestación y del que ahora debemos generar una avanzadilla.
El Tsade final representa la fase Vav del Theith, esa letra en la que tomamos consciencia que la evolución es un trabajo común y empezamos a darle más protagonismo a esa otra parte de nosotros representada por la persona que tenemos enfrente, por la pareja.
En el Tsade final se producen las bodas alquimias entre las diferentes partes de nuestro ser. Tomamos consciencia de que somos uno y que cuando unimos todas nuestras personalidades, nos convertimos en dioses creadores, en seres mágicos.
Llegados a este punto, el proceso crístico ha terminado. Aquí los Dioses descansan y nosotros operamos. Cuando se potencia el Tsade final, adquieres poderes mágicos.