La décima letra-fuerza es el Yod. En la tabla alfabética vemos cómo el Yod encabeza la segunda fila de letras, situándose debajo del Aleph. Con el Yod se produce un retorno a la unidad, pudiendo decirse que el Yod es un Aleph interiorizado, o sea, el manantial de vida que en el Aleph es la simiente de todas las cosas, en el Yod es una fuerza que actúa desde nuestro interior y que, por lo tanto, nos da la posibilidad de crear todas las cosas.
Podemos decir que el Yod es un Aleph en fase He (en segunda posición), es decir, el poder divino plantado en nuestra tierra humana que es el cuerpo físico, estableciendo así en nosotros la base racional para la comprensión de la obra divina, puesto que nada puede comprenderse si no se lleva dentro la clave que ha de permitir esa comprensión. (Por ejemplo, si hemos aprendido francés, poniéndonoslo «dentro» de nosotros, entenderemos el francés que se nos habla desde el exterior).
Si el Teith representaba el punto en el camino en que la persona ingiere el maná divino, el Yod representará el momento de la asimilación de ese maná, o sea, la incorporación del pensamiento divino en nuestro organismo físico. Eso generará en nosotros una nueva perspectiva, una nueva visión de las cosas. El Yod nos ayuda a asimilar el pensamiento, como asimilamos la comida. Eso significa que la acción del Yod en nuestra vida generará una transformación que al principio puede pasar desapercibida y que se mostrará totalmente en el Khaf.
La fuerza del Aleph es demasiado potente para ser asimilada directamente y se necesitará la intervención del Yod. Si el Aleph representa un cambio radical, porque es el principio de todo, el Yod también llevará asociado un movimiento en nuestras estructuras internas, que acabará por plasmarse en el exterior.
A nivel de Elementos, el Yod es el Aire en su fase de creación y transformación interna. A nivel de fenómenos naturales, el Yod representa la fase en que las semillas del pensamiento, transportadas por el aire, son aspiradas por los pulmones e incorporadas al organismo físico.
En el ciclo astrológico el Yod representa el signo de Acuario y de él hereda el poder creador que permite construir en la Tierra los modelos edificados en el cielo.
En el orden sefirótico, el Yod corresponde a Malkuth, realizando así funciones de cristalizador del Aleph, pero siendo este Séfira un Kether potencial, el Yod representará al mismo tiempo a Kether en un nuevo ciclo, el de las creaciones internas, de modo que después de haber elaborado el escenario cósmico a través de las diversificaciones primarias de la energía del Aleph, Kether iniciará con el Yod la fase en que su creación elabora a su vez interiormente otra creación a imagen y semejanza de la primera.
Por otro lado, dando inicio a la segunda fila de letras, el Yod tendrá también incorporadas las virtudes de Hochmah, el Séfira número dos, por lo que será una transmisora de sabiduría.
En el Tarot, el arcano mayor que representa al Yod es la lámina número 10, que lleva el nombre de la Rueda de la Fortuna. En ella vemos la imagen de un monarca de faz simiesca, coronado en la cúspide de la rueda, que es precipitado hacia abajo, al tiempo que eleva a otro personaje que se encontraba en el cuadrante de ascenso de la rueda.
Esta lámina ilustra perfectamente los efectos del Yod sobre la vida de la persona, ya que el pensamiento divino, el cuerpo mental, al interiorizarse, desplaza los valores por los que se había regido hasta entonces la persona. Hasta ese momento, los deseos habían reinado en nosotros como monarcas absolutos, dictando sus leyes en nuestra conducta. Al aparecer el Yod, el rey de los deseos se precipita hacia abajo y la ley del pensamiento ocupa la cima de nuestra vida.
Si la Rueda de la Fortuna aparece en el juego, interprétala como una toma de conciencia de tus poderes creadores: capacidad de inventar, de descubrir, de ordenar las cosas de una manera adecuada. Liderazgo, victoria de la razón, triunfo final sobre las pasiones. Triunfo de lo que debe ser según el criterio más elevado, elaboración de un mundo nuevo sobre una base racional, descubrimiento de la espiritualidad, descubrimiento del orden interno que permitirá descubrir a su vez el orden cósmico externo. Descubrimiento de nuevas facultades en tu interior que han de llevarte a un cambio radical de vida. Renovación, nuevo amanecer, regeneración, nueva oportunidad, nuevo ciclo: tales son los enunciados inherentes a esta carta.
Claves: descubrir poderes, inventar, descubrir, reordenar, liderazgo, cambio, interiorización, asimilación, transformación, victoria de la razón, renovación, regeneración, nueva oportunidad.
Si quieres que el Yod actúe en tu vida y mueva alguna de sus claves, dibuja la letra en un papel, luego escribes en la parte de atrás lo que quieres conseguir.
Pliega el papel y lo pones cerca de tu documento identidad hasta que se cumpla. Lo mismo puedes hacer con cualquiera de las letras.