Los signos y sus Decanatos

0 de 19 lecciones completas (0%)

Introducción a los Decanatos

El Zodiaco

No tienes acceso a esta lección

Por favor, inscríbete o accede para acceder al contenido del curso.

El zodiaco es el primer elemento que estudia la ciencia astrológica. Está formado por doce figuras que constituyen las doce fuerzas primordiales. Es la madre que ha dado substancia para la formación de nuestro sistema solar, del mismo modo que la madre física da sus substancia al bebé para que forme su cuerpo. Por consiguiente, todo empieza por el Zodiaco. 

Una mala traducción de la biblia hace decir a Moisés que Dios creó el mundo de la nada, pero esto no es cierto, ya que de la nada, nada puede salir: el Dios de nuestro sistema solar utilizó las esencias contenidas en los doce signos del Zodiaco para construir nuestro mundo. Por ello, porque estamos hechos de la esencia zodiacal, la Astrología puede prever la dinámica de nuestro comportamiento, dados los impulsos activos en una persona en un momento determinado.

El Zodiaco y las constelaciones

No es lo mismo hablar de los signos del Zodiaco que de las constelaciones. El Zodiaco tiene una existencia metafísica, está formado por esencias invisibles que no tienen materialidad, no se las puede ver. En cambio, las constelaciones son grupos de estrellas que son visibles y tienen existencia real.

El Zodiaco, así entendido, fue revelado al ser humano por inspiración, como lo fueron las mitologías y las religiones. Los científicos se propusieron averiguar cuál era el origen de aquello que los filósofos de la antigüedad llamaban Zodiaco, y observando el cielo se dieron cuenta de que si se unían con una línea imaginaria grupos de estrellas, aparecía un dibujo que, con cierta imaginación, podía resultar ser el de los animales de los signos zodiacales, y así nacieron las constelaciones. 

Pero esos grupos de estrellas se encuentran en movimiento, de manera que la constelación de Aries, por ejemplo, ya no se corresponde al emplazamiento del signo Aries, y ese argumento ha sido utilizado por los científicos para invalidar los fundamentos astrológicos, ignorando que signos y constelaciones son cosas distintas.

La Astrología no trabaja, pues, con constelaciones, sino con signos, y estos se dividen en cuatro grupos o Elementos: Los signos de Fuego, de Agua, de Aire y los signos de Tierra.

La astrología convencional trabaja con el zodiaco constituido cuyo orden todo el mundo conoce: Aries, Tauro, Géminis… En cambio, la astrología Cabalística trabaja con el zodiaco constituyente, siguiendo el orden que tienen los Elementos en la Creación: Aries, Leo, Sagitario, Cáncer, Escorpio, Piscis, Libra, Acuario, Géminis, Capricornio, Tauro y Virgo.

Los cuatro Elementos

Los signos de Fuego

Según la tradición cabalística, el Fuego fue el primero de los Elementos con los que trabajaron los creadores de nuestro sistema solar en el Primer Día del actual período de manifestación, y como esta dinámica quedó escrita en el historial de los procesos creativos, cualquier iniciativa que tomemos en nuestras vidas ordinarias, comienza también por el Fuego.

Pertenecen al Elemento Fuego los signos de Aries, Leo y Sagitario.

En términos psicológicos, el Fuego se convierte en entusiasmo, fe, ardor interno que impulsa a la persona a crear, de modo que los nacidos bajo signos de Fuego son creadores, iniciadores, los que ponen su entusiasmo y su fe en algo que aun no existe y que no existiría si esas cualidades no fueran desplegadas. 

En toda obra humana, las personas de Fuego son indispensables en el período inicial y, sin ellas, cualquier empresa se hunde rápidamente o no llega ni tan siquiera a ver la luz. El Fuego es el motor que lo mueve todo, es el elemento primordial, es la Voluntad Suprema sin la cual nada puede existir.

El signo de Aries es la puerta de entrada del Fuego en la naturaleza humana y los nativos de este signo se encuentran en el comienzo de un ciclo de experiencias. Son seres de futuro, lanzados hacia lo que aún no tiene forma y se sienten poco conectados con el presente. Para ellos, la realidad no es lo que sucede, sino lo que sucederá.

El signo de Leo estabiliza el Fuego en la naturaleza humana, y a la persona le viene la visión interna, inconsciente, de cómo funciona el mundo, traduciendo las reglas en valores morales, que son en realidad los pilares que sostienen el Universo. Por ello, se encuentra a menudo a estos nativos en puestos de responsabilidad política y social. Gracias a su dinámica el mundo se sostiene en pie.

El signo de Sagitario es el exteriorizador del Fuego. Estos nativos exteriorizan, pues, las reglas instituidas por la clase creadora, y gracias a su impulso, si no están corrompidos, el mundo funciona como debe funcionar.

Los signos de Agua

Pertenecen al Elemento Agua los signos de Cáncer, Escorpio y Piscis.

El Agua es el segundo de los Elementos, y nos dice la tradición cabalística que apareció en el segundo Día del actual período de manifestación. En el ciclo de creaciones humanas, también aparece en segundo lugar. 

El Agua es el enemigo natural del Fuego, puesto que tiende a apagarlo. Traducido a términos psicológicos, el Agua es: sentimientos, emociones, deseos, pasiones. Cuando esas cualidades son dominantes en la persona, la espiritualidad mengua, y el trabajo humano consiste en conciliar el Agua con el Fuego, y cuando se consigue, la vida vuelve a ser esplendorosa y fecunda, del mismo modo que la tierra necesita de agua y sol para su fertilidad.

El signo de Cáncer es la puerta de entrada del Agua, es decir, de los sentimientos, emociones, y deseos del ser humano. Analógicamente, es el agua de lluvia. El signo da personas soñadoras que viven impulsadas por sus emociones y que aportan a la sociedad las cualidades llamadas de corazón. Son productoras de sentimientos por excelencia, y gracias a ellas el mundo es más humano.

El signo de Escorpio estabiliza el Agua en la naturaleza humana y hace que el encadenamiento a los sentimientos sea muy fuerte. Analógicamente, las aguas de Escorpio son las de los ríos y lagos, y también las de los charcos polucionados. Ello da personas inmersas en sus sentimientos, en sus problemas personales, que contemplan complacientes su pasado y a veces sienten miedo ante las incógnitas que les plantea el porvenir.

El signo de Piscis es el exteriorizador del Agua, o sea de las emociones, de los sentimientos, de las pasiones que son lanzadas al medio social para encontrar en él quien las encaje.

Analógicamente, las aguas de Piscis están en correspondencia con el mar, y los nacidos en este signo son auténticos depósitos de emociones, lo cual hace que se encuentren permanentemente movilizados en la búsqueda de un amor.

Los signos de Aire

Pertenecen al Elemento Aire los signos de: Libra, Acuario y Géminis.

El Aire es el tercero de los Elementos y apareció en el Tercer Día del actual período de manifestación. También en el ciclo de creaciones humanas, el Aire aparece cuando el Agua ya se ha retirado. Es decir, cuando las emociones desaparecen, empieza a reinar la razón, ya que en términos psicológicos Aire es razón, lógica, pensamiento. El Aire-razón ordena de una manera lógica los impulsos procedentes del Fuego y del Agua.

El signo de Libra es la puerta de entrada del Aire, o sea de la razón en el ser humano. El ideal que persigue Libra es el de integrar, de unir partes dispersas y complementarias que en la sociedad existan. Por ello es el signo del matrimonio, de las asociaciones, de los pactos y de todo lo que significa organización.

El signo de Acuario estabiliza la razón en el interior de la persona, y este depósito de razón le permite recibir la idea que late en el fondo de las cosas; contempla los mecanismos del universo en lo abstracto y puede, por consiguiente, traducirlos en términos concretos. Por ello los inventores, los descubridores, los innovadores, pertenecen a menudo a este signo o tienen una fuerte concentración planetaria en él.

El signo de Géminis constituye la puerta de salida del Elemento Aire, o sea, a través de él se exterioriza el pensamiento, la idea, la opinión, después de haber sido elaborada en Libra y Acuario. Por ello Géminis es el signo de la difusión, del periodismo, de la literatura y se encuentra frecuentemente a los nacidos bajo ese signo ejerciendo funciones de periodistas y escritores.

Los signos de Tierra

Pertenecen al Elemento Tierra los signos de Capricornio, Tauro y Virgo.

La Tierra es el cuarto de los Elementos y dicen los cabalistas que apareció en este Cuarto Día del actual período de manifestación en el que nos encontramos.

En términos psicológicos, la Tierra se traduce por sentido práctico, capacidad de enraizarse. Quien empieza su ciclo experimental en el Fuego, vive intensamente sus emociones en el ciclo de Agua, pasa por experiencias intelectuales, de formación de su pensamiento, en el ciclo de Aire, y termina convirtiendo todas esas experiencias en hechos materiales en el ciclo de Tierra.

El signo de Capricornio representa la puerta de entrada del Elemento Tierra en el ser humano. Con las fuerzas de este signo la persona edifica la sociedad, tanto en un sentido material, levantando casas, trazando carreteras, puentes, urbanizando, como en sentido figurado, dictando reglamentos y leyes que permitan vivir civilizadamente. Por ello es el signo de los políticos por excelencia.

El signo de Tauro estabiliza lo material en la persona, a quien, después de haber sido impulsora de las cosas en el ciclo de Fuego, de haber actuado apasionadamente en el ciclo de Agua, de haber edificado con el pensamiento en el ciclo de Aire, y después de haber realizado los trabajos prácticos en Capricornio, le llega el momento de cobrar por todos los esfuerzos desplegados. Por ello los Tauro son a menudo personas que viven de sus rentas, sin demasiadas obligaciones laborales, o con numerosas facilidades, descansando del largo esfuerzo realizado en anteriores existencias.

El signo de Virgo constituye la puerta de salida del Elemento Tierra, y esto significa que los tesoros materiales acumulados en el período de Tauro, tienen que salir para que el ser humano pueda pasar a otro ciclo experimental. Se encuentran pues los Virgo en una triste situación, porque les toca desprenderse de las riquezas, y en la actual sociedad, quien se desprende de sus sentimientos en la etapa de Piscis, se encuentra en un estadio más sereno; quien se desprende de sus pensamientos en el período de Géminis, siente el placer de influenciar en la sociedad con sus opiniones e ideas. Pero quien tiene que desprenderse de sus posesiones materiales lo hace sin placer alguno, casi siempre forzado por el torrente de los acontecimientos. Pero es ineluctable que todo tenga un final y Virgo es el signo en el que un gran ciclo de experiencias termina.