Los signos y sus Decanatos

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Los signos y sus decanatos

Libra y sus Decanatos

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Libra es el séptimo signo del Zodiaco constituido y del constituyente (por Elementos). Corresponde, como primer signo de Aire, a la fase de plantación de la semilla mental. Libra, lo mismo que Aries y Cáncer, es una puerta a través de la cual las energías cósmicas penetran en el ser humano. 

A través de Aries penetraba el Elemento Fuego; por Cáncer penetraba el Elemento Agua, y por Libra penetrará en nosotros el Elemento Aire, que en nuestro organismo anímico se convierte en lógica, en razón. El ser de Libra, en su camino evolutivo, ha trabajado antes bajo el ciclo de Fuego, en el que el Yo eterno le impulsó un programa. Trabajó después a las órdenes de su Yo emotivo y vivió a fondo la etapa de los sentimientos, hasta que se desprendió de ellos naciendo bajo el signo de Piscis, cuya dinámica consiste en echar por la borda las emociones. Ya libre de deseos, aborda la etapa intelectual que lo llevará a interesarse por la razón de todas las cosas. ¿De dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos? ¿Cuál es el objeto de nuestro paso por el mundo? ¿Cómo funciona el universo? 

El nativo de Libra es quien se interroga, quien indaga, quien encuentra el hilo que le llevará al descubrimiento de la verdad. En la etapa emotiva, la del Agua, la persona vive encerrada en su Yo. «Primero yo y después todo lo demás», este es su lema. Se convierte así en adoradora de sus propias costumbres, de su etnia, de su grupo, de su nacionalidad… Es quien busca la fuerza del clan para afirmarse. Pero cuando ha salido del ciclo de Agua, esa persona, situada ahora en Libra, levanta los ojos hacia el cielo y descubre la transcendencia. 

Descubre, en primer lugar, que ante la inmensidad del universo, ella no podrá nada si no se une a los demás. Se da cuenta de que los demás son una parte de sí y a partir de entonces dedicará su vida a la búsqueda del otro, de esa persona con la cual entenderse y compartir ideas, sentimientos, avatares, conflictos. 

Libra es el signo que rige el matrimonio y los nativos de este signo están especialmente destinados para integrarse con el otro, para renunciar a sus particularismos, de manera que quede en ellos un lugar para que el cónyuge pueda subsistir. Y esa pareja será el primer eslabón, necesario, porque todo empieza por uno mismo, para toda una cadena de integraciones que abarcará la humanidad entera. 

En Libra el altruismo le gana la partida al egoísmo, que es la nota característica de la etapa sentimental. Cuando llega a este punto de evolución, el nativo de Libra, -suponiendo que a lo largo de las distintas encarnaciones haya ido recorriendo una por una todas las estancias zodiacales-, deja atrás los condicionamientos emocionales de la etapa anterior, la del Agua, para incorporar a su patrimonio vivencial los valores del Aire: la lógica, la razón, el entendimiento. 

Abandonará, pues, el escenario sentimental para ejercitar su creatividad y mover su voluntad en el campo, inédito, de las ideas. Naturalmente, nos referimos a la esencia pura y genérica del signo, ya que un nativo de Agua puede perfectamente vivir más experiencias mentales que emotivas si tiene mucho Aire en su tema astral, o a la inversa para uno de Aire si tiene mucha Agua. 

El mensaje fundamental de este sector del Zodiaco es la toma de conciencia de que el mundo es una obra colectiva, de que la individualidad potenciada en ciclos anteriores no es más que una etapa que es necesario vivir, pero en la que no se puede uno detener, porque frenaría la propia evolución. 

En Libra, lo que debe primar es la búsqueda del otro, del complemento, del socio, para la vida, para los negocios, para todo. No se trata tanto de una participación o de una unión efectiva, -más propia del tercer signo de Aire, Géminis- como de una disposición interna para ello, de la voluntad de crear los arquetipos necesarios para favorecer la convivencia social a todos los niveles. 

El segundo mensaje o gran descubrimiento de Libra es la idea de la justicia; la idea de que el universo está regido por unas leyes, y si se descubren y respetan, todo se aguanta, mientras que si no se observan, todo se hunde. Así vemos que el Libra, a lo largo de su vida, va procediendo a rectificaciones y retoques de su conducta, puesto que al iniciar su andadura, viene al mundo repleto de los valores emotivos, los del ciclo anterior, según los cuales no hay más ley que la de los deseos. 

Si sobrepasa lo que cree que es la norma, el Libra rectifica, se vuelve atrás, y acompasa de esta forma su comportamiento con la armonía universal. 

Libra, tal y como lo muestra su símbolo gráfico, la balanza, es un signo de búsqueda de equilibrio en el que la persona debe aprende a armonizar sus distintas tendencias de manera que juntas formen una hermosa sinfonía; debe hacer que su comportamiento sea lo más parecido a una obra de arte. Utilizará para ello la sensibilidad, el refinamiento y la delicadeza puestas a su disposición, cual regalo divino, por Venus, su planeta regente. Esa búsqueda de equilibrio le llevará a menudo a duda y a tener que deshojar la margarita para tomar una decisión.

Este es probablemente, junto con Cáncer, el signo más femenino del Zodiaco. La mujer Libra suele destacar por su elegancia natural, su simpatía y su dulzura, por su encanto y por sus encantos, como lo atestiguan algunas nativas de esta franja zodiacal: Catherine Denueve, Brigitte Bardot o Rommy Schneider. 

El hombre Libra tampoco se queda corto en el terreno de la seducción, es atento, cortés y detallista, en casos extremos puede incluso aparecer amanerado Chalton Heston, Yves Montand pertenecen al signo. Si se le pregunta a este nativo lo que más odia en el mundo, es muy probable que conteste instintivamente y sin pensarlo: el conflicto, la guerra, las luchas. De hecho, el campeón de la no violencia, -el Mahatma Gandhi-, era Libra. Los nativos de este signo son por antonomasia gentes de paz, de consenso, siempre dispuestos a buscar un acuerdo que satisfaga por igual a las dos partes en caso de litigio. Evitarán en lo posible tomar partido y ratificarse en una postura determinada porque intuyen que con esta actitud no harían más que crear en ellos dos bandos distintos, plantando así la semilla de un posible conflicto externo. 

Sus detractores pueden reprocharles, si no comprenden la naturaleza de su misión, su falta de definición, pueden tacharles de veletas o de chaqueteros ya que, con tal de evitar cualquier enfrentamiento, son capaces de pactar a la vez con el gobierno y con la oposición, con el jefe y con sus subalternos. 

Las actividades más representativas del signo forman un amplio abanico que puede abarcar desde un cargo sindical hasta la práctica de un arte, pasando por la carrera diplomática, la creación de asociaciones o de empresas de contactos entre parejas, la moda, la decoración, o el cine. En política, pueden desempeñar un papel importante en cuanto se requiera la intervención de un hábil mediador capaz de nadar entre dos aguas sin perder la ropa. 

En la medida en que el nativo no sepa responder a nivel interno a las vibraciones profundas de su signo, haciendo que su vida exhale el perfume de las cosas bien equilibradas y que su sola presencia en cualquier escenario humano sea garantía de paz y entendimiento, si no sabe estar a la altura de su misión profunda, -decíamos-, entonces sentirá la necesidad de compensar su falta de armonía interna buscándola en el exterior y se dedicará a la práctica de algún arte en pos de un equilibrio que no sabe conseguir de otra forma. Y parece confirmar este razonamiento el hecho de que la mayoría de los grandes artistas tienen una vida personal bastante caótica. 

Los aspectos negativos pueden dar una tendencia a unir aquello que, por su naturaleza, no puede serlo; darán problemas en la convivencia y cierto oportunismo. También pueden producir un exceso de indecisión, una voluntad débil y con poco empuje, poca capacidad de lucha; darán al esteta que se refugia en la torre de marfil de su percepción selectiva y subjetiva de la realidad, desligándose fríamente de toda persona o situación que no pertenezca a este círculo restringido.

Si su Sol es débil (con pocos aspectos) o si en su tema tiene varios planetas en signos de Agua, aunque su voluntad ansíe la concordia, puede verse envuelto en numerosas luchas y ello dará lugar a una naturaleza violenta que se indigna al comprobar que los demás, a pesar de sus esfuerzos, no quieren fumar la pipa de la paz. 

Podemos destacar como principales claves el pacifismo, la belleza, el equilibrio, la capacidad para la conciliación y para la práctica artística, el refinamiento; y en la otra vertiente, el temor a la soledad, la indecisión, la duda, el oportunismo y cierta frialdad.

Primer Decanato de Libra

El primer Decanato de Libra cubre los grados que van de 0 a 10 del signo, es decir, los nacidos del 23 de Septiembre al 2 de octubre (aproximadamente). Es el Decanato Yod, Regido por Venus, planeta que rige igualmente la totalidad del signo. En el orden sefirótico está regido por Kether. En el Tarot es el domicilio del as de espadas. Es un Decanato de presente.

En este Decanato se realizan los trabajos propios del signo. Estos consisten en plantar el germen de la inteligencia, de la razón. Nos cuenta la historia mítica que cuando el Creador vio que la humanidad estaba preparada para recibir el cuerpo mental que le permitiría pensar, el Sol atravesaba el signo de Libra. Estábamos en Libra cuando cayo el maná divino del cielo y, por primera vez, pudimos formular un pensamiento. Y ahora, cada vez que una nueva forma mental aparece, encontramos a un Libra que la ha estado generando. 

En el primer Decanato de Aries vimos cómo fueron plantadas las semillas del designio. En el primer Decanato de Cáncer pusimos nuestros deseos a trabajar el él, y en el primer Decanato de Libra entra en funciones el elemento razonable, que ha de establecer lo justo, es decir, aquello que los mundos de abajo pueden comprender, esto es, absorber, de los mundos de arriba. 

En Este Decanato la persona ha de tomar conciencia de que el mundo es una obra colectiva, que la individualidad no es más que una etapa, una chispa que revela un trabajo que debe ser llevado a cabo por parte de todos. En este Decanato serán plantadas, pues, las semillas de la participación. Las persona inscritas en él irán lanzadas a la búsqueda del otro, de su complemento ideal; al descubrimiento del que está animado por los mismos objetivos. 

Como Libra es signo de exteriorización en el ciclo de los signos cardinales (Aries-Yod, Cáncer-He, Libra-Vav) y también en el de los elementos, -Fuego-Yod, Agua-He, Aire-Vav-, estas personas encontrarán lo que buscan, o sea, los otros, con los que asociarse para llevar a cabo una obra común. Pero como dentro de su Elemento Libra es un Yod, su trabajo consistirá en crear los arquetipos de la convivencia social. 

La función esencial de los Libra del primer Decanato consiste pues en generar nuevos pensamientos, en poner nuevas formas mentales en circulación. No es necesario que profundicen en la forma de pensar, hasta el punto de aportar pruebas de lo que afirman. El momento de la prueba ya vendrá después, cuando desarrollen trabajos bajo el signo de Acuario, que es el siguiente de la trilogía de Aire. De momento, se trata tan solo de lanzar ideas vagas; de lanzar lo que podríamos llamar el esqueleto de la idea, para que los demás, la sociedad entera, lo vayan llenando de carne, de órganos, de medios de percepción.

La razón tiene un atributo principal y es la lógica. Cuando la razón se pone a funcionar, la lógica obliga a la idea a tomar una determinada forma que es común a todos y es por ello que a través del ejercicio de la razón todos llegamos a entendernos, porque la lógica acaba poniéndonos a todos de acuerdo. Decía Descartes «lo único que me diferencia de la forma de pensar de otras personas, es que a lo mejor ellas le han dedicado una hora a pensar en un tema determinado y yo he dedicado al mismo tema mil horas. Cuando ellas también hayan dedicado mil horas, estaremos totalmente de acuerdo sobre la cuestión». 

Así, los nativos de Libra abren un proceso intelectual que llevará a toda la humanidad a pensar lo mismo sobre los problemas que se nos plantean en un momento dado, pero, felizmente, el pensamiento nunca será uniformado porque constantemente acceden al mundo nuevas oleadas de Libras, portadores de gérmenes de pensamientos nuevos sobre el inagotable manantial del pensamiento cósmico. 

Al captar la verdad en forma de pensamiento, los Libra captan igualmente su belleza, su orden, su armonía, y la traducen sin necesidad de palabras en maravillosos lienzos que rendirán testimonio eterno a la verdad. Todos los Libra del primer Decanato tiene facilidades para la pintura o el arte, siempre que no se vean penalizados por malos aspectos. Venus, el planeta que los rige, vuelca sobre ellos sus atributos, pero las personas que mejor expresan las virtudes del signo no son los pintores, sino los que convierten su vida en una obra de arte de armonía y gracia; los que ponen la belleza en cada uno de sus gestos. Brigitte Bardot ha nacido con el Sol en este Decanato. 

Este Decanato guarda analogía con la historia del Pueblo Elegido y podemos decir que los que evolucionan en él son los obreros de las pirámides, es decir, los que están levantando una obra que va más allá de sus intereses personales, representados por su yo emotivo. Levantada la pirámide de la convivencia social, la vida los llamará a participar en el pensamiento divino y recibirán el maná en el desierto.

En este Decanato se preparará, pues, el gran viaje que ha de conducir a la Tierra Prometida y encontraremos en él a menudo a gentes que se ocupan de la preparación de viajes, a través de agencias, de club de vacaciones o algo parecido. Ya hemos dicho algunas veces en estos cursos que el viaje es la representación material de esa tendencia interna que nos lleva a ir más allá de nosotros mismos. En este caso, se trata del viaje que conduce desde las tierras del supremo Yo, representadas por Aries, hasta las tierras del tú, del otro, representadas por Libra. 

En las antiguas escuelas iniciáticas, los neófitos realizaban simbólicamente ese viaje en el que, partiendo del Este-Aries, punto en el que nace la luz y que representa el mundo subjetivo que cada uno de nosotros aporta a la sociedad al iniciar nuestro peregrinaje en la tierra, se dirigían hacia el Oeste-Libra, representando el mundo objetivo de lo concreto. 

Concretizar la luz será el objetivo de los inscritos en este Decanato. En la Tierra, cuando la luz pura del Sol toma cuerpo en las formas, ello da lugar a ese metal que conocemos con el nombre de oro y que la sociedad tanto adora porque su valor es inalterable. Crear lo permanente será la misión de los que trabajan en ese sector del Zodiaco. Lo permanente se forma cuando una serie de átomos trabajando a una determinada frecuencia se juntan para formar una molécula. En el terreno social, ese átomo es la familia, de modo que el primer trabajo de estas personas consistirá en buscar el complemento con el que asociarse íntimamente y crear los hijos que realizarán funciones de electrones, mientras ellos, los esposos, serán el núcleo de ese átomo, el protón y el neutrón. 

Tal como ya hemos apuntado alguna vez, la familia aparece como un elemento primordial en la ordenación cósmica; como la materia prima de la obra, el átomo social, del mismo modo que el átomo físico es la base de toda constitución orgánica. Quienes ven en la familia una organización caprichosa, urdida por los hombres, es que no han estudiado su analogía con la constitución del universo. 

Así pues, la búsqueda del otro con el que formar complemento y átomo social será el trabajo esencial de estas personas. Si en el primer Decanato de Capricornio encontramos a los que manipulan el tejido físico del mundo para darle formas concretas, aquí hallamos los que manipulan el tejido social para darle formas también; a los configuradores de la sociedad, y de su trabajo dependerá el que en un futuro próximo la sociedad sea una cosa u otra. Adolfo Suárez, Gandhi y Lech Walesa pertenecen a este Decanato. 

Los buenos aspectos sobre esa zona del Horóscopo han de dar lugar a la constitución de células sociales sólidas y solidarias, dando origen a la constitución de familias unidas y de matrimonios entre personas que se complementan. 

Los malos aspectos producirán todo lo contrario: unión de personas que no pueden constituir un átomo social por vibrar a distintas frecuencias. No son complementarias y, por lo tanto, el andamiaje de esa construcción humana cederá a la primera prueba. El famoso cantante Julio Iglesias nació con Mercurio y Neptuno en el primer Decanato de Libra. 

Cualquiera que sea el lugar que ocupe la Casa VII, la del matrimonio, en un Horóscopo, el estudiante deberá observar lo que ocurre en este primer Decanato de Libra y si algún planeta le envía un mal aspecto, deberá concluir que las semillas de la convivencia encontrándose perturbadas, no podrán dar el fruto que normalmente se espera de ellas.

Segundo Decanato de Libra

El segundo Decanato de Libra cubre los grados que van de 10 a 20 del signo, es decir, los nacidos del 3 al 13 de octubre (aproximadamente). Es el Decanato He, regido por Saturno, planeta que rige Acuario, signo He de Aire. En el orden sefirótico está regido por Hochmah. En el Tarot es el domicilio del dos de espadas. Es un Decanato de anticipación o futuro.

En este Decanato se realizan además de los trabajos propios del signo, trabajos de anticipación, correspondientes a la etapa de Acuario, que es el siguiente signo de Aire. Este Decanato está regido por Saturno, que es, al mismo tiempo, el regente de Acuario. Una de las virtudes atribuidas al signo de Acuario es la de producir fraternidad universal, no esa fraternidad que viene de la pertenencia a una misma sangre, sino la que procede de un mismo linaje espiritual, la amistad. Aquí se trata de profundizar en la idea, de ponerla a prueba. 

En Acuario el pensamiento se desmenuza y se estudia por partes, para ver como funciona por dentro, podríamos decir, y en este Decanato se realizan los mismos trabajos, pero anticipadamente, cuando aun no ha llegado el tiempo de hacerlo, y de ahí que esos investigadores prematuros no dispongan de los instrumentos necesarios, de los libros necesarios, ni de los locales adecuados. Son investigadores a domicilio, que se empeñan en hacer algo que está reservado a su futuro, pero ellos son impacientes y quieren hacerlo ya. 

Cuando el pensamiento universal, producido por Libra, penetra en el interior y ordena todos nuestros tejidos orgánicos, lo mismo en el cuerpo físico que en los cuerpos espirituales, se produce el reconocimiento de todos los valores, se contempla interiormente el paisaje universal y viendo cómo cada cosa se encuentra en su sitio y realiza su función, comprendemos la ineludible necesidad de todo lo manifestado, tanto en su aspecto positivo que llamamos bien como en su otra vertiente que lo aguanta y que denominamos mal. 

En ese segundo Decanato, la persona tiene una visión utópica, prematura, de esa armonía, pero como no corresponde a una conquista interior, sino a una simple visión anticipada, no podrá proyectar al exterior, lo que en realidad no existe aún en su interior. Y así veremos que en la búsqueda del otro, que es trabajo propio de Libra, esta persona exigirá al perfecto otro, al que pueda protagonizar esa armonía que constituye una gran ilusión. Pero nada puede construirse en el futuro, es decir, nada puede edificarse en la superficie exterior si antes no se ha puesto los cimientos que han de aguantar el edificio, de modo que la persona verá desmoronarse una y otra vez ese ideal de encontrar las personas que se ajusten a la perfección a su esquema de construir sociedades ideales con las que mejorar la convivencia entre los seres humanos. 

Este será, por excelencia el Decanato de las ilusiones fallidas. Sin embargo, su labor anticipadora no ha de ser vana. En los Evangelios Cristo loa a los impacientes que conquistan por anticipado cimas en las que aún no tienen vida estable. A menudo las personas que viven volcadas en su cotidianidad, no prestan la debida atención a las posibilidades que su tierra o su entorno les ofrece. Esto lo hemos visto los españoles con el turismo, en el que las gentes del lugar no han creído y han tenido que ser inversores extranjeros quienes financien la construcción de hoteles. 

Los visionarios del segundo Decanato de Libra pueden mostrarse más activos en la edificación de la sociedad justa que los del Segundo Decanato de Acuario, que son los que realmente se encuentran en el «país» desde el que es posible construir esa sociedad. Los nativos de Libra serán, pues, un poderoso estímulo para los de Acuario y les construirán en su terreno los «hoteles» que ellos no han sido capaces de levantar, y ocurrirá lo previsible: que los de Acuario se concienciarán del valor de lo que tienen entre manos y arrebatarán a los de Libra su iniciativa. 

Los nativos de este Decanato suelen ser filósofos, libre pensadores, que se han hecho a sí mismos, sin estudios regulares, que actúan fuera de las grandes escuelas y no les resulta fácil lanzar su mensaje porque no se encuentran en el marco adecuado y tienen que hacerlo como encaramados a un andamio. 

Los buenos aspectos planetarios sobre este Decanato pueden hacer que se hagan famosos por la singularidad de su proceso intelectual, por haber lanzado teorías admitidas por los sabios oficiales, elaboradas en condiciones heroicas o por haber inventado algo meritorio sin disponer de los instrumentos, ni de los conocimientos adecuados para su elaboración.  Propiciarán ese tipo de construcciones utópicas y tendremos a la persona dedicada a empresas que suponen un adelanto para el marco en que se encuentran ubicadas: sociedades de prospectiva, de estudios de mercado, clubs de amigos, laboratorios de idiomas, asociaciones culturales para la fraternización entre los pueblos. No podrá sin duda permanecer mucho tiempo en la dirección de tales sociedades, pero los buenos aspectos le facilitarán la elaboración de otras parecidas, de modo que irán creando entidades que otros regentarán, pero la posibilidad de formar otras nuevas irá surgiendo. 

En el orden personal, algo por el estilo se producirá: buscarán el ser ideal, seguramente lejos, ya que el valor que supone lo «ideal» siempre está más allá del punto en que nos encontramos, de modo que tendrá una tendencia natural a buscar extranjeros para formar pareja y para la amistad. Creerán haberlos encontrado, se casarán, pero surgirán desavenencias porque la armonía ideal aún no forma parte de su conquista interior y así se producirán sucesivos divorcios y casamientos, rupturas con los amigos y nuevos encuentros ilusionados. 

Los malos aspectos acentuarán, naturalmente, la tendencia a la ruptura. La búsqueda de la perfección será una necesidad imperiosa y furiosa y el abismo entre lo que la persona es y lo que pretende ser será dramático, de modo que el desajuste con las personas con las que pretenden realizar una empresa en común será evidente desde el principio y es posible que los proyectos aborten antes de que puedan alcanzar carta de legalidad. Divorcista nato, el Libra del segundo Decanato proclamará y defenderá el derecho al divorcio y la libre unión, con extremo vigor. Llevará al investigador hacia ideas equivocadas y hacia inventos que no funcionan. Este nativo será a menudo el blanco de numerosos ataques intelectuales, aunque tenga razón, y será víctima del ostracismo. Si milita en algún partido político, su destino será la permanente oposición. 

Los malos aspectos indican siempre que han habido abusos en la utilización de las fuerzas cuando se disponía de ellas para construcciones armónicas. Ese violento empuje hacia el futuro indica tal vez un atasco por parte de esa persona, una nostalgia activa del pasado en anteriores estados evolutivos y ahora se ve lanzada desmedidamente hacia un porvenir que no le permite estabilizar ningún presente. 

Los segundos Decanatos son, por lo general, Decanatos de silencio, en los que las fuerzas de la naturaleza actúan hacia adentro y la persona no siente la necesidad de manifestarse en el exterior. Por ello en este Decanato se producen a menudo los filósofos ignorados, perfectos autodidactas, con ideas avanzadísimas, pero que la sociedad ignora. Sin embargo, no por ello su actividad intelectual dejará de inscribirse en los anales cósmicos. Su elaboración intelectual formará parte del patrimonio de la humanidad, y en la próxima vida nacerá ya bajo el signo de Acuario, estará en el marco que le corresponde y gozará de la consideración y el aplauso de sus coetáneos. El cantante Yves Montand ha nacido con el Sol en este Decanato.

Tercer Decanato de Libra 

El tercer Decanato de Libra cubre los grados que van de 20 a 30 del signo, es decir, los nacidos entre el 14 y el 23 de octubre (aproximadamente). Es el Decanato Vav, regido por Mercurio, planeta que rige Géminis, signo Vav de Aire. En el orden sefirótico está regido por Binah. En el Tarot es el domicilio del tres de espadas. Es un Decanato de anticipación o futuro-futuro.

En este Decanato se realizan además de los trabajos propios del signo, trabajos de anticipación, correspondientes a la etapa de Géminis, tercer signo de Aire, donde el pensamiento se exterioriza después de haber pasado por la etapa interiorizadora de Acuario. 

Como el segundo, este también es un Decanato de anticipación, con el agravante de que la anticipación va mucho más allá que en el anterior. La persona se sitúa así en el terreno de la exteriorización de un pensamiento que no ha sido interiorizado y ni siquiera formado. 

Es decir, Libra es el signo en el que el pensamiento se constituye en semilla. Esto sucede en el primer Decanato. En un proceso normal, esta semilla germina en Acuario y se manifiesta en Géminis como algo definido, reconocible, peculiar. Pero si esta semilla, sin ser plantada, es lanzada a los cuatro vientos, su suerte será aleatoria y la persona ni se enterará de lo que haya podido ocurrir con ella. Para reflejar en una imagen esta situación, supongamos que una persona dispone de una tonelada de semillas de una clase determinada y, al no poseer tierra alguna en que plantarlas, las carga en una avioneta y en pleno vuelo las lanza, caigan donde caigan. Si al cabo de un tiempo inspecciona el terreno, todas las plantas de aquel tipo con que se encuentre, puede presumir que él las plantó, pero también es posible que esto no sea cierto y que esas plantas sean debidas a la paciente labor de alguien que las sembró. Todo ello lo llevará a envanecerse de algo que en realidad no ha hecho. 

Las fuerzas activas de este Decanato propiciarán, pues, enormemente, la vanidad, el orgullo, ya que la persona estará persuadida de haber materializado algo que en realidad solo ha hecho en su imaginación. Todos los elementos tienen tres momentos estelares: en el primero nacen; en el segundo se expanden por nuestro interior, llenando nuestro receptáculo humano; y en el tercero se derraman al exterior para que todo el mundo pueda poseer aquello que antes nosotros hemos poseído en exclusiva. 

Esto ocurre con las fuerzas morales de los signos de Fuego; con las fuerzas sentimentales de los signos de Agua y con las fuerzas intelectuales de los signos de Aire. Así pues, esta persona del tercer Decanato de Libra, que en principio solo debía plantar las semillas del pensamiento y dejar que otros las cultivaran y las hicieran florecer, realiza ella sola las tres funciones: elabora la idea, la cuida y perfecciona y la difunde para que pueda beneficiarse de ella toda la sociedad. De ahí que muchas veces no tenga tiempo de hacer las tres cosas a la vez y, ante la necesidad de difundir algo que le están pidiendo, recurra al fondo de la cultura y difunda ideas y conocimientos que ya estaban ahí, pero que permanecerían ignorados. Gracias a la pluri-actividad de esta clase zodiacal, muchas bolsas de cultura salen a la luz, cuando parecían condenadas al olvido.

Los buenos aspectos sobre este Decanato favorecerán la expresión literaria. Nada mejor para un novelista que la asociación armoniosa de Mercurio y Venus en su tema, y en este Decanato esta asociación se produce, puesto que Venus rige el signo y Mercurio el Decanato. La novela permitirá a esta persona dar como hechas cosas que no lo son y así se descargará de la dinámica del Decanato sin perturbar la vida de los demás. 

Los buenos aspectos pueden producir la figura de la persona con una enorme capacidad de síntesis y, sobre todo, con una gran capacidad intelectual. Bastará una palabra para que su espíritu se ilumine y comprenda de inmediato todas las terminales posibles de una idea escuetamente emitida. Son personas que hacen progresar rápidamente las relaciones entre partes opuestas o complementarias, porque les hacen ver a unos y a otros el punto de interés que existe en aquel razonamiento. Cuando entran en una actividad, todo da un formidable paso hacia adelante y se allanan los obstáculos, desaparecen las montañas. 

Por otra parte, como toda exteriorización anticipada cristaliza en el mundo físico en forma de viaje, tendremos a la persona que experimentará la necesidad de viajar, de buscar en un constante más allá físico la realización de ese imposible más allá espiritual. 

Los malos aspectos acentuarán las tendencias utópicas, llevando a la persona a la afirmación rotunda de que son suyas ideas que otros han emitido. Se autoconcederá atribuciones que no tiene, se atribuirá títulos y derechos que no son suyos, ambicionará prerrogativas que poseen los demás y, en el terreno literario, este Decanato puede dar lugar a la figura del plagiario o del simple copista o pirata, que se atribuye la paternidad de las obras de otra persona. 

Esta persona sentirá la necesidad imperativa de exteriorizar algo que no ha interiorizado, que no ha llegado ni siquiera a elaborar como potencial, de modo que no tendrá más remedio que lanzar al mundo algo que la vida pone a su alcance. En lo positivo, esto puede dar lugar al gran divulgador de obras enterradas por los siglos, o bien de obras recientes, encargadas a otros como «esclavos» y que presenta como suyas. Puede financiar y ser muy generoso con escritores que lanzan ideas de vanguardia. 

Los malos aspectos harán también que la elaboración de la idea sea defectuosa y su influencia en la sociedad resultará negativa, pero moverá las inteligencias, las llevará a considerar la lógica de unos planteamientos determinados y esa exigencia intelectual, a la larga, resultará positiva. 

En el dominio de los viajes, las disonancias producirán desplazamientos que en lugar de acercar a la meta, alejan más aún de ella. El signo de Libra es, por excelencia un signo de artistas, de escultores, de pintores, de músicos, puesto que Libra representa el Oeste mítico, en el que todas las cosas se convierten en realidades objetivas. Todos los nativos de Libra han de ser, de algún modo, portadores de realidades objetivas, bien sea en la vida social o representando esas realidades en el arte. 

El primer Decanato dará de preferencia pintores, dado el predominio de Venus. El segundo Decanato dará a menudo escultores, debido al predominio de Saturno. El tercer Decanato será el de los músicos, -Franz List entre ellos-, ya que la melodía constituye la plasmación anticipada de la perfecta convivencia social que ha de tener lugar bajo los auspicios de Géminis, cuando se hayan realizado a la perfección los trabajos inherentes a Libra y Acuario, y los del ciclo de Fuego y Agua, por supuesto. 

Libra es el más formidable renovador de ideas que existe en el Zodiaco. Los nativos de Acuario pueden ser grandes filósofos; los Géminis grandes novelistas, periodistas o difusores, pero el germen de la idea nace en Libra, y si esa clase no existiera, el pensamiento no podría nacer. 

Por otra parte, ellos son los que unen los intereses particulares a los generales, los que promueven la negociación entre colectivos distintos. De Libra ha nacido la idea del sindicato, del grupo de presión y del partido político. Cuando estos nativos se encuentran al frente de un grupo cualquiera, es posible la concordia y la conciliación con el grupo adverso. Cuando un partido carece de líderes Libra, difícilmente llegarán a ponerse de acuerdo sus militantes. 

En lo absoluto, es el signo de la mujer, del mismo modo que Aries es el signo del hombre. De ahí que la mujer sea mejor negociadora que el hombre y que con ella sea más fácil entenderse, porque la diplomacia es un arma femenina.