Acuario es el penúltimo signo del Zodiaco constituido y el octavo signo del Zodiaco constituyente. Pertenece al Elemento Aire en su segunda manifestación (siendo la primera Libra y la tercera, Géminis). Representa el estadio de interiorización de las ideas.
Acuario es el templo de la inteligencia, es ese Templo de Salomón, cuyas medidas dio Yavé al rey David y que nunca llegó a terminarse. Es la obra inacabada que todos tenemos el deber de edificar en nuestra naturaleza interna, vida tras vida. Es un templo concebido para que tenga tantas moradas como fuerzas activas existen en el universo, a saber, las representadas por los planetas, por los signos del Zodiaco, los grados, los 72 genios de la cábala, los Elementos y toda fuerza constituida en evolución por el sistema solar.
A través de Acuario nuestra inteligencia procede a un inventario de las distintas calidades energéticas, las repertoria, las clasifica y va constituyendo lo que finalmente será el edificio del saber humano. Es una obra colectiva, a la que cada uno aporta su grano de arena. Lo que hacemos a través de Acuario pasa al patrimonio común de la humanidad, y cuando nacemos nos encontramos con ese templo a medio hacer, que es una especie de inteligencia heredada de nuestros ancestros.
Acuario es el segundo signo de Aire. A través del primero, Libra, las fuerzas del pensamiento penetran en el ser humano y lo llevan a descubrir el mundo de la razón. A través del segundo, Acuario, el pensamiento estaciona, construyendo, como hemos visto, el edificio de la razón. A través del tercero, Géminis, el material razonable será exteriorizado sobre la sociedad para que después de ser personas razonables por dentro, podamos construir una sociedad razonable.
En Acuario, el pensamiento penetra en la persona haciendo que sus mecanismos internos se muevan al son de la lógica y la razón. Tener el Sol en Acuario significa que el astro rey ilumina las estancias interiores, en las que la razón actuará para establecer una perfecta armonía.
De la observación del funcionamiento interno de las cosas nace la ciencia, por eso la Astrología atribuye a Acuario los descubrimientos, los inventos y las innovaciones en todos los campos. En efecto, el hecho de comprender en su totalidad un proceso interno cualquiera permite, como consecuencia, ser capaz de llevar a acabo la elaboración externa de lo observado.
Por ejemplo, el análisis del funcionamiento del ojo ha hecho posible el invento de la máquina de fotografiar y la ciencia actual ha creado todo un arsenal de objetos que imitan a la perfección los órganos del cuerpo humano. Podemos aplicar este razonamiento a todos los campos por ejemplo, el filósofo: observando de cerca las distintas reacciones y el comportamiento del ser humano, el nativo de Acuario deberá ser capaz (si se aplica en ello) de establecer una ley, de enunciar las pautas que determinan este comportamiento.
La Astrología moderna ha querido atribuir a Urano la regencia de Acuario, al existir numerosos puntos convergentes entre los valores uranianos y los acuarianos: la sed de libertad, la creatividad, la originalidad, la necesidad de romper moldes, etc… Pero la Cábala nos enseña que Urano, debido a su altísima frecuencia vibratoria, no puede ostentar la regencia de ningún signo y atribuye a Saturno la de Acuario. Saturno es el supremo creador de formas, el estructurador del Zodiaco, es gracias a su influencia que el nativo de Acuario logrará cristalizar en el mundo físico todas sus creaciones mentales. Y este planeta le comunicará también su ascetismo y su rigor, que se transformará aquí en rigor intelectual.
Acuario es el signo de la fraternidad universal, no la que nace de la pertenencia a una misma sangre, sino la que procede de un mismo linaje espiritual, la amistad. En esta estancia zodiacal, uno descubre que una especie de red invisible lo relaciona, no solo con sus allegados más cercanos, sino con toda la raza humana en su conjunto.
El programa profundo de este nativo consiste en encontrar las personas que se ajusten a la perfección a su esquema de construir sociedades ideales con las que mejorar la convivencia entre las personas, con las que establecer una comunidad de pensamiento. Cuando se encuentra entre personas que comulgan con él a nivel intelectual, se siente seguro y protegido, hasta el punto que a veces llegará a preferir la presencia de sus amigos a la de sus familiares más cercanos.
Tiene de forma intrínseca el sentimiento de pertenencia a la globalidad, y este nativo es el que mejor preparado está para entender y aplicar la visión holística del universo. Absorto en la contemplación de los procesos internos de todas las cosas, todo lo demás le parecerá sin importancia y tenderá a aparcar un poco la vida social y sus ritos, de ahí que se le considere normalmente como alguien imprevisible, poco formal e impuntual. Le reprocharán en ocasiones de estar como un poco «ido», o ausente de todo cuanto ocurre a su alrededor, porque tiende a desconectarse de la realidad externa para conectar con la interna. Puede estar físicamente en medio de una reunión y su cabeza estar en Hawai.
Como todos los signos, Acuario tiene su parte sublime, la que acabamos de describir, y su aspecto convencional. Se manifestará uno u otro dependiendo del nivel evolutivo de la persona. Si es incapaz de utilizar el carburante divino, es decir, las energías que el cosmos ha puesto a su disposición para crear, inventar e innovar (nuevos objetos, nuevas filosofías, nuevas formas de convivencia, etc.), la originalidad seguirá siendo una necesidad, pero en vez de manifestarse por dentro, será solo exterior y el nativo hará siempre grandes esfuerzos por destacar, por ser distinto de los demás, buscará estar siempre a la última moda, llevará ropas chillonas o extravagantes. Le encantará que le tachen de «bicho raro».
Si se acerca al mundo de la cultura, será para defender ideas convencionales o para asistir a todo tipo de actos “pseudo culturades» en los que importa más la forma que el contenido, en los que uno va a lucir el último modelito. A este tipo de nativos, en un momento u otro de su vida, se le planteará un reto: el que consiste en superar el nivel de convencionalismo y elevar su pensamiento a las alturas sublimes en que se vuelva creador. Si no lo hace, las energías desperdiciadas irán creando en él un poso que, con el paso del tiempo, puede pasar de provocar insatisfacción y angustia vital a desembocar en estados de total desequilibrio mental, ya que se trata de un signo de Aire.
En Acuario, la razón le gana definitivamente la partida a las pasiones y la persona empieza a actuar con otros criterios. Se ha escrito mucho sobre cómo será la era de Acuario y sobre si ya estamos en ella o no. Reconoceremos que hemos alcanzado la era de Acuario cuando la sociedad ya no actúe con criterios emotivos, cuando el desarrollo de los pueblos ya no se mida por su capacidad destructora y cuando se admire a los seres humanos por su bondad y humildad y no por su arrogancia.
A través de Acuario la inteligencia contempla las esferas en movimiento y ese espectáculo lo hace enmudecer de admiración. De este signo ha nacido la ciencia astrológica moderna, ya que la Astrología primero se dio por revelación: era la Astrología de Fuego. Después vino las Astrología de sentimientos: era la de Agua, y ahora surge una nueva Astrología de la razón, que es la de Aire, y finalmente aparecerá la Astrología de Tierra que hará que todos los procesos humanos se desarrollen en su tiempo natural, de acuerdo con los movimientos cósmicos.
Los aspectos disonantes sobre el Sol de este nativo pueden llegar a ser muy conflictivos. En efecto, no suelen expresarse en términos pasionales que delatarían que sus conceptos pueden ser erróneos, sino que expone sus ideas en términos razonables; puede ser un maestro en el arte de justificar sus propios instintos, arrastrando a todo aquel que le escuche a pensar lo mismo.
Los malos aspectos pueden dar también una gran excentricidad, una frialdad notoria y un desapego total hacia el mundo que le rodea; será el hombre-máquina, el frío tecnócrata, el científico sin escrúpulos, totalmente desprovisto de emotividad y de sensibilidad, o bien el intelectual cuyos conceptos son totalmente erróneos, tomando como parámetro para evaluarlos las leyes cósmicas, se entiende.
Primer Decanato de Acuario
El primer Decanato de Acuario cubre los grados que van de 0 a 10 del signo, es decir, los nacidos entre el 20 y el 30 de enero (aproximadamente). Es el Decanato Yod, regido por Venus, que rige al mismo tiempo Libra, signo Yod de Aire. En el orden sefirótico está regido por Hesed. En el Tarot es el domicilio del cuatro de espadas. Es un Decanato de recapitulación o pasado.
En este Decanato se realizan además los trabajos propios del signo, trabajos de recapitulación correspondientes a Libra. Si los trabajos de Libra se hubiesen realizado en su tiempo, la persona inscrita en Acuario vendría al mundo en el seno de un grupo ya formado, con gentes que, como ella, han venido a estudiar ciertos problemas concretos, a ahondar en una parcela de conocimiento, pero como los trabajos de formación de grupo no han sido llevados a cabo en una vida anterior, tendrá que realizarlos ahora, en condiciones no idóneas para ello.
En Libra la persona lucha para formar un partido, un sindicato, un grupo que proclama ciertas ideas o principios que en realidad no han sido estudiados. Este estudio vendrá después, cuando se trabaje en Acuario. En la clase política se da mucho el transfuguismo, porque las ideas de los políticos no están arraigadas, y son integristas en unos momentos; pero si el viento sopla del lado contrario, se hacen autonomistas o independentistas, y hasta aspiran a la presidencia de comunidades autónomas. Eduardo Tamayo, uno de los más famosos transfuguistas españoles tiene Mercurio en el primer Decanto de Acuario.
Cuando se vive la experiencia del nacimiento de una idea, no se puede pedir al mismo tiempo que esta idea arraigue, que eche raíces. En Libra las ideas nacen; en Acuario arraigan; y como esta persona del primer Decanato no las ha hecho nacer correctamente, mal podrán arraigar en ella, y ahora tendrá que llevar a cabo los dos trabajos a un tiempo.
Vimos cómo en Libra la persona iba a la conquista del complemento, del otro yo que le diera la posibilidad de multiplicar sus fuerzas, a fin de abordar una empresa demasiado vasta para enfrentarse a ella en solitario. Si este trabajo se hubiera realizado en su momento, ahora encontraríamos a esa persona con un equipo ya formado, con unos propósitos definidos para proyectarse en el mundo. Pero antes de realizar un trabajo cualquiera en el exterior, la ley exige que ese trabajo sea realizado en el fuero interno de la persona. Este es el trabajo que tiene lugar en Acuario, donde el pensamiento cósmico se interioriza y procede al establecimiento, en el orden interno, de aquello que más tarde aparecerá en el exterior.
Pero en el primer Decanato asistimos a los preparativos de esa interiorización y si la persona no puede darse de lleno a esa labor, es porque algo no ha sido debidamente cumplido en la etapa anterior. Por un lado, la fuerza del signo impulsará a la persona hacia la soledad, el recogimiento, la auscultación de su mundo interno, tratando de acondicionar en ella al pensamiento cósmico convertido en ley. Pero en esa tarea se verá distraída por el «mundanal ruido» que procede de Libra.
Libra es el signo de las múltiples voces, del intercambio de pareceres, de las discrepancias, y el trabajo humano propio de Libra consiste precisamente en armonizar todas esas voces y convertirlas en un coro, de manera que cada uno pueda aportar su tono, y lo que en un principio era un zoco pueda transformarse en una polifónica. Si ese trabajo no ha sido realizado, la persona quedará inscrita en el programa del primer Decanato de Acuario, a fin de que, sin perder el contacto con los que trabajan exclusivamente en la interiorización del vasto proyecto que empezó en Libra, pueda al mismo tiempo completar el trabajo de formar ese coro de voluntades reunidas por un mutuo afán.
Será preciso, pues, que esas personas se acomoden al pluriempleo que supone interiorizar la ley por un lado y reunir aliados por el otro. Al que se repliega para vivir en su interior las armonías cósmicas no suele gustarle que le molesten con solicitudes exteriores, y eso es precisamente lo que le ocurrirá a esta persona, sobre todo si muchos planetas están gravitando sobre este sector.
Acuario es el signo del silencio, de la contemplación, en el que se va elaborando la verdad internamente, pero los nativos de este primer Decanato no son aun sabios silenciosos, sino personas de acción que combaten por sus ideas, por sus principios, y lo hacen con entusiasmo. Pero como la idea por la cual combaten no ha pasado aún por la fase de elaboración interna, sus argumentos carecen de fundamento o solo están fundamentados a medias.
Encontramos dos tendencias activas en este Decanato: una que lleva a la persona hacia el pasado, hacia la etapa Libra y si triunfa esta tendencia, esa persona se convierte en un abanderado, en un jefe de grupo ideológico o de postulado científico. Y la otra tendencia que lleva al futuro, es decir, hacia la tarea de Acuario, que es la de meditar y guardar silencio hasta estar totalmente en posesión de la verdad. Si esta tendencia triunfa, la persona abandonará la militancia y se dedicará a trabajar con un grupo de discípulos, en una relativa soledad.
Venus, como planeta regente de este Decanato, hace que el nativo sepa expresar sus ideas con mucho arte, que sus argumentos conquisten y que él tome gusto al ejercicio de razonar. El actor Humphrey Bogart ha nacido con el Sol en este Decanato.
Los malos aspectos convertirán al nativo en un abanderado de ideas equivocadas, de filosofías agotadas, caducas, fuera de uso, que pueden valerle también muchos partidarios, pero serán ellos mismos elementos retrógrados o gente que se une para cultivar el mismo error.
Las disonancias también pueden hacerle realizar ese trabajo en malas condiciones, de modo que por un lado no percibirá correctamente las leyes activas en el mundo, a cuyo ritmo debe funcionar su interior y, por otro, no dará con el personal adecuado para conseguir un consenso duradero. Entonces veremos que esa polifónica desafina y sus conciertos serán un desastre.
Diremos, pues, si se producen malos aspectos sobre este sector: mala compresión del funcionamiento de las cosas, a nivel cotidiano, y del funcionamiento del universo a nivel filosófico, y tendencia a juntarse con personas no adecuadas para el propósito que lo anima. De ahí: rupturas con los amigos, discontinuidad en los proyectos, fracasos en los negocios.
Los buenos aspectos, por el contrario, han de consolidar las amistades y permitirle comprender el prefecto funcionamiento de la mecánica cósmica, pudiendo así concebir en la tierra motores que marchan de acuerdo con las leyes vigentes en el cielo, es decir, en el pensamiento. Las circunstancias han de facilitarle la labor y dispondrá de energías para realizar ambas funciones sin que la una perturbe a la otra. Puede tener muchos seguidores y liderar una corriente de pensamiento. El genial músico W. A. Mozart tenía el Sol, Saturno y Mercurio en el primer Decanato.
Segundo Decanato de Acuario
El segundo Decanato de Acuario cubre los grados que van de 10 a 20 del signo, es decir, los nacidos del 30 de enero al 8 de febrero (aproximadamente). Es el Decanato He, regido por Saturno, que es además el regente de todo el signo. En el orden sefirótico está regido por Gueburah. En el Tarot es el domicilio del 5 de espadas. Es un Decanato de presente.
En este Decanato se realizan los trabajos correspondientes al signo, que consisten, -como hemos dicho anteriormente-, en poner a prueba las ideas generales que se han estado programando desde Libra. Estos nativos son quienes, más que cualquier otro, edifican el templo interno de la verdad. Saturno, regente del signo y de este Decanato en particular, les da profundidad de juicio y les asegura una cierta soledad para que puedan realizar su obra.
Estos acuarianos tienen acceso a los arsenales del pensamiento cósmico y desde la región de los arquetipos hacen que las ideas abstractas se conviertan en ideas concretas, en conceptos que pueda utilizar el grueso de la humanidad. Son los que anticipan, tanto en el dominio filosófico como en el práctico, poniendo al alcance de las personas los más variados inventos que facilitan nuestra existencia. Trabajan en silencio de sus laboratorios y a menudo sus descubrimientos se ven usurpados por los de Tierra, cuyo objetivo es ganar dinero. Pero en el cosmos existen registros muy precisos y los sabios expoliados de Acuario aparecerán, en otra encarnación, teniendo a su servicio a quienes ahora les usurpan sus inventos, a fin de que el principio de justicia pueda prevalecer.
La humanidad tiene una importante deuda contraída con esa clase zodiacal que no suele protestar, porque su obra permanecerá por los siglos de los siglos. La elaboración interna de la verdad sobre la construcción del mundo y sobre las leyes que lo mantienen es tarea lenta y socialmente poco gratificante, porque esa verdad solo es compartida por aquellos que la han elaborado de forma interna, trabajando en la obra el mismo número de años o de décadas.
Los que no han alcanzado el nivel de perfección de los Acuarios del segundo Decanato les dicen: «a ver, demuéstrame que eso es verdad», y esa demostración solo puede hacerse por lo negativo, como cuando se trata de fabricar una bomba atómica, por ejemplo. Entonces, en posesión de una verdad que no pueden compartir de momento, pero que hará que nuevos hombres nazcan habiéndola incorporado en ellos, los de Acuario prefieren callar.
Pero tienen la compensación de ser amados por personas de gran categoría social, que comparten, por osmosis, sus secretos. Son los avanzados que viven más en el futuro que en el presente, y esto es algo que siempre resulta incómodo, pero el signo de Géminis está para ellos a la vuelta de la esquina y entonces recogerán el aplauso unánime de la sociedad (en su próxima encarnación).
Los trabajos de este segundo Decanato consisten pues en proyectar la razón hacia las instancias interiores de la persona para establecer en ellas la perfecta armonía. De la observación del funcionamiento interno nace la ciencia. La Astrología atribuye a Acuario los descubrimientos, los inventos, las innovaciones en las técnicas y en las ciencias y es en este Decanato que se reclutan los grandes inventores, ya que la observación de las funciones naturales permite elaborar con materiales exteriores los órganos interiores y dotarlos de iguales mecanismos.
El funcionamiento del ojo ha dado lugar a la máquina de fotografiar y la ciencia médica dispone de todo un arsenal de órganos mecánicos que son la copia exacta de los órganos del cuerpo humano. Por otra parte, el axioma hermético de «lo que hay arriba es como lo de abajo» significará para estos nativos algo muy real, porque al descubrir las leyes que mueven el mecanismo interior de los cuerpos, descubrirán al mismo tiempo las que mueven el cosmos y el aprovechamiento de esas leyes ha dado lugar a todos los artefactos que constituyen el progreso industrial.
Acuario es el signo de la amistad, es decir, de las uniones que se establecen por el libre juego de la ley de afinidades. Una vez la ley ordena en el interior de la persona todas las funciones de una manera natural, esta encontrará, por sintonía, a los que están sometidos al mismo régimen y ambos establecerán lazos de amistad inherentes al reconocimiento de su perfecto sincronismo interno.
Ha de serles, pues, fácil a esas personas encontrar gente dispuesta a traducir en la realidad los resultados de su trabajo interno, es decir, a potenciar sus inventos, poniendo a su disposición los medios para llevarlos a la práctica.
En su vida conyugal encontrarán al compañero o compañera que será al mismo tiempo el amigo y en su vida social al aliado que compartirá su visión de las cosas y que multiplicará sus poderes al juntarse a los suyos. En el terreno filosófico, observemos como aquello que decían antiguamente las gentes timoratas, de que los inventos son cosa del diablo, no deja de tener su verdad, dada la participación de Gueburah en los trabajos de este segundo Decanato, presidido por Binah, en el marco zodiacal de este signo bajo el dominio de la letra Yod, que es Acuario. Yod que, como sabemos, corresponde al segundo ciclo de Kether (en el código hebraico) y supone una invasión de Kether por parte de fuerzas de segundo orden que se adueñan así de las propiedades del séfira supremo para cubrir las necesidades en los bajos mundos.
Los buenos aspectos planetarios sobre este Decanato han de dar lugar al perfecto funcionamiento de la dinámica que hemos descrito y darán al inventor, al innovador, al descubridor, el artífice del progreso técnico y científico. Tendrá amistades activas, un cónyuge fiel y vivirá en un ambiente fraterno, en una cima humana a la que el pelotón de la sociedad no ha llegado aún. Figuras tan destacadas como Mendelssohn, Schubert, o Roosevelt, tienen su Sol en este segundo Decanato de Acuario.
Los malos aspectos perturbarán ese mecánica, producirán descubrimientos nefastos, mal utilizados y amistades movidas exclusivamente por los beneficios que esos inventos puedan reportar.
Tercer Decanato de Acuario
El tercer Decanato de Acuario cubre los grados que van de 20 a 30 del signo, es decir, los nacidos 9 al 19 de febrero (aproximadamente). Es el Decanato Vav, regido por Mercurio, que es al mismo tiempo el regente de Géminis, signo Vav de Aire. En el orden sefirótico está regido por Tiphereth. En el Tarot es el domicilio del 6 de espadas. Es un Decanato de anticipación o futuro.
En este Decanato se realizan los trabajos de anticipación correspondientes a Géminis. Si en el segundo Decanato la persona observaba pacientemente la articulación de los mecanismos cósmicos, en el mundo exterior y en su propia naturaleza interna, para aprisionarlos en sistemas mecánicos, la persona del tercer Decanato carecerá de la paciencia necesaria para llevar a cabo tal labor y se dedicará de preferencia a la difusión literaria, exteriorizando por anticipado lo que aún no es una realidad natural acabada, de manera que las verdades que difundirá serán incompletas y pueden dar lugar a numerosos errores.
Encontramos aquí el perfil del periodista científico, que husmea por los laboratorios y los gabinetes de investigación y publica resultados parciales de las búsquedas técnicas o científicas. Si en el tercer Decanato de Libra teníamos al divulgador de filosofía, aquí tenemos de preferencia al divulgador de la técnica, al que describe cómo será el mundo del mañana en el aspecto tecnológico.
Los buenos aspectos sobre este Decanato o sobre su regente darán a la persona que divulga lo que sucede en los laboratorios y en los gabinetes experimentales. Por ella, el pueblo se enterará de lo que le espera mañana. Será el periodista con conocimientos técnicos y científicos que sabrá expresarse a nivel convencional. La labor anticipadora puede hacer avanzar el curso de los trabajos; puede que llame la atención de los ministerios y que estos concedan créditos para la ciencia.
Pero si en esta parte del Horóscopo se producen malos aspectos, la revelación de verdades a medias puede producir efectos catastróficos y dar lugar a un espionaje científico, tecnológico o industrial de gran envergadura. Pueden dar el que divulga secretos de los investigadores anticipadamente, dando lugar a situaciones conflictivas. También tendremos al que se apropia de investigaciones ajenas y las presenta como propias. Mercurio mal aspectado da siempre lugar al ladrón de cualquier propiedad intelectual. El de Acuario dará más específicamente el ladrón de técnicas, de investigaciones, de inventos o innovaciones.
Si en este Decanato hay planetas expansivos, como puedan ser Urano, Júpiter, Venus y el Sol, y estos forman malos aspectos, el afán de notoriedad llevará a la persona a divulgar sus trabajos o los de otros. Ocurre igualmente que, llevado por el afán de notoriedad, el científico deja de lado sus trabajos y su parcela particular de saber y lanza teorías sobre la formación del universo o sobre el papel de la moral; teorías que son presentadas como científicas por el hecho de que la persona tiene un carnet que lo acredita como profesional.
Los nativos de este Decanato tienen poca capacidad para guardar un secreto y no debe confiárseles a la custodia de documentos reservados porque, con toda seguridad, pasarán pronto al dominio público.
La Casa X de los Acuario se encuentra en Escorpio, el signo interiorización de los sentimientos, indicando que son profundos conocedores del alma humana y que pueden ejercer, como profesión, cualquier trabajo relacionado con ella. Pueden ser excelentes psicoanalistas, psicólogos, psiquiatras; pueden igualmente ser detectives, ya que su intuición les llevará a descubrir el misterio de una fechoría, y también sexólogos, puesto que Escorpio es el signo que rige el sexo. Pero cualquiera que sea la profesión que ejerzan, su trabajo fundamental consiste en indagar la verdad que se oculta a la mirada profana, y más vale que esa verdad sea auténtica, ya que los errores que puedan cometer, sobre todo si los divulgan, repercutirán en su sistema nervioso, que funcionará como ellos creen que funciona el universo. En este sentido, si su sistema nervioso les causa problemas, deberían interpretarlo como una señal de que no están en el camino de la verdad, y proceder con urgencia a una revisión de sus ideas.
Por otra parte, Acuario es el signo donde la nueva sociedad, basada en las afinidades intelectuales, se establece en el interior antes de ser proyectada al exterior. En este sentido, la persona del tercer Decanato exteriorizará algo que aún no está en su punto. La ley de las emociones aún no ha sido derogada y en esa Rueda de la Fortuna que ilustra en el Tarot el signo de Acuario, aún no ha ascendido el rey de la razón y sigue en el poder el rey de los deseos. Esto producirá alianzas que no son enteramente razonables, tanto con el sexo contrario como con personas del mismo sexo.
La persona tendrá una tendencia a la vida comunitaria, pero esas comunidades carecerán de estabilidad. La anticipación es siempre producto de una impaciencia por llegar. La impaciencia es en sí misma una virtud positiva, siempre que no conduzca a descuidar las labores del presente. Si una persona vive a fondo sus obligaciones presentes y al mismo tiempo desarrolla virtudes propias del futuro, se hace acreedora a un tema astral en el que los Decanatos del futuro se encuentran activados y el planeta regente forma buenos aspectos. Entonces podrá vivir presente y futuro armoniosamente y quemar etapas. Pero si ha descuidado las labores del presente, si ha eludido sus responsabilidades familiares (en una vida anterior), sociales, profesionales, para vivir en un hipotético futuro, entonces aparecerán los malos aspectos que harán evidente su insensatez y la necesidad de frenar para adquirir las virtudes sin las cuales ese futuro no puede en absoluto ser vivido.