Géminis es el tercer signo del Zodiaco constituido y el noveno del constituyente. Géminis es la puerta de comunicación de Acuario con la sociedad. Las ideas entran por Libra, se estacionan y maduran en nosotros a través de Acuario y son proclamadas a través de Géminis.
Cuando una persona nace bajo un signo, se supone que ya ha experimentado en otras vidas los valores de los signos que la preceden, considerando el Zodiaco por Elementos. Así, el nativo de Aire ya ha atravesado la etapa de Fuego y la fase emotiva de Agua. Por lo tanto el Géminis ya ha plantado en él (en la etapa de Libra) las semillas de la participación, ha aprendido a buscar su complemento, al otro, para realizar una obra en común. Luego ese «otro» ha pasado de ser una pareja o su socio, a ser su amigo (en Acuario), aquel que piensa como él y comparte sus intenciones sociales. Y por último, en Géminis la amistad se transforma (o así debería ser), en hermandad; el hermano no solo piensa, sino que también siente como nosotros, ríe cuando nos alegramos y llora cuando sufrimos, es nuestro cómplice.
Géminis está habitado por la pasión de la verdad. Ha venido al mundo para comunicarse con los demás, para hablar y escribir. No conviene elegir nunca a un Géminis para ser agente secreto, porque en cuanto lo hagan «cantar», lo dirá todo. Géminis es el signo que ha diseñado los medios de comunicación social y el que dirige todas las profesiones relacionadas con el periodismo, la literatura, la difusión.
El nativo de Géminis está programado para hablar y escribir y, por consiguiente, aparecerán ante él las tribunas públicas sin necesidad de buscarlas. Según el grado en que se encuentre su Sol dentro del signo, será el obrero de la imprenta, el «botones» de la empresa, el redactor, el director, o el empresario.
En Géminis no hay mucho tiempo para el individualismo (nos referimos a la esencia del signo en toda su pureza). Y en efecto, a este nativo le cuesta muy poco echar mano de sus numerosos amigos para cualquier cosa, aunque sea de fácil ejecución, preferiría hacerla en compañía. Le encanta estar rodeado de gente, su vida social es normalmente muy intensa, su necesidad de decir lo que piensa suele estar unida a la capacidad y la posibilidad de hacerlo, por consiguiente tendrá acceso, por poco que se lo proponga, a la radio, la televisión, la publicidad, el cine, correos, etc.
En los niveles más materiales, liberará su pensamiento mediante intercambios comerciales: transportes, agencias de servicios y otros. Sea cual sea su ocupación, una cosa parece segura: será difícil mantenerle quieto en su asiento, el movimiento constante será para él casi como una droga, por lo tanto, una de las peores torturas a las que se le puede someter es obligarle a permanecer encerrado en una oficina o en un mismo recinto durante toda la jornada laboral. Y en este caso, si no tiene razones para moverse, las creará, las inventará, aun a riesgo de crear un conflicto.
Disimular hábilmente la verdad o cubrirla de oropeles o de ingeniosos disfraces es una característica muy típica de estos nativos, que suelen abundar en la clase política. Polemistas por excelencia, es difícil ganarles en una discusión. Su técnica consiste en desmenuzar la verdad y enfatizar el detalle hasta lograr que la audiencia pierda de vista la idea central. Son pues expertos en la práctica de irse por las ramas cuando les interesa, pero apoyando siempre sus argumentos en una lógica inapelable y si esta no existe, la crean a su conveniencia.
Por su destreza mental, por su capacidad de adaptación y de improvisación, es difícil pillarles desprevenidos, parece como si siempre tuvieran una respuesta para todo. Por lo general, no les gusta profundizar en las cosas, prefieren nadar en la superficie, no vaya a ser que les compliquen la vida con elucubraciones metafísicas. Su afición por el movimiento les lleva a menudo a ir de flor en flor, y, al igual que las abejas, cuando han fecundado un terreno, sienten el deseo casi irrefrenable de abandonarlo, quizá para volver más tarde.
Por lo tanto, la fidelidad a una idea, a una situación o a una persona, no suele figurar en el abanico de sus virtudes, a menos que tengan la posibilidad de moverse a su antojo en el marco de una misma situación.
Cuando se nace bajo el signo de Géminis, ya se han realizado los trabajos correspondientes a Libra y Acuario y la persona se encuentra altamente cualificada para difundir lo que ha aprendido. Tienen acceso a su templo de sabiduría interno y puede hablar prácticamente de todo con autoridad, a menos que, naturalmente, tenga malos aspectos en Géminis, lo cual significará que no ha interiorizado correctamente las ideas en la etapa de Acuario y ahora aparece el error ahí donde debería estar la verdad. Expresará entonces ideas equivocadas, pero esto no importa demasiado porque su error ayudará a muchos, por contraste, a descubrir la verdad.
El exceso de planetas puede hacer que el nativo de este signo quiera estar siempre metido en todo a la vez, sin especializarse en nada concreto. Tendrá una necesidad imperiosa de comunicarse y lo hará por todos los medios posibles, sin parar nunca quieto. Parecerá que al mismo tiempo que habla, hace la traducción simultánea para sordos, por el continuo movimiento de sus manos.
Mercurio es el planeta que rige Géminis y hace que estos nativos se encuentren entre los más inteligentes del Zodiaco. Los que comprenden con mayor facilidad y los que saben mejor expresar sus ideas. Sea cual sea su nivel de inteligencia al nacer, se elevarán muy por encima de su condición y si no han seguido estudios regulares, pueden convertirse en perfectos autodidactas.
En Géminis la inteligencia se encuentra en su fase terminal y lo único que les falta en su experiencia es la práctica, que realizarán en otras encarnaciones. Naturalmente, no todos los Géminis se encuentran en el mismo ciclo, y por ello sus grados de inteligencia son distintos. Hay Géminis que han vivido centenares de encarnaciones y otros que han vivido muchas menos. Pero todos ellos se encuentran en el final de una fase de elaboración de la inteligencia, y en el medio ambiente en que viven se distinguirán siempre por sus cualidades intelectuales o por su ingenio.
Primer Decanato de Géminis
El primer Decanato de Géminis cubre los grados que van de 0 al 10 del signo, es decir los nacidos del 21 al 31 de mayo (aproximadamente). Es el Decanato Yod, regido por Venus, que es al mismo tiempo regente de Libra, signo de Aire. En el orden sefirótico está regido por Netzah. En el Tarot es el domicilio del siete de espadas. Es un Decanato de recapitulación o pasado-pasado.
En este Decanato se realizan trabajos de recapitulación correspondientes a Libra. Van a parar al primer Decanato las personas que no realizaron debidamente los trabajos de Libra cuando nacieron bajo ese signo.
Ya hemos dicho que Libra es la puerta de entrada de las ideas, el semillero de ideas del Zodiaco, y cuando trabajamos en este signo tenemos la obligación de plantar ideas como el campesino planta las semillas de lo que será su cosecha. Si realizamos ese trabajo, esas semillas arraigarán en Acuario y florecerán en Géminis. Pero si no las plantamos, ningún fruto cosecharemos en Géminis y no tendremos idea alguna que exteriorizar. Para que esto no ocurra, la persona del primer Decanato tendrá que plantar en condiciones difíciles las ideas que no plantó; difíciles, porque su tiempo natural para hacerlo ya ha pasado y se verá en la obligación de hacerlo fuera de tiempo, a trancas y barrancas.
Su labor tendrá una relación con el pasado, ya que, desde la perspectiva de Géminis, Libra representa lo pasado, dos etapas anteriores. Quizá le toque ser el instructor de niños difíciles, puesto que la infancia está en analogía con su propio pasado, o tenga que marcharse a instruir comunidades poco adelantadas, que se relacionan también con su pasado. De alguna manera deberá instruir a personas que no están a su mismo nivel, como profesor de universidad, viéndose obligado a decir, no lo que sabe, sino a ejecutar un programa escolar del que no puede salirse.
En el terreno periodístico, donde finalmente van a parar los Géminis, deberá realizar trabajos relacionados con la infancia o la juventud, como redactor de páginas deportivas o de tebeos dominicales. Géminis representa la exteriorización del pensamiento. Como hemos dicho, el proyecto que nace en Libra, madura en Acuario, se encarna en la sociedad al pasar por los cauces de Géminis.
En Géminis hay poco espacio para el individualismo; no es signo que propicie la eclosión del líder solitario, y ello es por una razón de estado cósmico que podríamos expresar así: la suprema individualidad nace de Aries. Allí el Ego superior insufla a su personalidad mortal un designio que es tratado de una manera peculiar, según la idiosincrasia de la psique que lo recibe. Ese designio, al rodar por el mundo, va abandonando paulatinamente su singularidad para convertirse en una labor de todos. Esto sucede así porque el universo es de todos y los sentimientos que circulan por él son de todos, lo mismo que los pensamientos, de modo que aquello que en principio parece pertenecernos en exclusiva, al cabo del tiempo caemos en la cuenta de que es algo común a otras muchas personas, y al final vemos que es patrimonio de toda la humanidad.
En Géminis esto ya ha sido reconocido, puesto que la dinámica de Libra tiene por objeto el que podamos reconocerlo. Pero las grandes individualidades, los que han sido auténticos pioneros en la obra humana, quizá hayan tenido dificultades en constituir un equipo, ya que si es fácil encontrar gentes en afinidad con uno mismo cuando se forma parte del gran pelotón de la humanidad, no ocurre lo mismo cuando una persona vuela a cierta altura. De ahí que esas grandes individualidades hayan dejado trabajos pendientes en Libra; trabajos que tampoco han sido recapitulados debidamente en Acuario, y que ahora aparecen en este primer Decanato de Géminis, donde necesariamente deben realizarse porque el Zodiaco ya no ofrecerá otra oportunidad después.
En este sentido, se trata de un Decanato kármico, donde obligatoriamente la persona deberá buscar a otros para realizar su obra, o no la realizará de ninguna manera. Vemos aquí que lo superior, para seguir avanzando, debe buscar la aquiescencia de lo inferior. No se puede evolucionar indefinidamente si los demás, nuestros compañeros de generación, no evolucionan al mismo tiempo.
En ese Decanato, la personalidad que vuela en las alturas se ve obligada a descender y mezclarse con los que plantean en las capas bajas y solo colaborando con ellos en empresas que ella ya ha superado, conseguirá poder levantar el vuelo. Este esquema puede aplicarse a todos los dominios: en lo moral, en lo social, en lo intelectual. Si un pueblo avanza con excesiva rapidez, pronto aparecen en el horizonte las circunstancias que harán imposible su sucesiva progresión.
En el primer Decanato de Géminis, los nativos que se proponen exteriorizar grandes y sublimes ideas pueden ver con asombro y desesperación como ello no es posible porque no existe una infraestructura en la sociedad que permita acogerlas, y predicarán, eso sí, si así les place, pero en medio del desierto. Entonces este líder se verá obligado a crear su propia clientela, es decir, a preparar a los demás, a instruirlos bajando a su nivel, a fin de formar la célula humana susceptible de encajar su producción intelectual.
Tendremos aquí a la persona obligada a bajar el tono de su pensamiento para ocuparse intelectualmente de cosas que ya ha superado, disgustándole incluso considerarlas, pero esta será su obligación. No siendo consciente de ello, el mundo le parecerá injusto, se sentirá infravalorada y a menudo se revelará contra su destino, hasta que comprenda en virtud de qué delicado engranaje ha llegado a esta situación. Si logra comprenderlo, se convertirá en un formidable instructor para sus hermanos, poniendo todo el amor de Libra, ese amor que no consumió en su tiempo, al servicio de su obra.
Habiendo pasado ya por todas las etapas del elemento Aire, estará en condiciones de comprender las dificultades intelectuales que sus camaradas puedan experimentar y sabrá encontrar el método que les haga comprensible lo que no entienden.
Gracias a la acción consciente de esta persona, los que se forman con ella seguirán un curso acelerado, de manera que materias que hubiesen tardado varias encarnaciones en asimilar, serán perfectamente comprendidas en una sola. Solo a este precio conseguirá poder reanudar su vuelo, esto es, acortando la distancia que lo separa de sus camaradas de evolución.
Los buenos aspectos en este sector indican que esta obra podrá ser llevada a cabo felizmente, que la persona encontrará al grupo que se deje instruir por ella y que las distancias podrán ser acortadas sin tropiezos. Realizará su trabajo a la perfección y puede conquistar la celebridad. Este es el caso del músico Richard Wagner.
Los malos aspectos indicarán, por el contrario, que la persona no conseguirá hacerse entender, o el grupo no será el adecuado para que lo entiendan o pondrá mala voluntad en recibir el mensaje. Indicarán rudos trabajos en condiciones inferiores a la capacidad de la persona e imposibilidad total o grandes dificultades para expresar los auténticos valores que lleva dentro. Deberá llevar siempre un disfraz que oculte su verdadera identidad y pasará por lo que no es. (El ex ministro de economía, Carlos Solchaga, tiene el Sol y Urano en el primer Decanato de Géminis. Tal vez no sea por casualidad que le llaman el «mago»). Puede exteriorizar ideas retrógradas, que corresponden a momentos históricos que ya han sido superados y ser el defensor de filosofías anacrónicas que tuvieron su momento de gloria en otras épocas. (Alfonso Guerra y Narcis Serra también pertenecen a este Decanato).
Por otra parte, los malos aspectos pueden inducir a esas personas a pasarse a la literatura «seria», abandonando el periodismo infantil o juvenil o la instrucción de retrasados o de personas con pocas luces. Pero como tienen con estos colectivos un trabajo pendiente, en cuanto se pasen a la literatura que querrían cultivar, todo les irá mal, al no estar ya en su línea de universo. Pero puede también que su deuda con el pasado sea cuestión de un tiempo y, una vez pagada, pueda volver a los trabajos propios de Géminis.
En uno u otro caso, la acción liberadora del pensamiento no corresponderá a su pensamiento actual, sino al de una etapa pasada; tendrá que adaptar su inteligencia a personas o grupos que están por debajo de su nivel, o difundir ideas de otro tiempo, como pueden ser las filosóficas. Siendo un creador, un innovador, un portador de mundos nuevos, deberá limitarse a emitir un pensamiento procedente del fondo de la cultura, con el que ya no está de acuerdo. Encontrará así su puesto en la sociedad como profesor de filosofía, obligado a enseñar un programa que él sabe que no es ya verdadero, pero en cuanto se aparte de ese programa oficial, es posible que prescindan de sus servicios.
Segundo Decanato de Géminis
El segundo Decanato de Géminis cubre los grados que van de 10 a 20 del signo, es decir, los nacidos del 1 al 10 de junio (aproximadamente). Es el Decanato He, regido por Saturno, que es al mismo tiempo el regente de Acuario, signo He de Aire. En el orden sefirótico está regido por Hod. En el Tarot es el domicilio del 8 de espadas. Es un Decanato de recapitulación o pasado.
En este Decanato se realizan los trabajos propios del signo y trabajos de recapitulación correspondientes a Acuario. En Acuario la persona debe llegar al fondo de la verdad, debe llenarse de ella, para luego poder derramarla al exterior a través de Géminis. Si ha ido a parar a este segundo Decanato, es señal de que en la búsqueda de la verdad, en la pequeña parcela de conocimiento que le ha tocado explorar, no llegó hasta las últimas consecuencias, de modo que le toca divulgar una información que no ha podido elaborar adecuadamente.
Tendremos así el perfil del periodista cuyas informaciones se ven desmentidas constantemente porque su afán de proclamarlas no le permitió esperar a que la noticia acabara su fase de elaboración. Esta falsa información, por ser incompleta, puede tener consecuencias dramáticas si se trata de una información científica o tecnológica. Por otra parte, su error puede consistir en callar lo que era preciso que dijera.
Si en el tercer Decanato de Acuario encontrábamos el que habla demasiado, al que difunde antes de tiempo, aquí encontraremos al que calla cuando debe hablar. Aparece aquí también el perfil del periodista que facilita información reservada para grupos de científicos o de profesores reunidos en asambleas o a los que sirven de enlace entre los científicos y los medios de comunicación. Ni son totalmente periodistas, ni totalmente sabios, pero tienen de lo uno y de lo otro.
Desde esta posición el nativo puede evolucionar hacia adelante o volverse hacia atrás. Si la llamada de Acuario suena muy fuerte, puede abandonar las labores divulgativas para dedicarse a la investigación, a la profundización del pensamiento, y quizá esta opción le parezca avanzada. Sin embargo, la avanzada es la otra, la que lo inclina hacia las tareas periodísticas y divulgativas, puesto que la exteriorización de lo que sabemos es una fase que viene después del aprendizaje científico y de cualquier aprendizaje. El que divulga es siempre superior al que calla, aunque el silencio tenga su valor, por ser necesario, en un determinado momento de nuestra evolución.
En este Decanato estarán activadas dos fuerzas, una que impulsa a interiorizar y guardar para sí un conocimiento, y otra que impulsa a liberarse de él. La dinámica del segundo Decanato de Acuario se encontrará aquí igualmente en fase activa, pero la persona no se encontrará en el entorno del acuariano. En Acuario, su talento de descubridor, inventor, innovador, encontraba a su alrededor un clima de confianza, de gentes que compartían con él su visión de las cosas, sus ideales y sus esperanzas. En la recapitulación que se lleva a cabo en Géminis, la persona se verá rodeada de gentes que expresan la tendencia exteriorizadora del signo y a ella le parecerá que son aves voraces que están esperando a que suelte la prenda, como el cuervo de la fábula, que soltó el queso que llevaba en la boca para responder al zorro que lo adulaba.
Esta confluencia de tendencias contrarias nos dará la figura del cantautor; es decir, el que compone canciones y las canta al mismo tiempo; el que descubre nuevos métodos y pretende explorarlos personalmente; el que está en disposición de secretos informativos y los explota celosamente.
Esas tendencias pueden equilibrarse mutuamente y dar lugar al inhibido, a quien sabe pero no consigue exteriorizar su pensamiento. Si la tendencia exteriorizadora es la más fuerte, dará lugar al chivato, a quien no puede retener un secreto y traiciona lo que pretende servir. Si, al contrario, es la tendencia interiorizadora la que domina, tendremos al auténtico agente secreto.
Hemos apuntado que Acuario es el signo de la amistad, de la coincidencia entre varias personas. Esa sociedad que se ha formado bajo los auspicios de Libra funciona en Acuario a la perfección. En el segundo Decanato de Géminis encontraremos la recapitulación de esa amistad. Pero, si la dinámica de Acuario hubiese funcionado normalmente, los amigos de ese período se encontrarían después trabajando juntos en el tercer Decanato de Géminis, que es donde realmente tiene lugar el trabajo propio del signo, exteriorizando a la vez lo que antes han compartido a nivel de conceptos. El hecho de que la persona se encuentre trabajando en este segundo Decanato significará, de algún modo, que se ha desfasado respecto a sus antiguos compañeros, de modo que al reencontrarlos, subsistirá la amistad, la simpatía, la solidaridad, pero al encontrarse ella en la necesidad de realizar unos trabajos de interiorización que ya han superado los otros, la unión con ellos no va a ser posible, debido a que las circunstancias de sus vidas ya son otras y la dinámica de su programa interno los separan en lugar de unirlos.
Una de las vivencias más emotivas programadas en este Decanato será, pues, la ineludible necesidad de separarse de los amigos con los que más se identifica la persona. Marilyn Monroe era nativa de este Decanato.
La temática principal de este Decanato consistirá, pues, en ser por dentro lo que se pretende ser por fuera. Es decir, la persona, cuando inició su peregrinaje cíclico en Aries, le fue entregado un programa, una hoja de ruta. En el punto cíclico en que se encuentra, debe exteriorizar las ideas que sus vivencias han generado. Pero esas ideas, para poder ser exteriorizadas, deben haber construido antes en su interior los resortes de proyección que permiten catapultarlas de dentro hacia afuera. Y eso es precisamente lo que no ha hecho la persona, de modo que cuando la dinámica de Géminis la impulse a manifestarse en el exterior, solo podrá dar una respuesta cultural. Es decir, imitar lo que hacen los demás, la sociedad que la rodea, lo que está en boga en su tiempo. Pero la vida no quiere esto. La vida exige que cada ser aporte una respuesta personal a la entidad cósmica; exige que sean sus propias entrañas, esto es, lo que hay de entrañable en ella, que se proyecte al universo.
Entonces las fuerzas activas en este Decanato producirán una corriente que le obligará a tragarse, por así decirlo, los valores culturales colectivos, para que sepa, al tenerlos que digerir, si son apetecibles o no.
Como los signos de Aire están relacionados con las ideas, lo que esa persona tendrá que tragar serán ideas, conceptos, dogmas, principios, y de su digestión saldrá la verdad, su verdad interior, auténtica. Vemos que el estómago corporal rechaza aquello que no está en sintonía con el organismo y sus necesidades, vomitándolo o defecándolo. También las ideas al penetrar dentro pueden provocar ese vómito purificador.
Así tendremos a la persona que labora en empresas, que se afilia a partidos, que emite opiniones, que pregona dogmas, conceptos, principios que luego traicionará o de los que simplemente se separará discretamente porque al interiorizarlos habrá caído en la evidencia de que no encajan en su yo profundo.
Siendo Géminis un signo de palabra y pluma, nada extraño que esta persona sea un día portavoz de la derecha y otro día de la izquierda; que un día está con los guerrilleros y terroristas y al siguiente con las fuerzas del orden, a menos que esté en los dos campos a la vez y que sea un agente doble.
Los que juzgan a esta alma desde criterios exteriores y profanos verán en ella una veleta, una persona de la que no pueden fiarse. No sabrán, naturalmente, que está efectuando pruebas de interiorización, y que debe probarlo todo para ir expulsando lo que no se ajusta a su norma. Cuando estas pruebas de interiorización terminen, cuando esta persona haya adquirido su identidad, su carta de naturaleza, se incorporará a su grupo humano, al equipo formado en otros tiempos, y ya no cambiará.
En la vida ordinaria, esa búsqueda de la identidad se caracterizará por la pérdida de papeles legales, pérdida del documento de identidad, o bien la sociedad le exigirá certificados que no tiene. Ese papeleo extraviado será el indicio de que la persona lucha por conquistar su ficha antropométrica interior.
Los buenos aspectos han de darle la oportunidad de recuperar el tiempo perdido, realizando las dos funciones, la interiorizadora y la exteriorizadora sucesivamente, de manera ordenada.
Los malos aspectos, por el contrario, han de producir ese atiborramiento de ideas varias para que el organismo vomite las que no son idóneas con la personalidad interior, realizándose la selección de una manera dramática. Esas personas tendrán el vómito fácil y ello constituirá la señal de que en la psique se está produciendo igualmente ese trabajo de interiorización de ideas que no son idóneas y que deberán ser expulsadas. Por lo demás: rupturas con los amigos y cambios frecuentes en el trabajo.
Tercer Decanato de Géminis
El tercer Decanato de Géminis cubre los grados que van de 20 a 30 del signo, es decir, los nacidos del 12 al 21 de junio (aproximadamente). Es el Decanato Vav, regido por Mercurio, que es al mismo tiempo el regente de todo el signo. En el orden sefirótico está regido por Yesod. En el Tarot es el domicilio del nueve de espadas. Es un Decanato de presente.
En este Decanato se realizan los trabajos propios del signo. Lo que en Libra ha sido una idea de trabajo común y en Acuario una captación interna de las armonías cósmicas, será ahora, en el tercer Decanato de Géminis, la implantación en el mundo exterior de los designios elaborados en las dos etapas precedentes.
Aquí se reclutan los exteriorizadores-exteriorizadores del pensamiento. Esos nativos accederán fácilmente a los medios de comunicación y dispondrán de una total libertad para decir lo que piensan.
Los Géminis del tercer Decanato tendrán una influencia enorme en la sociedad porque Mercurio, el planeta que rige el signo y el Decanato, los ha dotado de medios intelectuales que les permiten expresar su pensamiento con claridad y de la fuerza de persuasión necesaria para ser convincentes. Serán los grandes vendedores diplomados de cualquier objeto, ya que sus argumentos siempre estarán por encima de los esgrimidos por el cliente.
La Casa Terrestre en que se sitúe este Decanato ha de decirnos cuál será el canal a través del que se exteriorice el pensamiento, y si ese pensamiento ha de ser portador de semillas, -Casas I, IV, VII y X- o bien ofrecer la tierra fecunda en la que se asienten otras mentes, -Casas V, VIII, XI y la II- o aun ser trampolín de proyección de otras ideas, -Casas IX, XII, III y VI-.
Para un intelectual, y entendemos como tal no al profesional de los trabajos llamados intelectuales, sino al que está despierto en el mundo de las ideas, este tercer Decanato de Géminis ha de tener mucha importancia, puesto que nos indicará el grado de actividad que puede esperarse de él.
Si no recibe aspecto planetario alguno, ello nos indicará que la persona exteriorizará débilmente sus ideas, bien sea porque no las tiene, lo cual veremos estudiando la posición y relación de Mercurio, regente del signo y del Decanato, o porque existen obstáculos para tal exteriorización.
Los malos aspectos sobre este Decanato indicarán dificultades en la exteriorización del pensamiento. Representan siempre altas tensiones, exceso de energías y, por lo tanto, dificultad para su canalización. La disonancia más conflictiva, la cuadratura, tiene relación con los sentimientos y si se produce concluiremos que los deseos y sentimientos de la persona son inadecuados para la exteriorización del pensamiento. La oposición indicará que la realidad de la vida exige dicha exteriorización.
Los buenos aspectos favorecerán naturalmente, la exteriorización del pensamiento, indicando que la persona encontrará las circunstancias ideales para ello. Los instrumentos idóneos para que el pensamiento pueda expresarse son, en primer lugar, los medios de comunicación social: prensa, radio, televisión, Internet, cine, correos, telégrafos y cualquier otro medio que pudiere existir.
Con buenos aspectos, el acceso a esos medios ha de ser fácil y la persona tendrá palabra fácil, pluma fácil.
Los malos aspectos dificultarán el acceso a esos medios; la persona se verá obligada a utilizar sistemas de comunicación que no son los adecuados para la expresión. Solo la falta de aspectos privará a la persona de los medios de comunicación social. En los niveles más corrientes encontraremos personas que liberan su pensamiento mediante intercambios comerciales, transportes, agencias de servicios, en trabajos terciarios, etc.
Los malos aspectos no serán nunca indicio de pobreza en la exteriorización, sino de super abundancia anárquica que necesita una ordenación adecuada. Si las disonancias proceden de Venus, será señal de que las semillas del pensamiento que se plantaron en su día eran defectuosas y no pueden esperarse buenos frutos de semillas que no lo son. Si proceden de Saturno, será señal de que la idea no se ha interiorizado adecuadamente y el error de compresión repercutirá en forma de error de comunicación. Si los malos aspectos proceden de Mercurio, es que el error se está llevando a cabo ahora mismo y será preciso meditar sobre qué es lo que se hace mal y rectificar sobre la marcha.
A parte de la labor divulgadora, que pueden no ejercer como profesión, sino como pasatiempo, los Géminis serán excelentes en cualquier labor comercial, porque su Casa X, la que nos indica aquello en lo que la persona es un maestro consumado, se encuentra en Piscis, el signo que rige los grandes almacenes, por encontrarse en ellos agrupados todos los objetos que suscitan la codicia de la sociedad. Ganará mucho dinero en todo lo que estimule los sentimientos del público y halague sus gustos.
Este tercer Decanato será, pues, por excelencia el de la comunicación y si Mercurio forma muchos aspectos, tendremos a la persona cuya principal misión en la tierra será la de comunicar a sus semejantes un mensaje procedente de su interior. La principal virtud de los Géminis es su afán de ser verdaderos y de proclamar la verdad hasta, si es preciso, el sacrificio, porque están impregnados de aquel exhorto de Cristo: «la verdad os hará libres». Su principal defecto es la mentira o, por lo menos, la deformación de la verdad. Un Mercurio mal aspectado dará siempre al típico mitómano, pero además en Géminis, la mentira será mucho más importante porque la persona dispondrá de medios para difundirla. George Bush, ex-presidente de los Estados Unidos, ha nacido con el Sol en este tercer Decanato (es quien vendió al mundo la idea de que Irak habían armas de destrucción masiva), lo mismo que Donald Trump, Jean Paul Sartre y la Infanta Cristina.