El próximo aspecto, el noveno, es el Quincuncio, que corresponde a una separación de 150 grados entre dos planetas. Es un aspecto considerado como benéfico, pero menor.
Ciertos astrólogos no acaban de ver en él un aspecto benéfico, pero tampoco le atribuyen un decantado maleficio y no les falta razón al dudar, ya que el Quincuncio corresponde a la Luna que, por su posición en la columna central, establece un equilibrio, entre el Bien y el Mal.
Pero al constituir ese equilibrio, el objetivo humano ya es de por sí un bien. Ese aspecto corresponde igualmente al mundo cabalístico de Formación.
Ya hemos visto cómo la Luna es fecundadora de todos los aspectos, la que convierte las vibraciones planetarias en imágenes interiores que nosotros proyectamos tal cual al mundo exterior. El Quincuncio es su puerta de manifestación, de modo que este aspecto, desvalorizado en la astrología tradicional, reviste una extrema importancia en la Astrología Cabalística.
Ahora bien, para gestar un niño son necesarios nueve meses, durante los cuales su imagen se va formando en el seno de la madre. Por lo tanto, no se puede pretender que la imagen que el Quincuncio forma en nuestro interior se exteriorice en un momento como por arte de magia.
Es la razón, por la que los efectos del Quincuncio no aparecen de forma inmediata. Por esto los astrólogos lo subestiman, pero la verdad es que con el Quincuncio pronunciamos un veredicto inapelable, puesto que la imagen formada en nuestro interior cuando ese aspecto se produce, se exteriorizará sin que nada pueda ya evitarlo y viviremos en nuestra realidad física los valores que represente esta imagen.
Aquí es cuando los planetas realizan el trabajo de mujer, gestando en la naturaleza interna los impulsos elaborados por los precedentes Sefirot. El Quincuncio está regido por la Luna y es en el más estricto secreto y en el más absoluto silencio que la elaboración de la criatura tiene lugar.
Ya hemos visto como cada Séfira rectifica o aprueba el Designio inicial; o bien, sin rectificarlo le da una tonalidad particular que lo singulariza. Son muchos los caminos que puede emprender un Designio para realizarse.
Finalmente, todos ellos son colectados por Mercurio-Hod, puesto que en él se encuentra una copia de todos los Sefirot y transmitidos a Yesod para la constitución de la imagen.
Recordemos que Yesod-Luna es una criatura bajo la dependencia de Binah, Séfira que rige el Mundo de Formación y, muy particularmente, la función Vav de ese Mundo.
¿Qué podemos esperar del Quincuncio a nivel social? Lo mismo que le sucede a la mujer cuando está gestando. Es la misma persona si pasamos por alto el bulto que le sale en el vientre y que cambia su silueta. Pero, si convivimos con ella, observamos que los primeros síntomas de su embarazo la llevan a menudo a vomitar.
Si elevamos este signo a niveles psicológicos diremos que el Quincuncio nos lleva a vomitar las ideas que llevamos dentro para que pueda establecerse en nosotros ese Designio que ha penetrado en nuestra carne.
Luego, la mujer embarazada se ve asaltada por los antojos. ¿Qué son sino la necesidad imperiosa de un cambio en la alimentación? También nosotros experimentaremos, trabajando en el Quincuncio, la necesidad de cambiar las fuentes alimenticias en las que se aprovisiona normalmente nuestra mente.
Si esta mujer embarazada no está muy maleada por los hábitos sociales, en el periodo de gestación deja de fumar, deja de beber, se interesa por lo relativo al bebé que espera.
En definitiva, es el periodo más propicio para cambiar de hábitos, de ideas y de sentimientos y esto nos ocurre igualmente cuando se produce un Quincuncio cíclico, contando desde el punto de Conjunción.
Así, vemos que en el proceso de cristalización de un acto, el Trígono nos ofrece circunstancias extremadamente favorables para realizar nuestras ambiciones; pero la Sesqui-Cuadratura nos invita después a reflexionar sobre si hacemos bien o mal aceptando aquello que con tanta facilidad nos viene.
Estas reflexiones, unidas a las posibilidades del Trígono, pasan al Quincuncio para establecer el guión definitivo de lo que vamos a vivir.
Los malos aspectos sobre el punto del Quincuncio pueden alterar profundamente la naturaleza de la imagen propuesta por nuestra voluntad, como también pueden alterarlo los malos aspectos que reciba la Luna en una carta astral, ya que ello indicará la mala calidad del centro productor de imágenes.
Las anécdotas aparecen en nuestra vida impulsadas por la necesidad de vivencias, de plasmar en la realidad.
El Quincuncio corresponde a Yesod (centro 9 en El Árbol de la Vida).
Claves: Yesod-proyección. Quincuncio: Capacidad de imaginar. Visualizar soluciones. Fecundidad. Cuidado con imaginar cosas negativas.Atención a las proyecciones. Guardar silencio. Tendencia a vomitar ideas, a tener antojos. Cambiar de hábitos, de fuente de alimentación. Integrar nuevas ideas.