Cada una de esas fuerzas se expresa en nosotros en tres tiempos sucesivos: nos penetra, permanece y sale (Yod-He-Vav). Cuando la fuerza penetra en nosotros, nos hace depositarios de un potencial que es como un motor que nos pone en marcha hacia algo que en su momento se realizará. Los signos portadores de esa fuerza de penetración se conocen astrológicamente como signos cardinales.
Los signos cardinales o motores, portadores de semilla, serán: Aries, Cáncer, Libra y Capricornio.
Aquí ya tienes un primer indicativo para tener una idea de la característica principal de una persona. Mira a tu alrededor para ver si conoces a alguien de estos cuatro signos y fíjate en si son iniciadores, si incitan, si son de los que te empujan a actuar, de los que te proponen planes, de los que te ponen presión para moverte. Cada uno en su área y con sus herramientas. Aries a patadas en el culo. Cáncer con emociones. Libra con razones. Y Capricornio apelando al sentido práctico.