Introducción
Neptuno no forma parte de nuestro sistema solar. Siendo el último planeta de un sistema solar fronterizo y aún teniendo en cuenta que los demás sistemas solares pueden haber evolucionado de una forma distinta del nuestro, parece evidente que sus funciones no pueden ser muy distintas, dentro de su sistema, de las que Urano, planeta fronterizo, ejerce en el nuestro. Si Urano lleva consigo la luz de Hochmah, Neptuno debe llevar también una sobrecarga de luz. Y de hecho Neptuno, como Urano, vibra a una frecuencia superior al resto de nuestros planetas, de modo que sus pulsiones también son desintegradoras, como las de Urano.
En astrología cabalística se lo considera como la octava superior de Mercurio, de modo que si Urano lleva a la espiritualidad por la vía del corazón, iluminando el alma, pero sin aportarle conocimiento intelectual, de acuerdo con la tónica de la columna de la derecha, Neptuno aportará ese conocimiento.
Urano produce el santo; Neptuno, el iniciado y su posición en una carta y las relaciones que forme con los demás planetas nos indicarán si la persona está preparada para el conocimiento trascendente.
Es a través de Mercurio que conoceremos la naturaleza de Neptuno y si Mercurio es el que nos revela la ley en las cosas de «abajo», Neptuno será el gran revelador de la ley de «arriba», el que nos aportará el conocimiento de la organización espiritual, acercándonos así a lo primordial, al padre. La luz de Urano y de Neptuno juntas pondrán en marcha en nosotros las funciones de ese tercer ojo místico que permite contemplar las realidades superiores.
Los astrólogos modernos han atribuido a Neptuno la co-regencia de Piscis, junto con Júpiter. Pero si a Urano no se le puede atribuir la regencia de un signo, por las razones expuestas al estudiarlo, tampoco en Neptuno se encontrarán razones que permitan designarlo para tal función. Sin embargo, hay una relación sutil entre Neptuno y Piscis.
La pared de radiaciones constituida entre Neptuno y Urano permitirá la visión de la divinidad, pero para testimoniar de ella, para que se constituya en nosotros una fuerza operativa, será preciso contar con la colaboración de Saturno, el materializador. En el centro del triángulo formado por Neptuno, Urano y Saturno veremos aparecer el ojo del eterno, tal como se ve en algunos grabados antiguos procedentes de los templos iniciáticos.
Algunos estudiantes de cábala modernos han colocado a Neptuno en la esfera de Kether, simplemente porque la esfera se encontraba vacía en el esquema tradicional, lo mismo que la de Hochmah. Sin embargo, aunque Neptuno y Urano no hubieran sido descubiertos como planetas, sus nombres estaban presentes en las mitologías. Urano aparecía en ellas como primer generador de la vida, y ese es realmente el papel de Hochmah, a través del cual la Creación se manifiesta.
En cambio Neptuno aparece en la mitología griega como un hijo de Saturno, al que Júpiter, cuando se calza la corona del Olimpo, le da el dominio del mar, o sea, que es Júpiter quien le da atribuciones a Neptuno.
¿Cómo puede encajar todo ello en el sistema cabalístico? Las enseñanzas Rosacruces nos dicen que Neptuno no pertenece, como planeta, a nuestro sistema solar y su posición en el cosmos, calculada por los astrónomos, confirma la afirmación de la doctrina.
La concesión jupiteriana del dominio del mar es recogida por la Astrología moderna al dar a Neptuno la regencia de Piscis, signo que rige el mar. Piscis es el Vav del Agua, el que está bajo el dominio de Binah, cuyo atributo, como sabemos, es el de Inteligencia Activa y cristalizante. Hay una relación pues entre los deseos, producidos por el elemento Agua y la razón, producida por Binah. Piscis, en su realización final, une los deseos a la razón y es por esta pista que encontramos la función de Neptuno.
Neptuno es la octava superior de Mercurio y si Mercurio es la mente, el Séfira a través del cual el Ego Superior proyecta su pensamiento, el que lo adecua a la realidad material y extrae de lo vivido la memoria, Neptuno, su octava superior, será una súper-mente trabajando en los mundos de arriba, llevando las realidades abstractas del Mundo de Emanaciones al Mundo de Creaciones.
O sea, que Neptuno convierte en nociones perceptibles por nuestra mente y nuestros sentimientos lo que en los mundos de arriba se encuentra en estado de potencial creador.
Gracias a la influencia de Neptuno, la Creación se convierte para nosotros en una historia coherente. Binah nos permite conocer las leyes de la Creación, pero no el móvil divino. Hochmah nos revela algo más sobre el proyecto, nos dice que comportándonos de un modo determinado, obtendremos la revelación, o sea, estaremos con Dios.
Neptuno nos proporciona el conocimiento, nos revela el objetivo, el plan de la divinidad y a través de él comprendemos con la razón y con los sentimientos por qué las cosas son así y más que eso, vemos cómo serán las cosas en el futuro, porque Neptuno revela el plan completo de la Creación y en él aparecen los detalles aún no edificados, del mismo modo que en los planos del arquitecto aparece la casa tal como será y podemos verla perfectamente aunque todavía no exista en la realidad material.
Neptuno da la visión del conjunto y gracias a ella se puede comprender por qué es preciso adoptar un comportamiento determinado y el objetivo que persiguen las leyes. Neptuno revela los planos, da una visión de la obra, pero no es el que la ha concebido.
Siendo un planeta de otro sistema solar, un sistema fronterizo al nuestro, será el último de los planetas de ese sistema, puesto que es el más próximo a nosotros. Entonces podemos imaginarlo como una ventana tendida sobre nuestro sistema solar, desde la que se pudiera ver todo cuanto ocurre en la obra vecina. Si nos subimos a una torre, la torre Eiffel, por ejemplo, podemos ver todo lo que sucede en la ciudad; lo podríamos ver si dispusiéramos de unos prismáticos lo suficientemente potentes para observar los detalles del paisaje que a simple vista no se ve.
Neptuno es esa torre de percepción desde la que se ve todo y por ello, si nos conectamos con ese planeta, si nos dirigimos a él para preguntarle: ¿Qué es lo que está pasando en tal lugar? ¿Por qué las cosas son así? Él nos responderá. Su respuesta solo puede ser captada con amplitud por la mente y comprendida por los sentimientos. Es decir, Neptuno no da la visión de lo que explica, no produce la clarividencia ya que es muy difícil contar en una imagen el desarrollo de un proceso cósmico.
Neptuno aparece así como una especie de espía de nuestro sistema solar, que descubre a la inteligencia de las personas que son capaces de captar sus radiaciones, el proceso de despliegue de todas las cosas, desde su germen hasta su cristalización final. Si por una parte nos dice cómo han sido las cosas en el pasado, por otra parte nos revela cómo serán en el porvenir, de modo que de Neptuno nos viene el don de la profecía.
De esta forma vemos cómo se establece una colaboración entre sistemas solares, ya que si Neptuno representa para nosotros el revelador, podemos imaginar que Urano juega ese mismo papel para el sistema solar fronterizo.
Los rayos de Neptuno no siempre han sido percibidos por los seres humanos. Durante siglos solo ha conseguido sensibilizar a unos pocos iniciados, poseedores de los misterios que Binah sellaba con su ley del secreto. Ahora las radiaciones de Neptuno ya son percibidas por todos y se está estableciendo en cada uno de ellos un Centro llamado Neptuno que al actuar atrae hacia sí materia de ese planeta.
Neptuno nos aporta pues el conocimiento y según la posición en que se encuentra en nuestra carta, ese conocimiento se referirá a la construcción de aquello en particular, es decir, en lo que se hace, desde el principio hasta el fin, con las energías de Aries, de Tauro, etc. De igual modo, al formar aspectos con planetas, nos indica en qué sentido esos planetas funcionan, nos revela su identidad.
Los malos aspectos de Neptuno indicarán que el mensaje no llega correctamente a la persona y que, por lo tanto, se producirán errores de interpretación. Los errores son tanto más nefastos cuanta más alta es la verdad que revela. Producirán pues un conocimiento fragmentario de la organización cósmica, dando lugar a un comportamiento inadecuado y tendiendo a dar como válidas leyes que no lo son. De ahí que los malos aspectos de Neptuno sean tan perturbadores para la persona que los soporta, ya que estando persuadido de que el error es la verdad, se reafirmará en un comportamiento erróneo creyendo firmemente que se encuentra en el verdadero.
Las disonancias planetarias sobre Neptuno acentuarán su personalidad extraña, proveniente de otro universo y darán a la persona una apariencia de extraterrestre, de fantasioso, excéntrico, fuera de lo normal, con un aire surrealista.
Los que se ocupan de las ciencias ocultas, de la espiritualidad, están relacionados con Neptuno, ya que esas temáticas tienen por objeto revelar la organización cósmica. Si Neptuno forma malos aspectos en sus cartas, entonces tenemos los sistemas descabellados, las observaciones erróneas y sobre todo, las conductas desordenadas que esos adeptos del ocultismo tienden a justificar otorgándoles hipotéticas virtudes.
Los buenos aspectos de Neptuno indican que la enseñanza les llega armoniosamente y que son, por así decirlo, sus portavoces en la tierra. También ayudarán a la persona a superar sus fronteras naturales, facilitarán su visión del futuro, activarán su intuición, su creatividad.
Claves: Conocimiento, visión de conjunto, percepción del futuro, revelación, ciencias ocultas, creatividad, cambios, capacidad para ir más allá de lo establecido, insólito, original, surrealista, prohibido, utópico, fantasía, ilusión, astrología, profecía, videncia, conocimiento, sorpresa, despreocupación, magia, poesía, hipersensibilidad, espiritual, misterio, canalización.
Neptuno en Aries
Producirá la revelación del objetivo a seguir. Inducirá a la persona a comenzar bien las cosas, a comportarse de una manera adecuada en el inicio de una tarea. Ayudará a superar las barreras y no atascarse en zona de miedos.
Neptuno en Aries dará la visión de conjunto, la visión perspectiva del trabajo a realizar. También dará a la persona una voluntad de ir más allá, de no quedarse en la superficie de las cosas.
Siendo que Neptuno es un planeta abstracto y Aries un signo en el que las cosas le caen en la cabeza, sin previo aviso, sin preparación y a menudo sin ni siquiera haberlo pensado antes, la combinación de ambos puede llevar a la persona a abstraerse mucho de la realidad que está viviendo y si en su carta no tiene Tierra, puede estar más en las estrellas que en la realidad.
Los malos aspectos pueden dar errores de interpretación, conocimientos fragmentados, ilusiones que no se cumplen, desconexión de la realidad, confusión, locura.
Neptuno en Casa I o Ascendente
Hará que el propósito de la persona sea el de revelar a la sociedad lo que rodea los secretos y misterios de su personalidad, las motivaciones que la conducen a las cosas, el cómo y el porqué de todo. Será la persona que se encuentra a sí misma sin cesar, que refiere a los demás su vida detalladamente, desde el comienzo. Viendo claro las conexiones que le han ido conduciendo a lo que hoy es. Será por excelencia el novelista que aportará claridad a la conducta de su personaje.
Si ha acumulado en ella las virtudes neptunianas, si es rica en propiedades de ese planeta, plantará esas semillas en la sociedad, les dará a conocer las virtudes de esa planta maravillosa, convirtiéndose así en la instructora que revela lo que Neptuno le enseñó.
Con Neptuno en el Ascendente la persona puede tener iniciativas cósmicas, bien sea en el terreno de la espiritualidad o en cualquier otro. Tratará de poner originalidad a todo cuanto emprenda. Buscará salir de la norma, de lo convencional. Puede vestirse de forma fantasiosa, creativa. Su visión de las cosas será un tanto surrealista.
Los malos aspectos indicarán que ha interiorizado los errores de Neptuno y esos serán los que dará. En el mundo convencional, será un contador de historias, de fábulas, alguien que miente por necesidad, porque una verdad distorsionada habita en ella y las relaciones que establece con la realidad son arbitrarias. También puede meterse en chanchullos, en asuntos turbios, irracionales.
Neptuno en Leo
Dará información trascendente sobre el aspecto de la organización interior, germinación de la simiente divina, dando a la persona la posibilidad de establecer la espiritualidad, de fijarla en su interior.
Los trabajos de Leo corresponden a la edificación de la morada en la que desarrollar su espiritualidad, de modo que la información que Neptuno dará a esta persona es la referente a las divinas medidas con las que edificar ese Templo. Las medidas es una forma de llamar al comportamiento, la manera de actuar, ya que son los actos de la persona los que permiten o no permiten desarrollar el yo interno.
Neptuno dirá qué reglas de comportamiento debe seguir la persona para sentir que está en línea con su espiritualidad interior.
Neptuno en Leo da los planos de la construcción del Templo interno, lo cual equivale a decir los planos de la construcción del universo, ya que ambos son una y misma cosa, de modo que la persona posee la llave para la comprensión de la Obra Divina, de cómo funciona la vida.
La persona adquirirá sabiduría a base de buscar respuestas, de ir más allá de lo establecido, de salirse del carril habitual. A veces, incluso sin darse cuenta, puede hacer magia a su alrededor, es decir, ayudar a las personas a que se equilibren con su sola presencia.
Los malos aspectos indicarán que la información no es correcta, de modo que la persona tiene los planos de un edificio que se derrumbará en cuanto lo construya. Este edificio está hecho de gestos cotidianos y serán esos gestos que no serán los adecuados para el levantamiento del edificio, no irán en el sentido de la construcción cósmica.
También pueden dar una especie de endiosamiento, la persona cree que tiene la ciencia infusa, que tiene todas las respuestas. Puede dar el gurú que lleva a sus adeptos por el mal camino.
Neptuno en Casa V
Estará actuando en la esfera social en que se mueve la persona, de suerte que lo neptuniano que haya derramado, le será devuelto: sus fantasías, sus especulaciones filosóficas sobre la organización cósmica. Pero, como dijimos al hablar de la posición en Casa I, si Neptuno revela la organización macro-cósmica en los signos, en las Casas revela la micro-cósmica y si en la Casa I la persona contará como es en su interior, en la V serán los demás quienes se lo cuenten a él, de modo que establecerá relaciones con gente fantasiosa, que habla en abundancia de cómo son y cómo se sienten, que analizan sus emociones, sus pensamientos, sus instintos, tejiendo sobre ellos verdaderas novelas.
Según el grado de penetración neptuniana, esos relatos serán o bien simples fábulas desprovistas de valor o relatos en los que se podrá encontrar, a través de lo particular, el funcionamiento de la máquina cósmica. En este sentido los demás, serán los que se prenderán de ella, serán auténticamente los reveladores de una verdad cósmica, por poco que la persona sepa escucharlos.
Los malos aspectos indicarán que la captación neptuniana no fue correcta y que lo que la persona exteriorizó de ella fue erróneo. Entonces recibirá igualmente el impacto de ese error viniendo de los demás, de modo que el error resultará fortalecido.
Si en Leo se construye la casa de la espiritualidad, en la Casa V se edifica igualmente a nivel micro-cósmico. Si la semilla plantada era una falsa semilla, ahora arraigará mal y el error cobrará fuerza. Lo que recibamos de los demás nos confirmará en la verdad del error primero y estaremos más persuadidos de esa errónea verdad.
Todos los planetas en Casa V se comportan de la misma manera, pero los demás se refieren a la parcela de asuntos que dominan, mientras que Neptuno, como hemos dicho, abarcaba la totalidad de la Creación. El error de los malos aspectos no se referirá pues a una manera de obrar determinada, sino al concepto mismo de la Creación: será un magno error.
Neptuno en Casa V también dará hijos fantasiosos, con una gran creatividad, con visión del más allá, sorprendentes. Suerte en lo original, en lo único, en lo surrealista. Puede encontrar un tesoro.
Neptuno en Sagitario
Revelará los misterios relacionados con la fase exteriorizadora de la Obra Divina, muy en particular los misterios de Binah, es decir, todo lo referente a las leyes activas en el universo. Si la persona es capaz de captar el mensaje, conocerá todo sobre ese aspecto de la actividad Divina.
Cuando Neptuno transita por Sagitario, las escuelas esotéricas se multiplican, puesto que Neptuno evidencia el pensamiento esotérico, desvela los misterios cósmicos y hace que las inteligencias sean aptas para comprenderlo.
Neptuno, en los signos de Fuego, revelará las grandes iniciaciones, que Neptuno preside. En Sagitario, Neptuno sintetiza esos trabajos, al transitar por los tres Decanatos del signo. Aporta además, como hemos dicho, el conocimiento de las leyes.
Cuando forma malos aspectos, lo que trasmitirá serán las falsas leyes y todo lo que se edifique basándose en ellas se derrumbará.
Neptuno en Casa IX
Exterioriza lo que la persona ha conseguido captar de Neptuno en lo referente a la planificación cósmica, al despliegue de las fuerzas de la voluntad. Será pues el portador de ideas para el futuro, unas ideas que serán puros esquemas, generadores de entusiasmo, de fe. Será esencialmente el futurista, el planeador del mañana, el que promoverá sociedades y organizaciones proyectadas hacia el porvenir.
En la medida en que esos viajes no sean realizados con sus fuerzas mentales emotivas, los realizará físicamente y entonces tales viajes tendrán por objeto el avistamiento de platillos volantes o la asistencia a asambleas en las que se trata sobre todo de ciencia ficción, de ufología, de organización del futuro, del viaje a Marte.
Neptuno en Sagitario dará a la persona un interés por el más allá, por la espiritualidad, por las leyes en todos sus aspectos. La búsqueda de la libertad.
Los malos aspectos indicarán que la interiorización neptuniana no se ha realizado correctamente y esa planificación del futuro será falsa. La persona emitirá un modelo que no podrá funcionar, pondrá en circulación un error difícil de detectar, más difícil aún de probar, ya que se moverá en el dominio de las hipótesis y por ello difícil de ser corregido.
Neptuno en Cáncer
Revelará todo lo relacionado con la aparición del Agua en la vida de una persona y en la sociedad, teniendo en cuenta que agua es sinónimo de emociones. Revelará igualmente cómo conseguir que los sentimientos se pongan a trabajar al servicio de la espiritualidad, que es lo que suele llamarse fe.
Su principal tema de revelación versará sobre la utilidad de los sentimientos, explicará porque el Agua fue necesaria a la Creación; porque la fecundidad de la Obra Divina no podía realizarse sin ella. Tendremos aquí explicada la necesidad de la tentación, que sumergió al ser humano en el mundo de los deseos.
Neptuno les pondrá distancia a los sentimientos, es decir, la persona será capaz de analizar su propio manantial emotivo, observándolo desde afuera, de modo que en lugar de protagonizar sus emociones, podrá utilizarlas para elaborar con ellas obras de arte, poesía, Literatura.
Los malos aspectos pondrán demasiada distancia entre los sentimientos y la realidad, convirtiéndolos en algo puramente abstracto. La persona tendrá dificultades para vivir una emoción, para experimentarla y así podrá fingirlas sin sentir auténticamente ninguna. Será el impostor de los sentimientos que podrá engañar con ellos. La no experimentación de emociones puede llevarle a cometer acciones reprobables para ver si es capaz de sentir algo.
Neptuno en Casa IV
Dará una extrema lucidez sobre las propias emociones, sobre lo que las origina y sobre su potencial y por analogía, podrá estudiar el nacimiento de las emociones en los demás, en la sociedad y ser así el psicólogo analítico, especializado en la infancia.
Las emociones primordiales en el ser humano son las constituidas por la familia, por los padres, los hermanos, puesto que la persona nace en el seno de una familia. Neptuno en la Casa IV dará al experto en relaciones familiares, en adaptación al medio familiar, en complejos que atan a la madre.
Neptuno en Casa IV puede dar una madre fantasiosa o que está más allá que acá, creativa, original, surrealista. También puede serlo la infancia de la persona.
Los malos aspectos darán la misma vocación, pero las interpretaciones serán erróneas y sus conclusiones lo serán también. Esos errores no se producirán solamente a nivel de estudios de emociones, sino en la forma de amar a la familia y en el comportamiento emotivo y la infancia. Serán amores difíciles, raros y quizá monstruosos o fantasiosos.
Neptuno en Escorpio
Revelará en particular los trabajos de integración del Agua al Fuego. La persona comprenderá cómo funciona la fecundación. Es un momento crucial en la Creación, ya que cuando las leyes del Agua y las del Fuego han conseguido conjuntarse, todo adquiere en la vida su justa proporción. Por ignorar esas leyes, el arquitecto Hiram vio su obra destruida. Esta posición da a la persona la posibilidad de combinar ambos elementos. Sin embargo, es evidente que no todo el mundo será capaz de interiorizar esa comprensión que les ofrece Neptuno.
Los malos aspectos darán una mala comprensión de ese proceso cósmico, de modo que la armonía no podrá producirse y cada fuerza se combatirá. En la vida social, esto ha de dar lugar a guerras, revoluciones, insubordinaciones, ya que las emociones se levantarán contra la espiritualidad, sin que Neptuno revele la manera de integrar una fuerza en la otra.
Neptuno en Casa VIII
Iluminará sobre los trabajos de integración de nuestros sentimientos a nuestras aspiraciones superiores. Las personas que se acercan a nosotros, llevadas por sus emociones, serán expertas en la combinación armoniosa de sentimientos y espiritualidad y a través de ellas aprenderemos grandes cosas.
Esta posición pueden darnos ligues extraterrestres, es decir, personas que ven mucho más allá, que no encajarán demasiado en la sociedad por sus ideas futuristas. Placer por lo extravagante, por lo original. La persona puede recibir regalos estrambóticos.
Los malos aspectos de Neptuno harán que las personas que vengan a nosotros sean portadoras de errores, de sentimientos negativos y pérfidos. Descargarán sobre nosotros su error, engañándonos sobre sus intenciones. Hablarán de sentimientos, pero solo les animará el deseo sexual.
Neptuno en Piscis
Revelará el proceso de creación conjunta del Fuego con el Agua. Dará una visión sintética de todo el proceso que termina en Piscis, poniendo el acento en el resultado de esta unión, o sea, la fecundidad de la Obra Divina, su exteriorización en un nuevo mundo.
El carro divino se pone de nuevo en marcha en Piscis, después del atasco que supone Escorpio y la obra se expande, se derrama a un universo inferior, en el que encontrarán posibilidades de vida otros seres. Esta será la temática que Neptuno revelará y si la persona puede captar sus vibraciones, será el creador de un nuevo mundo, quien dará a conocer a los humanos la espiritualidad, esto es, les dará el conocimiento de cómo deben funcionar las cosas para crear la armonía.
Los malos aspectos harán que la visión de la persona se nuble y no entienda bien el funcionamiento, lo cual la llevará a inducir a los demás en error. O bien querrá guardar en secreto aquello que descubre, frenando así su expansión.
Neptuno en Casa XII
Revelará a la persona los misterios de su comportamiento, le hará ver las consecuencias de sus actuaciones y la llevará a unificar, en sus actos externos, lo superior con lo inferior. Sabemos que los procesos de exteriorización están regidos por Binah y que por lo tanto se impone la ley del Sacrificio. Neptuno, en su revelación, dirá a la persona como funciona esa ley.
Así la persona no exteriorizará únicamente deseos por el canal XII, sino que conjuntamente podrá exteriorizar su Agua y su Fuego armoniosamente; siempre, claro está, que pueda oír la voz de Neptuno y esté preparada internamente para seguirla. Si es así, esta persona podrá realizar una obra auténticamente divina.
A niveles inferiores esta posición puede dar el sacerdote, el hombre que vive la espiritualidad de una manera externa.
Neptuno en la XII también puede llevar a la persona a enamorarse de un gurú, de un guía espiritual, de alguien que ve platillos volantes o que vive de forma surrealista. Así mismo puede dar fuertes inclinaciones hacia la espiritualidad.
Los malos aspectos darán una visión distorsionada de la dinámica cósmica y la exteriorización que realice sufrirá ese error. Como Neptuno, tal como ya hemos dicho, justifica a los ojos de la persona las ideas que emite, tendrá la certeza de obrar bien al exteriorizar deseos insensatos y ello le acarreará mayores males.
Neptuno Libra
Revelará todo lo relacionado con el Cuerpo Mental tanto el planetario como el particular de cada persona. Si las antenas de la persona están abiertas sabrá así todo lo relacionado con la utilidad de la sustancia-pensamiento. Verá como los dos primeros elementos –Fuego y Agua– son los generadores de una vida y que a esa vida hay que darle un sentido, proporcionándole un elemento para que encuentre su significado y pueda hacer algo de sí misma. Ese nuevo elemento es el Aire, vehículo del pensamiento.
Neptuno revelará como, en la multiplicidad de la creación, el pensamiento permite encontrar el hilo que une todas las cosas a su fuente primordial, haciendo así la Creación inteligible. Es Neptuno que le decía al «Gallo», el torero gitano, que un gato negro y la furia asesina de un toro eran una y misma cosa y esa sabiduría constituía para él el grito que lo impulsaba a huir del peligro en cuanto avistaba un gato negro camino del ruedo. Luego, las gentes que nada entienden, dicen que esto son supersticiones, pero los clarividentes de todos los tiempos saben que los seres y las cosas están unidos entre sí por lazos invisibles y en esa hilera de afinidades, cuando un elemento aparece, anuncia con su presencia a los que inevitablemente vendrán tras él.
Neptuno en Libra revela las afinidades, las analogías entre las cosas y lo hace en forma de intuición. La persona intuye lo que es idéntico y sabe –por intuición– lo que no lo es, lo que pertenece a otra enfilada. Ello hará que en su vida ordinaria sepa a quién elegir, con quien casarse, con quien asociarse, con quien establecer pactos.
Los malos aspectos producirán errores en ese dominio y la persona, estando segura de quién encaja y de quién no, se equivocará.
Neptuno en Casa VII
Instruirá a la persona sobre la utilización racional de sus fuerzas internas. Le revelará su potencial generador, le indicará la forma de emplear su Agua y su Fuego internos de manera que pueda utilizarlos en la vida práctica y crear con ellos vida o bien el modo de utilizar adecuadamente la vida ya existente.
Le indicará igualmente con quién está encadenado, cuáles son los que pertenecen a su enfilada humana, juntándose, por intuición con los que fueron sus compañeros de vida en otro tiempo.
Con buenos aspectos le dará la posibilidad de encontrar a su auténtica alma gemela. Acertará en la elección de compañeros de ruta y puede estar unida a alguien que se encuentra en el más allá y con el que establece una comunicación a nivel de alma. Esta posición indica unión ideal; indica la aparición de un aliado que trae el conocimiento.
También puede dar una pareja o un socio que ve la vida de una forma muy original, muy fuera de lo común, que se comporta de forma extravagante.
Con malos aspectos, ese aliado será portador de errores, tan sutilmente expuestos que será difícil detectarlos. La persona se encontrará así unida a alguien que le llevará hacia una falsa pista y con pocas posibilidades de reconocer esa falsedad. Así mismo puede dar una pareja que se da a los vicios, que se sumerge en paraísos artificiales.
Neptuno en Acuario
Revelará la parte del mecanismo cósmico relacionada con la interiorización del pensamiento, haciendo de la persona un observador de los procesos cósmicos hasta el momento en que el pensamiento penetra.
El Fuego y el Agua crean la vida, una vida no premeditada, puesto que toda Creación comporta una parte de improvisación, de incógnita. Así ocurre por los creadores a nivel humano. El novelista que crea unos personajes, tiene previamente una idea general, pero esa idea desaparece, se esfuma en el curso del relato y el personaje cobra su propia dinámica en función de la situación que está viviendo.
Así ocurre también con el pintor y lo vimos en una película que realizó Clouzot sobre la manera de pintar de Picasso. Veíamos en ella como el pintor trazaba unas líneas que no contenían idea alguna. Esas líneas sugerían algo y el pintor las borraba para trazar encima la imagen sugerida; esta a su vez era portadora de nuevas sugerencias y así la obra iba adquiriendo una forma concreta que, al alcanzar su plena expresión, era de nuevo borraba para dar lugar a unos esquemas que reflejaban aquella realidad de una manera abstracta y mucho más amplia.
Cuando Dios empezó a combinar las energías zodiacales para dar lugar a un universo en el que múltiples criaturas pudieran vivir, no podía existir en Él más que una idea general, amplia; idea que se fue formando a medida que las combinaciones de elementos le sugerían lo que podían dar de sí.
El fruto de esas 12×12 combinaciones, elaboradas por los signos del zodíaco, debían someterse a las leyes activas en el universo para poder progresar en él. Esa Ley promulgada por la Voluntad Suprema, se revela bajo el signo de Libra y es interiorizada en el fuero interno de cada criatura, para que funcione de acuerdo con ella, a través de Acuario.
Neptuno en Acuario induce a la contemplación de ese proceso creativo. Los seres humanos pueden decir que están en Dios cuando han sido impregnados de sus leyes: entonces participan en la naturaleza divina.
En el estadio anterior, son esas criaturas nacidas de las infinitas mezclas, productos naturales, sometidas a unas leyes que ignoran y con las que tropiezan sin cesar. Cuando han pasado por Acuario, la Ley penetra en ellas y se convierten a su vez en creadores.
Esto va repitiéndose a cada ciclo, a fin de que la persona vaya descubriendo unas leyes que no puede asimilar de un solo trago. Neptuno ilumina ese aspecto del proceso creador y puede decirse que en Acuario permite al ser humano comprender al Creador; es decir, tener una percepción mental de la problemática creativa.
Los malos aspectos llenarán de errores ese proceso y la seguridad alcanzada por la persona será falsa. Mala interiorización del orden divino.
Neptuno en Casa XI
Hará que la comprensión de todos estos procesos venga de la tierra y no que se encarne en la propia intuición de la persona. Es decir, aparecerá un amigo, que lo instruirá sobre esta temática, respondiendo a su apetencia de conocimiento. Significará pues que tendrá un amigo iniciado en los misterios cósmicos y a través de él le vendrá la luz. Y si no es el amigo, serán las circunstancias las que le llevarán a la comprensión de la mecánica celeste.
Los malos aspectos darán el falso amigo equivocado, suministrador de falsos datos.
Neptuno en Géminis
Revelará a la persona todo lo relacionado con la exteriorización del pensamiento divino. Las leyes solo pueden producir algo relacionado con su propia mecánica. Lo vemos en esas cadenas de montaje industriales en las que aparecen las piezas diseñadas y no aparecen televisores donde está previsto que salgan coches.
La exteriorización del Pensamiento hace que los productos naturales, fruto de las múltiples combinaciones de las fuerzas zodiacales, se vayan transformando en productos recreados, del mismo modo que nosotros utilizamos la materia prima que nos ofrece la obra divina o sea, los distintos metales y minerales, para construir con ellos casas, coches, etc.
Neptuno revelará como el Pensamiento Divino, al volcarse sobre su obra, lo hizo todo a su imagen y semejanza y cómo eso significó la destrucción de la anterior creación, la natural.
Sabrá así la persona que proyectando su pensamiento sobre los seres y las cosas, producirá una nueva configuración de todo lo que antaño se creara a su alrededor por el poder de una fuerza superior, la procedente del Fuego-Designio y por los poderes del Agua-Sentimiento.
El Pensamiento disuelve lo que es producto de las fuerzas naturales que actúan en nosotros para recrear una nueva realidad conforme a las leyes divinas.
El proceso que acabamos de describir permite comprender por qué el Eterno destruyó la civilización de Caín para recomenzar su obra con la civilización de Noé. La primera era un producto natural; la segunda un producto elaborado por su Pensamiento.
Como quiera que todos los procesos que en un momento de la Creación se van repitiendo en cada una de sus etapas, ese trabajo de destrucción-recreación es una dinámica interiorizada en cada uno de nosotros, de forma que en un momento dado de nuestra Obra y de cada una de las pequeñas obras que vamos elaborando, nos veremos impulsados a destruirla para recrearla sobre nuevas bases. Neptuno en Géminis revela esta parte de los Trabajos.
Los malos aspectos, al dar una visión errónea e incompleta del problema, harán que esa recreación no se haga en condiciones adecuadas.
Neptuno en Casa III
Revelará a la persona sus potencialidades internas en cuanto a lo que a la organización del pensamiento se refiere, poniéndolo así en condiciones de utilizarlas. Si en el signo revelaba como Dios procedió a su segunda Creación, dando un sentido y un objetivo a la producción natural, fruto de las fuerzas zodiacales, en la Casa revelará a la persona cómo proceder a esta segunda creación, cómo ordenar su vida de acuerdo con las leyes cósmicas y no según el impulso de los sentimientos.
Ello hará que la persona posea una suprema lucidez intelectual, que se exprese de una manera inspirada. Sus medios de expresión pueden ser literarios, pero puede expresarse igualmente a través de otros instrumentos, de acuerdo con el signo ocupado por la Casa III.
Neptuno en la Casa III también puede dar a hermanos o vecinos un poco surrealistas, originales, con una visión del mundo muy especial.
Los malos aspectos inducirán en error en la expresión del pensamiento y como Neptuno se mueve en un espacio magno, ese error puede ser monumental, fantástico, dando lugar a la elaboración de teorías, sistemas, doctrinas de una amplia perversidad.
Los dictadores que en la segunda guerra mundial querían recrear el mundo (Hitler, por ejemplo), tenían a Neptuno en Géminis.
Neptuno en Capricornio
Revelará en particular los misterios de las cristalizaciones materiales. La persona tendrá una intuición excepcional. Conocerá las virtudes de las plantas, las propiedades de los minerales. Intuirá su filiación cósmica y esa intuición resultará verdadera. Sabrá elegir los materiales idóneos para cualquier construcción, empezando por su propia construcción material y en lo relacionado con la organización material de su vida, sabrá ver lo que es idóneo a la organización cósmica.
Podrá construir el mundo de abajo según los patrones del mundo de arriba.
Los malos aspectos serán fatales para la construcción. Los edificios no aguantarán. Creerá discernir las cualidades de los minerales y plantas, pero cometerá errores. Será el productor de ruinas. Sus vastas edificaciones se desplomarán.
Neptuno en Casa X
Revelará el estado material de la vida de la persona, dándole la intuición de lo que puede hacer, es decir, de lo que está maduro para pasar al estadio de realizaciones prácticas y lo que no lo está. Tendrá así la facultad de ir a llamar a la puerta justa, la que estaba allí precisamente para que llamara en ella, de modo que su encumbramiento rápido será el resultado de saber de antemano dónde va a encajar.
Sus fuerzas materiales, las energías internas que trabajan en la estructuración en firme de las cosas, aquellas que dejan huella en la tierra de la persona, trabajarán al unísono con las cósmicas, de modo que ese será realmente quien edifique el cielo en la tierra.
Puesto que en el signo Neptuno avisa sobre las leyes que rigen el universo, en lo que se refiere la cristalización de las energías, es presumible que la persona no aprenda la lección de golpe y se pase un tiempo antes de que aprenda realmente en hacer que la tierra sea una perfecta sucursal del cielo.
En cambio, la posición de Neptuno en la Casa X indica que el planeta ya ha trabajado en los ciclos de Casas anteriores, es decir, la I, la V, la IX, etc., de modo que el saber ha sido ya interiorizado y la persona se encuentra preparada para pasar a la práctica.
Por ello cuando la Astrología mundana nos dice que Neptuno en la X da el líder espiritual, debemos entender que es la persona que lleva las tareas espirituales a nivel práctico, que comprende la organización material de arriba y es capaz de llevarla abajo.
También puede dar un padre o un jefe espiritual, que le ayuda a avanzar, a descubrir el mundo de las energías.
Neptuno en Tauro
Revelará la parte relacionada con la administración de la materia física. La persona aprenderá por intuición cómo las fuerzas espirituales acondicionaron la tierra para que hubiera en ella montañas, hondonadas, valles, lechos de río y como las potencias espirituales fueron repartidas para que en la tierra pudieran crecer las distintas especies de plantas y encontrar en ella alimento.
Aprenderá cómo otras potencias elementales fueron destinadas a producir belleza: plantas exóticas, flores perfumadas y cómo en el reino mineral aparecieron los metales preciosos, cómo las distintas jerarquías producen el oro, la plata, las perlas, los diamantes, etc.
Sabrá, en suma, cómo se organizó el mundo material, a fin de que en él pudieran subsistir sus criaturas y aún enriquecerse con esos metales portadores de luz y de inalterabilidad.
En Tauro, Dios se recrea con su obra y al ser humano le entra la divinidad por los sentidos. Muchos son los que se detienen en la contemplación de las bellezas de Tauro diciéndose ya han alcanzado la meta, que esa vida de goces naturales es el destino final.
Sin embargo, para las personas, Tauro no es más que el espejo en el que podemos contemplar la perfección de una obra, la divina. Y es preciso que vayamos más allá, hacia la realización de nuestra obra humana, puesto que en el esplendor de Tauro nosotros no hemos participado: es a Dios a quien corresponde el mérito de la Obra.
Neptuno mal aspectado en Tauro al magnificar el esplendor material, inducirá a la persona a detenerse, a decirse que la verdad reside en la contemplación y no en la búsqueda del conocimiento.
Neptuno en Casa II
Revela la forma adecuada de distribuir los recursos que la persona posee y le revela asimismo la existencia de esos recursos; es decir, la persona ve dónde está su oro, dónde están sus diamantes en su propio microorganismo. Descubre lo que puede dar su tierra humana, las cualidades y defectos que su organismo contiene, recibiendo luces sobre su estado de salud, de manera que está en condiciones de administrar su talento y su vitalidad de la mejor manera posible.
Si Neptuno forma buenos aspectos, habiendo una analogía entre la tierra interna y la externa en la que nos movemos, Neptuno le revelará el punto exacto en que se encuentra, en el exterior, el tesoro interno que la persona pueda guardar en su interior.
Entonces tendremos la figura de la persona que descubre un tesoro, que encuentra diamantes o un saco de monedas antiguas. O bien, tomando la revelación de una forma más moderna, la voz de Neptuno le sopla los números de la Primitiva o le indica cuáles serán los valores de la bolsa que van a subir y le avisará cuando la moneda se va a devaluar.
Los malos aspectos le harán ver tesoros ahí donde no hay más que pura quincallería. Se descubrirá cualidades que no tiene y al utilizarlas se dará cuenta del fallo.
Neptuno en Virgo
Revelará la panorámica de todo el trabajo creativo; dará en síntesis todas las reglas activas en la Creación y hará ver a la persona como todo se disuelve para dar nacimiento a formas cada vez más perfectas y elevadas.
La pérdida material en Virgo viene compensada por el conocimiento que la materia encierra.
Neptuno en esta posición ha de llevar a la persona al templo iniciático, si es sostenido por buenos aspectos, ya que todos los trabajos humanos realizados, vistos en perspectiva, constituyen un ritual que las ceremonias iniciáticas recogen.
Si en Tauro la persona descubre la perfección de la Obra Divina, en Virgo entra en su conciencia la idea de que lo natural debe ser destruido para dar paso a la propia creación. Así lo hizo Dios cuando «heredó» un universo de las fuerzas Zodiacales. Tuvo que destruir entonces ese mundo zodiacal para construir en sus ruinas el suyo propio.
Virgo percibe que él mismo ha de proceder a esa creación y que para ello ha de destruir la perfección material de Tauro. Neptuno en esta posición le revelará esa tarea esencial que ha de ser la suya, de modo que, si ya de por sí Virgo es un signo de liquidación del imperio heredado, con Neptuno ese afán liquidatorio será más acusado.
Revelando Neptuno toda la dinámica de un ciclo, en esta posición anunciará el trabajo del ciclo siguiente, dando a la persona facultades anticipatorias y pudiendo así realizar funciones de profeta, si está lo suficientemente despierta para ello.
Los malos aspectos han de perturbar esa dinámica y la persona no encontrará su puerta.
Neptuno en Casa VI
En el signo, Neptuno da la visión de un trabajo que debe ser realizado. En la Casa VI este trabajo es para ¡ya! Dará pues la persona que sabe que tiene que liquidar su imperio material, el heredado, para construir su propio universo sobre las ruinas.
Tanto en su vida particular como en la social, será pues el destructor, el demoledor, pero no a la manera de Atila que, por donde pasaba ya no crecía la hierba, sino el que aplana la tierra para que en ella pueda nacer el nuevo mundo. En este sentido, será el precursor, el anunciador, el que prepara el terreno para la creación humana.
Será poco comprendido y su vida será a menudo la de una persona sacrificada por un fin mayor.
Neptuno en la Casa VI también dará quien tiene que dar servicio a la espiritualidad o a la religión, el monaguillo que asiste al cura o las mujeres que asisten a la Madre Amma. Servicios extraños, curiosos, surrealistas.
Los malos aspectos harán que su misión se realice por caminos difíciles y dramáticos.