Pablo tenía doce años, estaba a punto de empezar el curso escolar y tenía que decidir a qué actividad extraescolar debía inscribirle su madre. Llevaba todo el verano dándole vueltas. El tema se balanceaba entre fútbol y claqué. Era el último día porque cerraban la inscripción y el niño se puso a llorar desesperado porque no sabía cuál elegir. Al final se decantó por claqué. Su madre me lo contaba sin comprender muy bien por qué a Pablo le costaba tanto decidirse. Yo le expliqué que su hijo era Libra, el signo de la duda.
Libra es el séptimo signo del zodíaco constituido y el del constituyente. Corresponde, como primer signo de Aire, a la fase de plantación de la semilla mental.
Libra, signo cardinal de Aire. Es el Yod de ese Elemento y el Vav de los signos cardinales y como tal, la puerta de entrada de las fuerzas mentales que han de transformar en profundidad la vida, puesto que el Elemento Aire corresponde a ideas, pensamiento, razón, lógica.
Libra, lo mismo que Aries y Cáncer, es una puerta a través de la cual las energías cósmicas penetran en el ser humano. A través de Aries penetraba el Elemento Fuego. Por Cáncer penetraba el Elemento Agua y por Libra penetrará en nosotros el Elemento Aire, que en nuestro organismo anímico se convierte en lógica, en razón.
Cuenta la leyenda que cuando el creador vio que la humanidad estaba preparada para recibir el cuerpo mental que le permitiría pensar, el Sol atravesaba el signo de Libra. Estábamos en Libra cuando, como nos cuenta el Génesis, cayó el maná divino del cielo y por primera vez, pudimos formular un pensamiento. Ahora, cada vez que hay una nueva forma mental que aparece, encontramos a un Libra que la ha estado generando.
La función esencial de los Libra, consiste pues en generar nuevos pensamientos, en poner nuevas formas mentales en circulación. No es necesario que profundice en la forma de pensar, hasta el punto de aportar pruebas de lo que afirma. El momento de la prueba ya vendrá después, cuando desarrolle trabajos bajo el signo de Acuario, el siguiente de la trilogía de Aire. De momento, se trata solo de lanzar ideas vagas, de lanzar lo que podríamos llamar el esqueleto de la idea, para que los demás, la sociedad entera, la vaya llenando de carne, de órganos, de medios de percepción.
La persona de Libra, en su camino evolutivo, ha trabajado antes bajo el ciclo de Fuego en el que su yo interno le impuso un programa. Trabajó después a las órdenes de su Yo emotivo y vivió a fondo la etapa de los sentimientos, hasta que se despidió de ellos naciendo bajo el signo de Piscis, cuya dinámica consiste en echar por la borda las emociones.
Ya libre de los deseos, aborda la etapa intelectual que le llevará a interesarse por la razón de todas las cosas. ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál es el objetivo de nuestro paso por el mundo? ¿Cómo funciona el universo? Libra es quien se interroga, quien indaga, quien encuentra el hilo que le llevará al descubrimiento de la verdad.
En la etapa emotiva, la del Agua, la persona vive encerrada en su Yo. Primero yo y después los demás, este será su lema. Se convierte así en adorador de sus propias costumbres, de su etnia, de su grupo, de su nacionalidad… Es la persona que busca la fuerza del clan para afirmarse.
Pero cuando ha salido del ciclo del Agua esa persona, situada ahora en Libra, levanta los ojos hacia cielo y descubre la trascendencia. Descubre, en primer lugar, que ante la inmensidad del universo, no podrá nada si no se une a los demás, que la unión hace la fuerza. Es curioso que atribuyen esta frase al historiador romano Salustio, nacido el 1 de octubre, bajo el signo de Libra.
Libra se da cuenta de que los demás son una parte de sí y entonces dedicará su vida a la búsqueda del otro, de esa persona con la cual entenderse y compartir ideas, sentimientos, avatares, conflictos. Lo hará formando grupos, asociándose, casándose.
En Libra el pensamiento no ha sido aún experimentado, es el que ordena y legisla su mundo mental. Por esta razón, porque su pensamiento está en ciernes, Libra es el signo que nos facilita prejuicios, que se adelanta a juzgar algo cuando aún no tiene los datos necesarios para ello. Es como un test.
Libra es el signo que rige el matrimonio y todos los nativos de este signo están especialmente destinados para integrarse con el otro, para renunciar a sus particularismos, de manera que quede en ellos un lugar para que el cónyuge pueda subsistir. Aunque no debemos confundir renunciar a los particularismos con renunciar a su personalidad o a sus estándares mínimos.
Y esa pareja será el primer eslabón, necesario, porque todo empieza por uno mismo. En Libra, el altruismo le gana la partida de egoísmo, que es la nota característica de la etapa sentimental.
Llegando a este punto, la persona se da cuenta de que su empeño personal, esa obra suya que tanto adoró en el ciclo anterior, necesita ser compartida con los demás para que adquiera magnitud y relevancia. Ya dijimos anteriormente que el Elemento Aire está regido por Binah, de modo que este Séfira ejerce su prerrogativa restrictiva.
En la etapa anterior, la de Piscis, se trataba de renunciar a un deseo para realizar otro deseo. Aquí, se trata de realizar los deseos en conjunto para que el propósito sea compatible con el propósito de los demás. Ese “sacrificio“ permite la colaboración con el otro, con la sociedad, el socio, el cónyuge.
Libra es el signo que rige el matrimonio y ello nos da una idea de qué debería ser el matrimonio. No es un signo sentimental, como puedan serlo los de Agua, Cáncer, Escorpio y Piscis, sino un signo que libera fuerzas racionales, indicando que la relación de pareja no es una empresa sentimental, sino una asociación racional de dos personas complementarias para realizar un proyecto común, que ninguno de ellos podría realizar por separado.
Libra significa, pues, el comienzo de una vida basada en la razón y no en los sentimientos, y los nacidos bajo ese signo serán gentes empeñadas en unir lo complementario, organizando asociaciones, confederaciones, sindicatos o agencias matrimoniales.
El mensaje fundamental de este sector del zodíaco es la toma de conciencia de que el mundo es una obra colectiva, de que la individualidad potenciada en ciclos anteriores no es más que una etapa que es necesario vivir, pero en la que uno no se puede uno detener, porque frenaría la propia evolución.
En Libra, lo que debe primar es la búsqueda del otro, del complemento, del socio, para la vida, para los negocios, para todo. No se trata tanto de una participación o de una unión efectiva, más propias del tercer signo de Aire, Géminis, como de una disposición interna para ello, de la voluntad de crear los arquetipos necesarios para favorecer la convivencia social a todos los niveles.
El segundo mensaje o gran descubrimiento de Libra es la idea de la justicia, la idea de que el universo está regido por unas leyes, y si se descubren y se respetan, todo se aguanta, mientras que si no se observan, todo se hunde. Así vemos que Libra, a lo largo de su vida, va procediendo a rectificaciones y a retoques en su conducta, puesto que al iniciar su andadura, viene al mundo repleto de los valores emotivos, los del ciclo anterior, según los cuales no hay más ley que la de los deseos.
Si sobrepasa lo que él cree que es la norma, Libra rectifica, se vuelve atrás y acompasa de esta forma su comportamiento con la armonía universal. Libra tal y como muestra su símbolo gráfico, la balanza, es un signo de equilibrio en el que la persona debe aprender a armonizar sus distintas tendencias de manera que juntas formen una hermosa sinfonía, debe hacer que su comportamiento sea lo más parecido a una obra de arte. Utilizará para ello la sensibilidad, el refinamiento y la delicadeza puestas a su disposición, cual regalo divino, por Venus, su planeta regente.
La razón tiene un atributo principal y es la lógica. Cuando la razón se pone a funcionar, la lógica obliga a la idea a tomar una determinada forma que es común a todos, y es por ello que a través del ejercicio de la razón todos llegamos a entendernos, porque la lógica acaba poniéndonos a todos de acuerdo. Decía Descartes:” lo único que me diferencia de la forma de pensar de otras personas, es que a lo mejor ellas han dedicado una hora a pensar un tema determinado y yo he dedicado al mismo tema 1000 horas. Cuando ellas también hayan dedicado 1000 horas, estaremos totalmente de acuerdo sobre la cuestión”.
Así, los nativos de Libra, abren un proceso intelectual que llevará a toda la humanidad a pensar lo mismo sobre los problemas que se nos plantean en un momento dado, pero, felizmente, el pensamiento nunca será uniformado porque constantemente acceden al mundo nuevas oleadas de Libras, portadores de gérmenes de pensamientos nuevos sobre el inagotable manantial del pensamiento cósmico.
Kabaleb nos contaba que los Libra puros guardaban analogía con los obreros de las pirámides de Egipto, es decir, los que están levantando una obra que va más allá de sus intereses personales, representados por su yo emotivo. Levantada la pirámide de la convivencia social, la vida los llamará a participar en el pensamiento divino y recibirán el maná en el desierto. Aquí se prepara pues el gran viaje que ha de conducir a la tierra prometida. Y ya he comentado antes, en el signo de Sagitario, que el viaje es la representación material de esa tendencia interna que nos lleva a ir más allá de nosotros mismos.
En este caso se trata de un viaje que conduce desde las tierras del supremo yo representadas por Aries, hasta las tierras del tú, del otro, representadas por Libra.
Libra es probablemente, junto con Cáncer, el signo más femenino del zodíaco. La mujer Libra suele destacar por su elegancia natural, su simpatía, su dulzura, por su encanto y por sus encantos, como lo atestiguan algunas nativas de esta franja zodiacal como Katherine Deneuve, Brigitte Bardot o Rommy Schneider.
La persona Libra tampoco se queda corto en el terreno de la seducción. Es atento, cortés, detallista, en casos extremos puede incluso parecer amanerado. Charlton Heston, Julio Iglesias o Yves Montand son ejemplos de hombres Libra.
Si le preguntas a un Libra que es lo que más odia en el mundo, es muy probable que conteste, instintivamente y sin pensarlo, el conflicto, la guerra, las luchas. De hecho, el líder de la no violencia, Gandhi, era Libra.
Los nativos de este signo son, por antonomasia, gentes de paz, de consenso, siempre dispuestos a buscar un acuerdo que satisfaga por igual las dos partes en caso de litigio. Evitan en lo posible tomar partido y ratificarse en una postura determinada, porque intuyen que con esta actitud no harían más que crear dos bandos distintos, plantando la semilla de un posible conflicto externo.
Sus detractores pueden reprocharles, si no comprenden la naturaleza de su misión, su falta de definición, pueden tacharles de veletas o de chaqueteros ya que, con tal de evitar cualquier enfrentamiento, son capaces de pactar a la vez con el gobierno y con la oposición, con el jefe y con los obreros.
En la medida en que Libra no sepa responder a nivel interno a las vibraciones profundas de su signo, haciendo que su vida exhale el perfume de las cosas bien equilibradas y que su presencia en cualquier escenario humano sea garantía de paz y entendimiento, si no sabe estar a la altura de su visión profunda, entonces sentirá la necesidad de compensar su falta de armonía interna buscándola en el exterior y se dedicará a la práctica de algún arte en pos de un equilibrio que no consigue de otra forma. Y parece confirmar este razonamiento el hecho de que un gran número de grandes artistas tiene una vida personal bastante caótica, como Lennon o Pavarotti.
Los aspectos planetarios disonantes sobre Libra pueden generar ciertas dificultades a la hora de unir, en las relaciones sociales, matrimoniales o en otra clase de integraciones de la persona con la sociedad, pudiendo hacer de ella, de un modo u otro, una marginada. También pueden dar tendencia a unir aquello, que por su naturaleza, no puede ser unido, dando problemas en la convivencia y cierto oportunismo. Así mismo, puede producir un exceso de indecisión, una voluntad débil y con poco empuje, poca capacidad de lucha. Puede dar al esteta que se refugia en la torre de marfil de su percepción selectiva y subjetiva de la realidad, desligándose fríamente de toda persona o situación que no pertenezca a su círculo restringido.
El exceso de planetas en este signo puede impulsar a la persona a unirse a los demás tan exageradamente, que puede militar en un partido de derechas y de izquierdas al mismo tiempo; figurar en un sindicato obrero y en una patronal, defendiendo ideas contrarias a horas distintas.
Si su Sol es débil, con pocos aspectos, o si en su carta astral tiene varios planetas en signos de Agua, aunque su voluntad ansíe la concordia, puede verse envuelto en numerosas luchas y ello dará lugar a una naturaleza movida, que se indigna al comprobar que los demás, a pesar de sus esfuerzos, no quieren fumar la pipa de la paz.
En Libra las ideas no están aún formadas, como no lo están en Cáncer los sentimientos, ni en Aries el designio a realizar. Como todos los signos cardinales o signos Yod, en este signo las fuerzas mentales se encuentran en el estadio de las emanaciones y es en este vasto mercado que la persona elige la idea a desarrollar; de ahí que pueda ser de derechas y de izquierdas a la vez, sin contradecir su profunda verdad. Esta es también la razón por la que se les acusa de estar siempre montados en la duda, porque se duda de lo que no está consolidado y los signos cardinales son los que tienen que empezar en un Elemento nuevo, con nuevas herramientas que deben descubrir.
En el proceso creativo como en el zodíaco constituido, está regido por Netzah-Venus y pertenece al mundo cabalístico de Formación. Libra es el Yod de los signos de Aire, y el Vav de los signos cardinales.
En el Árbol de la Vida, Libra está regido por Netzah, por tener como regente Venus y por ser el séptimo, este es el Séfira o Centro número siete, el que nos habla del amor, de la armonía y de los sentidos.
Todos tenemos Libra en alguna parte de nuestra carta natal y la Casa terrestre que ocupa el signo nos indicará el dominio en el que debemos ejercer sus cualidades.
Las dos séptimas horas (la 13ª y la 14ª) a partir de la salida del Sol se encuentran bajo el dominio de Libra y es en ellas que mejor podremos imbuirnos de su mensaje.
Las profesiones más idóneas para Libra pueden ser: enlace sindical, artista, diplomacia, creador de asociaciones, abogado matrimonialista, especialista en moda, creador de aplicaciones para ligar, decoración, cine, agencias matrimoniales, mediador, personal shoper, vestidos y regalos de boda, diseño, fotógrafo de bodas, bautizos, comuniones, funcionarios de justicia, asociaciones culturales, promotores de moda, arte o belleza, agrupaciones musicales o pictóricas, salas de exposición, especialistas en divorcios.
Claves: Conciliación, sensibilidad, empatía, amabilidad, refinamiento, delicadeza, dubitativo, justicia, equilibrio, mental, femenino, caballerosidad, elegancia, simpatía, dulzura, seducción, cortesía, detallismo, pacifismo, duda, indecisión, frialdad, artista, cooperación, prudente, sociable.
Para encontrar las claves negativas, solo tienes que buscar la contraria a la positiva.
Clave principal: Descubrir el potencial humano en otra persona. Buscar a alguien que te complemente. Saber empatizar.
Apunte final: El objetivo de Libra es la búsqueda del equilibrio y lo haces a través de escuchar a los demás. Los que no te comprendan te pueden tachar de chaquetero o de dubitativo, pero el punto justo no puede encontrarse sin dudar.