Curso Inicial de Astrología Cabalística: cómo interpretar una Carta Astral

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Módulo 2: Características y personalidad de los signos

Escorpio

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Me explicaba un día Antonio que no entendía por qué su mujer se enfadó con él. Te pongo en antecedentes. El domingo compraron un pastel, comieron de él y sobró un trozo, que guardaron en el frigorífico. El lunes Antonio cogió el trozo que quedaba y se lo comió. Su mujer se enfadó mucho con él. Él no comprendió nada, me decía que ella podía haberse comido el trozo igual que él. Le expliqué que su mujer es del signo de Escorpio y que tiene que empezar mirando por ella misma y después por los demás. Así que para ella, lo correcto hubiera sido que él le ofreciera el trozo a ella antes de comérselo. 

Escorpio es el quinto signo del zodíaco constituyente y el octavo del zodíaco constituido. Es el segundo del Elemento Agua, signo llamado fijo y significa, respecto al agua, lo que Leo representa para el Elemento Fuego. Si la clave de Leo era la fidelidad al principio, la clave de Escorpio será fidelidad a un amor, a unos sentimientos. 

Escorpio es un signo interiorizador, lo cual significa que para reaccionar ante situaciones complejas o que requieren respuestas elaboradas, necesitará un tiempo de digestión. Escorpio tiene que masticar las cosas y debe hacerlo en la oscuridad de sus entrañas. Por eso suelo sugerir a sus nativos que cuando se enfrentan a un problema, busquen la oscuridad en su habitación y en su cama, tapándose por encima de la cabeza, para así bucear mejor en su interior.

Escorpio suele ser uno de los signos más controvertidos y misteriosos del zodíaco, quizá sea porque toca dos arquetipos muy importantes y que han sido a menudo un tema tabú para el ser humano: Eros y Tanatos, el amor y la muerte.

Y en efecto, según la utilización que se haga de ella, la fuerza escorpiniana puede conducir a la generación, a la creación de formas inéditas, de nuevas realidades o bien a la muerte, que puede ser simplemente la del espíritu, si el nativo persigue únicamente el goce de los sentidos.

Si en Leo la fidelidad era de tipo inconsciente y no ataba a la persona más que a un principio moral, en Escorpio se encuentra atada a sus sentimientos. 

En Escorpio ya hay un pasado sentimental, el de Cáncer. Un pasado magnificado por el recuerdo de una época en que los sentimientos, las emociones, los amores, no se encontraban limitados por la razón, por los compromisos, puesto que estaban en el estadio de las Emanaciones. Eran amores ideales, platónicos, fugaces, a los que el potencial de los deseos no ponía límite.

Este nativo se ve atado a este sueño y volver al pasado será para él una constante tentación. Ese pasado puede ser el de anteriores vidas, o el simple pretérito convencional: volver a la madre, a la ciudad natal, al barrio de la infancia, a la primera novia, a las costumbres de antaño. 

Mientras escribía sobre Escorpio, he visto una película en la que el personaje principal, un Escorpio de 40 años, tenía problemas con su novia porque esta quería que fueran a vivir juntos, pero él no quería separarse de su madre.

Pero al mismo tiempo que una tendencia le lleva a ir hacia atrás, hay en Escorpio un impulso que lo lleva más allá, hacia la sublimación de los sentimientos, hacia su superación. Si lo sigue, siempre le parecerá que traiciona su pasado y la renuncia es dolorosa. 

Por otra parte, las cualidades del ciclo anterior se encuentran interiorizadas en este signo de Agua, de modo que hay fuego en Escorpio, como lo hay en Cáncer, pero mientras en este signo actuaba como una emanación, dando ardor a la imaginación, en Escorpio caldea las emociones internas, dando lugar a toda clase de estados pasionales. Físicamente, Escorpio rige el sexo y emocionalmente lo arma para el combate. Allí, el Agua y el Fuego, dos Elementos imprescindibles para la fecundidad, producen la vida.

Escorpio no es un lugar de reposo en el que uno pueda dedicarse a descansar. El nativo llegará impulsado a realizar un viaje que, según su nivel evolutivo, será hacia el pasado, volviendo a situaciones ya superadas pero que le proporcionan seguridad, o hacia el futuro, hacia un más allá no explorado, una vez superados los condicionantes emotivos. En este sentido puede llegar a experimentar un gran interés por la mística o la metafísica.

Al estudiar Cáncer, primer signo de Agua, vimos que en él entraban en juego las fuerzas emotivas. En Escorpio, segundo signo de Agua, esas fuerzas entran en nuestra naturaleza humana y nos inundan por así decirlo, convirtiéndonos en algo parecido a un pozo de amor. En Cáncer plantamos las semillas del amor, en Escorpio esa semilla arraigan en nuestra naturaleza humana dando lugar al amor a sí mismo.

Los Escorpio son personas que se idolatran, que viven en constante luna de miel consigo mismos y así es como debe ser, ya que todo empieza por uno mismo y en el tema del amor las cosas no son distintas. Debemos amarnos como condición indispensable para luego poder amar a los demás.

El amor propio de los Escorpio los lleva a una alta valoración de sí mismos y les permite no caer en ciertas bajezas que les harían desmerecer a sus propios ojos. Caminan así con la frente muy alta, como solía decirse antes y su conducta suele ser de una honradez a toda prueba. Estamos hablando de los Escorpio que expresan las cualidades positivas del signo, pero, en los tiempos presentes, las cualidades negativas suelen ser más frecuentes que las positivas y lo negativo de Escorpio es que el amor de sí mismo le lleva a ponerse un listón demasiado alto, y por bien que le traten los demás, siempre piensa que no le consideran como se merece y va a por el mundo con la susceptibilidad herida, vendiendo la idea de que nadie le comprende.

Marte, el planeta regente del signo, le infundirá un deseo innato de lucha, una apetencia natural por el combate. Para Escorpio, cualquier acto, hasta el más insignificante, constituye un reto, una puesta que hace consigo y de la que es preciso no salir perdedor, ya que su temor al ridículo, que en ocasiones puede llegar a ser patológico, y su amor propio, no se lo permitirían.

Se crece en la dificultad, en las situaciones tensas o dramáticas de toda índole porque le brindan la ocasión de demostrar su valía, su coraje y su tesón.

Es para sí mismo un juez severo y riguroso, despiadado a veces. Nunca está satisfecho con sus logros, pues por muy sonados que estos sean, cuando obtiene un éxito o consigue realizar uno de sus anhelos, su ambición sin límites ya está preparando el terreno para una nueva actuación. Suele ser muy exigente y duro con sus subalternos, es perfeccionista y le gusta que los demás lo sean.

Su vida es una función sin entreactos, una acción continuada, un perfecto suspense, como las películas de Hitchcock y si en alguna ocasión se toma un descanso, este solo será aparente, la agitación seguirá por dentro.

Siempre lleva puesto el uniforme de trabajo y no se lo quita ni los domingos. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que sin el poderoso influjo de esta clase zodiacal, el mundo no avanzaría tan deprisa.

En Escorpio, la luz solar ilumina la personalidad emotiva interna permitiendo a la persona ver claro en sí misma y destacar en todas las actividades en las que será preciso trabajar por dentro: cirugía, ginecología, industria, minería y también policía y ejército.

La mayoría de estos trabajos supone una transformación penosa, y en esto radica precisamente la tarea de Escorpio, en la modificación de ciertos estados, situaciones o materias de cara a la obtención de un estado superior más perfecto que el anterior.

Escorpio tiene que sentirse como parte activa de la creación, darse cuenta de que posee atributos divinos, como por ejemplo la libertad para crear a su antojo. Por ello, sea o no consciente de su papel, siempre tenderá a querer imponer sus criterios, a adoptar una actitud de ordeno y mando y se ganará a menudo la enemistad o cuanto menos la crítica de sus congéneres.

El amor a sí mismo, la admiración, es una etapa que es necesario atravesar, pero en la que no hay que detenerse, ya que el nativo tiene que prepararse para la etapa siguiente del zodíaco constituyente, la de Piscis, en la que deberá aprender a derramar ese amor sobre los demás.

Los errores que cometa, pueden a veces ser garrafales, como es lógico al estar metido tan de lleno en el torrente de acción, pero serán muy positivos para él, ya que le ayudarán a cartografiar el terreno, a ver de lo que es capaz y sufriendo en sus carnes las consecuencias de sus actuaciones negativas, aprenderá a no repetirlas.

Vimos que Cáncer está en analogía con las aguas de la lluvia, Escorpio lo está con las aguas profundas, con los ríos, los estanques, los pozos. Los Escorpio son excelentes buceadores en las aguas abismáticas, y como a nivel anímico agua es igual a sentimientos, emociones, deseos, estos nativos son excelentes conocedores de sus emociones profundas y por extensión, de las emociones de los demás. Ello hace que puedan abordar con éxito un trabajo de psicoanalistas, psiquiatras y en general expertos en el conocimiento del alma humana. 

Su programa profundo consiste en saber transmutar su personalidad emotiva, elaborar en su fuero interno las armas (virtudes), que le permitirán ganarle la partida a su naturaleza inferior, a su fuerza instintiva, que es muy poderosa. Si esa lucha no se produce por dentro, entonces saldrá al escenario físico y la persona pasará por hazañas deportivas, torneos, competiciones, trabajos arriesgados o complejos.

Hay que tener en cuenta que la tendencia de Escorpio es la de encontrarse como en un mundo de silencio, aislado de los demás por una pared invisible, viviendo intensamente hacia dentro en lugar de hacerlo hacia fuera. Nadie sabe lo que siente, nadie sabe la explosión de vida que se desarrolla en su interior. Quizá los que observan desde fuera digan que no se interesa por nada, que es el típico “no sabe, no contesta”. Pero se equivocan, porque hay en esa persona una gran sensibilidad que no encuentra cauces para expresarse y el día menos pensado se descuelga con un acto desmesurado que nadie había previsto.

La iluminación de su naturaleza interna hará que este nativo no obedezca influencias exteriores, que no ve, dado que en el exterior es de noche, sino a las interiores, que percibe con meridiana claridad. En términos modernos, diríamos que obedece razones inconscientes, o que sigue la voz de su conciencia, de sus razones íntimas. De modo que, visto desde fuera, su comportamiento para los que observan será un misterio, dado que ante la dificultad o la facilidad, su línea de actuación será totalmente ilógica, porque no verá el obstáculo o el abismo exterior que todos ven.

No se puede amar lo que no se ve, de modo que si esta persona se ama a sí misma, es porque la luz está en su interior y vive deslumbrada por el espectáculo de su naturaleza interna. En ella encontrará la verdad, el orden, la armonía, en ella descubrirá su espiritualidad y la comprensión de su trascendencia.

Ciego para lo exterior, contemplará fascinado el esplendor de la obra que se produce en su interior.

Uno de los mayores peligros de Escorpio, cuando no sabe sacar fuera su luz, es el de realizar el viaje de retorno a la época de Cáncer, produciéndose así una vuelta al pasado.

Viviendo intensamente por dentro y no por fuera, acabará sabiendo mucho más de los mecanismos del alma. Al observar el efecto de las pasiones sobre su propio cuerpo, podrá ver la intensidad de los impulsos, de las pasiones en la sociedad. Y luego, por analogía, podrá estudiar esta influencia.

Los deseos, las emociones, el amor, tenderán a ser las guías y tutores de la vida de los Escorpio y ni las fuerzas morales, ni las intelectuales tendrán demasiada influencia sobre ellos a la hora de tomar decisiones (salvo que la persona tenga numerosos planetas en Fuego o en Aire).

Los Escorpio evolucionados, los que han vivido muchas vidas, ya poseen unas emociones educadas, por así decirlo, las que obedecen a las leyes cósmicas.

Tenemos como ejemplos de Escorpio: Joe Biden, Bill Gates, Julia Roberts, Hillary Clinton o Maradona.

Las disonancias planetarias sobre este signo vinculan a la persona sentimentalmente a malas situaciones, la enfrentan con deudas kármicas ineludibles: asimilación de sustancias sentimentales tóxicas. También pueden hacer que el amor hacia sí se vuelva odio y aparece entonces la auto destrucción, el auto castigo, se desmerece a los ojos de los demás. Aparecen los complejos, entre ellos el narcisismo, las angustias.

Cuando hay un excesivo número de planetas en el signo, la naturaleza es muy apasionada y la actividad sexual se multiplica en todas las direcciones. 

Escorpio es el He de los signos de Agua y el He de los signos Fijos. Pertenece al Mundo Cabalístico de Creaciones. En el proceso creativo está regido por Gueburah y en el zodíaco constituido por Marte, expresión material de este Séfira.

En el Árbol de la Vida, Escorpio está regido también por Gueburah, por tener como regente a Marte, el Séfira o Centro número cinco, el que nos habla de energía, de pasión, de trabajo, de conflicto.

Todos tenemos Escorpio en alguna parte de nuestra carta natal y la Casa terrestre que ocupa el signo nos indicará el dominio en el que debemos ejercer sus cualidades. 

Las dos quintas horas (la 9ª y la 10ª) a partir de la salida del Sol se encuentran bajo el dominio de Escorpio y es en ellas que mejor podremos imbuirnos de su mensaje. 

Las profesiones más idóneas para Escorpio pueden ser: cirugía, fabricación de bisturíes y artículos para operaciones, ginecología, industria, siderurgia, metalurgia, fabricación de explosivos y armas, minería. Y también policía y ejército. Psicoanalistas, psiquiatras, psicólogos. Ingenieros, charcutería, carniceros, funerarias, enterradores, fabricantes de lápidas, artesanos. Sexólogos, consejeros matrimoniales, comadronas, espías.

Claves: Pasional, íntimo, posesivo, intenso, cortés, reservado, fiel, decidido, emocional, misterioso, luchador, regenerador, explosivo, sacrificado, conflictivo, retador, dramático, héroe, magnético, abnegado, interesante, motivado, penetrante, temperamental.

Para encontrar las claves negativas, solo tienes que buscar la contraria a la positiva.

Clave principal: Aprender a quererse, a auto estimarse. Sentir la montaña rusa de las emociones. Ir al fondo de las cosas.

Apunte final: Siendo Escorpio el signo de la autoestima, la clave estará en aprender a quererse y para ello deberá primero mirar hacia sí y después hacia los demás. No te preocupes, pues, cuando te tachen de egoísta, porque forma parte de tu camino vital.